Mariano…¿y la crisis moral?
Lamento que el PP no hable estos días de la crisis económica como causa inevitable de la crisis moral. Barrunto que ese silencio no nos traerá nada nuevo. Sospecho que la derecha liberal volverá a hacer abstracción de los principios que teóricamente dice defender. El caso ocurrido en Torremolinos nos da una idea de por qué las preferencias de los populares irán por otro lado distinto al esperado por los católicos. En ese viejo y repulsivo antro de la Costa del Sol, paraíso hoy del turismo gay, uno de los líderes de este colectivo, Javier Checa, acaba de pedir a los homosexuales que no colaboren con la Semana Santa. El alcalde popular de la localidad mantiene una estrecha y rentable colaboración con el susodicho. Hace unos días se dejaron ver juntitos, felices y sonrientes, en la inauguración de una exposición dedicada al mercado gay. Se podría decir que sus obligaciones institucionales no están reñidas con sus exigencias morales y que nada habría complacido más a los católicos de Torremolinos que una oportuna réplica del alcalde, que presume de creyente como yo podría presumir de astronauta.
Con su sorprendente claridad mental pese a sus 93 años, lo explica muy claramente nuestro admirado Blas Piñar. La idea primordial que debe prevalecer frente a la crisis del sistema es que no hay solución fuera de la orientación espiritual y la formación humanística de los ciudadanos. Tal vez nos estemos dando cuenta ahora de que el libertinaje es incompatible con la plena responsabilidad. Trabajar para reforzar los lazos familiares y acentuar el papel de los padres se ha considerado contrario a la corrección política dictada por unos pocos. La efectividad de este sistema tan putrefacto proviene del engaño, la manipulación y la negación del papel supremo de la dignidad humana. ¿Alguien cree que con tales mimbres, la canasta de nuestra recuperación podría resistir el peso de frutos tan deteriorados como el paladar del alcalde de Torremolinos?
En esta época de tantas incertidumbres morales se ataca la libertad de conciencia. Y la libertad de conciencia, que es inherente al Cristianismo desde las catacumbas romanas, no puede ser nunca, en la vida política de un país, como un partido, sometido a los dogmas y las contradicciones. Uno de los problemas de esta abominable democracia es que sus representantes no lograron entender nunca que la libertad de conciencia, la rebeldía intelectual del cristiano, no podría someterse nunca al criterio ni al dictado de unos legisladores tan zafios, tan inmorales y tan mediocres.
Demostrado queda en España que, cuando se ha querido sustituir a Dios por algún ideal político disfrazado de verdad absoluta, los caminos del hombre han sido más angostos, sufrientes y desdichados. En el desestimiento ante el ideal que trasciende a una determinada idea, a una determinada raza o a una restrictiva concepción del hombre, hallaremos la raíz de la que emergieron las dos grandes pandemias ideológicas del siglo XX.
Tampoco parece claro que el PP tenga la voluntad de derogar las leyes abortistas aprobadas bajo la dirección política del Gobierno de Zapatero. Cuando impera la muerte como producto de la violencia no existe otra terapia ni otra valla moral de contención que la imposición de la paz mediante el ejercicio de la fe. La fe en Dios ha sido la más poderosa fuente de inspiración que ha tenido el hombre para escribir las mejores páginas de su historia. Si un día fuese desdeñada esa fe y ese ideal de vida, la sociedad no tendría razón de existir y sería reemplazada por la tribu, la caverna. Por la más brutal de todas las leyes: la de la fuerza. Es decir, por la suprema dictadura del miedo.
Bajo esas propuestas de escaso arraigo humanístico y que nuestros legisladores aprueban con objetivos supuestamente humanitarios, se hallan muchos de los riesgos que algún día revertirán amenazadoramente contra nuestra sociedad. La eutanasia, las manipulaciones genéticas y el aborto acaso sean las semillas de las que brote una nueva interpretación del ser humano. ¿Dónde empieza y dónde termina los límites bajo los que debe establecerse la durabilidad o la forma de concebir una vida? ¿Quién tiene derecho a establecer esos límites y sobre qué condiciones? ¿Qué impediría que, superado el primero escollo moral, la eutanasia o el aborto puedan ser ampliados en el futuro a todos los sectores ‘no aptos’ de la sociedad, en base a criterios puramente economicistas o de atención al ‘bien común’, si hoy vaciamos a la vida humana, imagen misma de la Divinidad, de su valor trascendente para convertirla en un simple apunte estadístico? De ahí a las teorías de selección del nazismo dista apenas distancia. Hitler y Stalin no se equivocaron al convertir al Cristianismo en el principal adversario de sus siniestras ideas.
Pero la fe en Dios, es también hechos. Y obras. Y amores. Gracias a Dios, a ese Dios de los católicos, existen organizaciones que están aliviando los efectos de la crisis a miles de españoles. En nombre de ese Dios, miles de misioneros, religiosos y laicos, se ocupan diariamente de los desheredados del mundo, de los enfermos terminales, de los hambrientos, de los discapacitados, de los perseguidos, de los parias sociales, de los que no tienen escuelas ni hospitales, de los desplazados, de los sin techo… Son los que se quedan cuando todos los demás abandonan el país o el territorio amenazado. No les pregunten si creen o no en Dios, simplemente se entregan en su nombre. ¿Y a quién se entregan nuestros políticos laicos del PP además de a ellos mismos?
Es muy posible,casi cierto,que despues de la embriaguez que da la victoria de la que no se libran ni los mas austeros y sobrios como el Sr Rajoy, le sea al PP muy dificil la disecacion de este cadaver en el que se ha convertido la sociedad espanola. Es pesimismo ? Pues creo que no. Ya en el mismo nucleo del PP se oyo decir que la ley abortista no podria ser derogada en “su totalidad”, modificada..? .Posiblemente ni esa ley , ni otros de los sucios inventos de socialismo. Por donde empezar? Acaso es la desgracia economica la mas… Leer más »