El Europeo es lo que cuenta, pero nunca vienen mal victorias en partidos ásperos que recrean más lo que le esperará a la selección en el torneo. España ganó a Lituania, rival directo por el oro de aquí a unos días (90-78), hizo sus pruebas, cambió el quinteto, por ejemplo, y continuó con su camino ante un rival que sólo se entregó hasta el último cuarto, un enemigo muy cualificado. La selección no dio una imagen uniforme. A ratos fue superada por su rival, por momentos no funcionó contra la zona… Son tiempos propicios para ver lo que le sienta bien y lo que no, las buenas mezclas y las malas.

Scariolo probó con un cinco distinto al ensayo de Almería con Ricky, Rudy, de escolta, donde quiere jugar por cierto, San Emeterio, Ibaka y Pau. Fue un equipo intenso en defensa, que tuvo buenos minutos de Ricky en la dirección y la confirmación de que Rudy está más contento de ‘2’. Ahí le da otra cosa a la selección. Quizá la ÑBA sea mejor con una rotación entre Navarro y el mallorquín, como en los viejos tiempos, cuando fuimos campeones del mundo. En los equipos de Scariolo, el ‘3’ anda más inadvertido, apenas hay tiros para él, de ahí el pesar de Rudy.

Lituania no se enteró al principio, pero no tuvo la penosa actitud de Francia para pasar página. Con 26-14, Jasaitis abrió casi sobre la bocina del fin del primer cuarto un parcial de 0-10 que mostró las primeras debilidades de España, presa de las rotaciones. El anfitrión del próximo Europeo defendió mejor, la selección se espesó, el partido se endureció algo y sólo la salida de Pau, que produjo desde la línea del tiro libre, y Rudy elevaron algo a la selección (48-42).

Sí, 42 son muchos puntos encajados al descanso. El mayor de los Gasol, un seguro de vida en las malas, llevaba 20 de valoración en dos cuartos. Como si nada. ¿Valanciunas? Muy rápido, muy jóven, extraordinario cuerpo para el basket, un gran proyecto de jugador, proyecto de macho alfa, pero de momento es uno más en la manada.

En la reanudación, el quinteto inicial volvió a marcar diferencias porque Ricky jugó bien y con él sus compañeros. España volvió a los 14 de renta. Cuando el base de los Wolves está inspirado tiene algo muy especial. La selección corrió, algo que no frecuenta, porque Ricky se soltó. Ibaka tiró bien desde su distancia, Rudy también estaba por allí, igual que Pau, y la selección, con San Emeterio, un guerrero que se hace notar aunque no tenga el rol del Baskonia porque es un multiusos, le pilló otra vez el aire al partido.

Los 14 puntos del final del tercer cuarto, porque España asimiló bien esta vez las rotaciones, fueron un colchón casi definitivo. Marc fue el Pau del primer tiempo. Acertado, intenso, muy metido en su faena, el pívot de los Grizzlies, Ibaka, muy productivo, y Navarro con sus triples soportaron el andamiaje de la selección hacia otro triunfo que ayuda a seguir creciendo.