Las razones por las que la retrasada Greta ha contaminado más a bordo del catamarán que si hubiera viajado en avión
Tres semanas, con muy malas condiciones meteorológicas, es lo que ha tardado Greta Thunberg en atravesar el océano Atlántico de oeste a este en el catamarán familiar de 44 pies (13,716 metros) «Vagamonde»; desde Nueva York hasta Lisboa y tras recorrer 3.000 millas náuticas (5.400 kilómetros) y sin haber lanzado a la atmósfera ni un gramo de Co2 porque se navegó a vela y se utilizaron paneles solares para mantener cargadas las baterías. Así de fácil se puede escribir esta aventura, como si fuera una historia de algún héroe, pero la realidad es otra muy distinta. Si la aventura es cierta se la puede catalogar de locura.
Cualquiera que sepa algo de navegación sabe que los catamaranes no pueden navegar contra el viento y solo lo hacen si están alimentados por vientos portantes, es decir, de aleta o de popa. Para atravesar el Atlántico en esta época del año los vientos predominantes son del este, es decir que el catamarán se los encontraría de proa. Para salvarlos debería haber puesto rumbo norte en un bordo que le pusiera muy al norte de las islas británicas para poder virar a estribor (derecha) y poner rumbo hacia la costa de Galicia. Noviembre y diciembre, como se ha demostrado, son dos meses de grandes marejadas en el Atlántico Norte, que junto a las corrientes del golfo supone un gran esfuerzo para los barcos pesqueros y petroleros que van a motor, mucho más si la tracción es con las velas.
De fabricación extraterrestre
Esta navegación en este tipo de barco no dura tres semanas, eso seguro que no. Por el rumbo que ha marcado la bitácora del catamarán no se hizo esta navegación, sino que se evitó el norte por los temporales y se desechó la llegada a Galicia cambiándola por Lisboa. Esto quiere decir que el catamarán de los australianos Riley Whitelum y Elayna Carausu o es de fabricación extraterrestre o ha venido navegando con sus dos motores.
Volvo consumiendo más o menos cuatro litros de diesel a la hora cada uno de los motores, que con las malas condiciones con las que dicen que se encontraron el consumo puede haber sido, más o menos del doble, es decir unos 16 litros de gasoil a la hora. ¿Cuánto han gastado? Echen la cuenta. ¿Cuánto han contaminado? Mucho más que si hubiera volado de Nueva York a Madrid en un avión comercial.
Cómo no va a contaminar si su sola presencia es contaminante, tóxica hasta más no poder.
He oído que no tiene asperger, si no un trastorno debido a que su madre bebió alcohol mientras estaba embarazada de ella. Lo que no resulta difícil de creer.
Un argumento infalible contra el calentamiento climático
Pues parece ser que estamos ante un milagro evidente y demostrado, que la puede llevar de cabeza a ser declara por Francisco Beata Greta de Suecia, y otro par de cosillas similares, y Santa Greta habemus…