La abstención como forma de resistencia pacífica al régimen del 78
Ángel Gutiérrez Sanz*.- Lo que la historia nos enseña es que los partidismos en España no han acabado bien. ¿Cual será el final de la actual partitocracia consagrada en el régimen del 78? No lo sabemos todavía, lo que sí sabemos es que a lo largo de los últimos cuarenta años la casta política ha ido dejando tras de sí una calamitosa estela, en la que ha habido de todo: traiciones que se cuentan por decenas, ingratitudes para con nuestros mayores, quienes a base de trabajo, esfuerzo y sacrificio nos habían legado una rica herencia económica y humana que hemos dilapidado; también ha habido mentiras, promesas incumplidas, corrupción a manta, calculadas claudicaciones ante el independentismo e incluso ha habido crímenes de Estado. Todo ello además de haber renegado de nuestras más preciadas tradiciones y olvidarnos de las esencias nacionales que hicieron grande a España, para quedarnos con 17 autonomías insolidarias, que solo piensan en sí mismas; pero esto no es lo peor sino que la cosa ha ido a más hasta quedar comprometida la mismísima unidad e integridad territorial de nuestra querida Nación, un día llamada España y que hoy se la conoce como “Este País”.
A lo largo de un prolongado periodo de bipartidismo infructuoso, plagado de vergonzosas corruptelas, se llegó a un punto en que la situación política se hizo insostenible. Fue entonces cuando hicieron su aparición partidos de nuevo cuño, con las soflamas acostumbradas de que eran ellos los únicos que podían traer esa necesaria regeneración moral que España necesitaba y esto fue lo que les permitió entrar en escena, sin que la cosa pasara de ahí, porque la realidad es que con el actual multipartidismo sigue habiendo dificultades y los problemas no han desaparecido, ahí seguimos sumidos en la miseria moral, situándonos entre los países menos religiosos de Europa, ocupando puestos de cabeza en cuanto a prostitución se refiere, así como en droga y pornografía, lo que nos hace dudar si estamos viviendo en “la España de las libertades” o en “la España del libertinaje”. Ahí seguimos también a la cabeza del paro arrastrando una deuda descomunal, que si Dios no lo remedia va a ser un gravoso legado para las generaciones venideras y sobre todo estos nuevos partidos emergentes, llamados a sacarnos del atolladero en el que nos había metido el bipartidismo, lo que en realidad han conseguido es colocarnos a las puertas de un estado ingobernable del que el separatismos acabará sacando tajada.
En medio de una inquietante atmósfera de incertidumbre y frustración es como se van a celebrar las próximas elecciones generales, que serán las cuartas en cuatro años, sí, he dicho bien, cuatro de cuatro, es decir, un promedio de una elección general por año, con lo caro que nos resulta este divertimento a los españoles, y si al menos sirviera para algo… pero la cosa tiene mala pinta. No quiero ni pensar lo que pudiera pasar, si una vez celebradas las elecciones del 10 de Noviembre nos volviéramos a encontrar en el mismo punto de salida y fuera necesario proceder a unas quintas elecciones, en un momento en que el fervor democrático ha descendido notablemente y los comicios ya no se celebran con esa alegría y regocijo de antaño, sino que el hastío ha comenzado a hacer mella. Pasaron ya aquellos años de exaltación democrática, en que los ciudadanos se acercaban a las urnas con el mismo fervor místico que un niñito inocente se acerca a recibir su primera comunión; pero ahora es distinto, del entusiasmo hemos pasado a un cierto desencanto y en este cambio de actitud mucho ha tenido que ver la rutina inoperante, que ha acabado por desmitificarlo todo y ha hecho que la ciudadanía fuera perdiendo poco a poco su inocencia y la fe en la política y en los políticos.
Bien se puede ver que en política nada es para siempre y que vamos caminando hacia nuevos escenarios, en los que la manipulación política va a ser cada vez más difícil y la criminalización del abstencionismo creada y alimentada por el sectarismo político está dejando de surtir el efecto deseado. En la conciencia de no pocos ciudadanos va aflorando ya el sentimiento de que la abstención es una opción tan legítima, responsable y cívica, como cualquier otra, siendo ella una de la única alternativa pacífica con la que el ciudadano honesto cuenta para expresar en forma de castigo su enfado y disconformidad con unos políticos que nos están llevando a la ruina, a los que hay que decir con toda claridad ¡basta ya! y exigirles un cambio de rumbo antes de que sea demasiado tarde, porque no nos engañemos, éste y no otro es el verdadero sentido de la abstención. Cada vez va quedando más claro que no es haciendo el caldo gordo a los políticos y arropándoles con nuestros votos como vamos a poder salvarnos por mucho que su discurso intimidatorio y el de los periodistas repita hasta la saciedad que fuera de sus urnas no hay salvación posible, al igual que tampoco cuela ya el argumento de que hay que ir a votar, aunque sea con la nariz tapada, porque si no lo haces estás regalando la victoria a los otros, que son los “indeseables”, como si a estas alturas de la película no supiéramos que “indeseables” hasta dejarlo de sobra lo son tanto los unos como los otros, es decir todos los que hasta ahora nos han venido gobernando y lo seguirán haciendo mientras cuenten con la complicidad de nuestros votos. Es el momento de recordar aquella famosa frase: “O España acaba con el parlamentarismo o el parlamentarismo acaba con España”. Esta advertencia que un día nos hiciera Donoso Cortes, no puede ser más oportuna en el momento actual.
Ya veremos lo que pasa en las próximas semanas. De momento lo que toca ahora es sufrir el espectáculo bochornoso de la campaña electoralista, digo bochornoso, pues no deja de ser tristísimo que mientras nuestra Patria se desangra a borbotones, ahí tengamos que ver a los políticos enzarzados en sus batallitas partidistas y todo para saber quien va ser el que se lleva el gato al agua y alcanza el poder, sin percatarse que hoy el grave tema que está sobre la mesa es España y nada más que España, siendo por lo demás bastante irrelevante quien haya de ser el que llegue a la Moncloa, porque sea quien sea, las cosas van a seguir prácticamente igual y si no a experiencias de tiempos pasados me remito.
A lo que parece lo novedoso de estas elecciones es el abstencionismo, que en algún momento puede haber llegado a sembrar dudas y vacilaciones en el ánimo de los candidatos. Según he podido ver publicado en algún medio, estaríamos ante un fenómeno histórico como nunca se había conocido. Las encuestas nos decían que posiblemente el número de quienes no tienen la menor intención de pasarse por las urnas podría elevarse al 35%, es decir que dos millones y medio de abstencionistas podrían unirse a los ya existentes en las últimas elecciones del 28-A. Esta previsión naturalmente podría dar lugar a varias interpretaciones y ninguna de ellas tranquilizadora para los que han hecho de la política su “modus vivendi” que no son pocos. Ciertamente el hartazgo de los electores está ahí y es fácilmente detectable a través de las redes sociales, siendo ya muchos los que han solicitado la baja de censo de partidos para no recibir propaganda electoral de papel en el buzón. De ello se hizo eco la prensa donde se pudo leer que en algún momento los temas “yo-no-voto o abstención-activa se convirtieron en tendencia en la red social, twiter y los grupos de whatsapp se llenaron de “memes” que amenazaban con no votar”.
Lo que sucede es que del dicho al hecho hay un gran trecho. Yo sinceramente dudo que tales previsiones estadísticas se vayan a cumplir, puede que simplemente se trate de amenazas, pero por algo se empieza.
Aparte del hartazgo yo creo que existen otras razones que están detrás de la amenaza abstencionista, entre las que se podían encontrar el enfado de muchos ciudadanos, en unos casos por tanta tomadura de pelo como ha habido y en otros por haberse sentido traicionados mil veces por unos políticos, que pasada la campaña electoral “si te he visto no me acuerdo”.
En esto del abstencionismo habría que tener también en cuenta razones de tipo histórico, según las cuales las ideologías huelen a rancio y son cosa de otros tiempos, de modo que si se mantienen será por motivos viscerales, no por otra cosa, ya que ni tan siquiera el concepto de clase social está hoy claramente diferenciado, puesto que que la figura del asalariado millonario se entremezcla frecuentemente con la del empresario que las está pasando canutas. Algo parecido ha de decirse de los partidos políticos que en otros tiempos puede que tuvieran alguna razón de ser, pero que hoy resultan anacrónicos. Ya no son ellos por sí solos los que ganan las elecciones, sino que hay que contar con las oligarquías y también con los pactos y chanchullos postelectorales, capaces de trasformar el vino en agua. Por algo amplios sectores de las jóvenes generaciones pasan de la política y no quieren saber nada de las urnas. Confieso profesar un respeto casi sagrado por aquellos jóvenes incontaminados, que conscientes de lo que está pasando se resisten a entregar su alma a los políticos.
Seguro que pueden haber muchos más motivos por los cuales los ciudadanos se sientan tentados al abstencionismo, todo depende de la sensibilidad de cada cual, pero yo me voy a limitar a resaltar uno de ellos que me parece de particular interés. Comencemos desde el principio: Todo hace suponer que el sistema electoralista actual fue pensado no tanto para el bien de España y de los españoles, cuanto para satisfacer las exigencias de unas fuerzas políticas, incluidas por supuesto las separatistas, de tal modo que en términos generales bien podíamos decir que dicho sistema nació al amparo del régimen del 78, no tanto para servir a las nobles aspiraciones nacionales cuanto para aplacar iras y rencores acumulados; es así como los partidos antiespañolistas han podido acceder a las urnas convertidas en el instrumento ideal para blanquear todo aquello que bien podía ser considerado como objeto de delito a perseguir.
El grave error de la transición fue meter la piqueta y echar abajo un edificio bien consolidado que constó tanta sangre, sudor y lágrimas, a millones de mártires, héroes y patriotas, cuando hubiera sido suficiente con haber hecho los retoques que hubiera sido menester. Produce pena infinita que por culpa de traiciones y revanchismos, tanto sacrificio generoso de los españoles honrados y trabajadores se haya ido por la borda. El tremendo desatino fue consagrar una partitocracia en la que tuvieran cabida rupturistas, filoterroristas y todos los enemigos de España, que habían demostrado sobradamente no sentir el menor amor y respeto por su patria y que ahora nos tienen en sus manos. De aquellos polvos naturalmente han venido estos lodos que amenazan con engullirnos, si la conciencia ciudadana no despierta pronto. Como bien apunta Pío Moa, es inaudito que los vencidos subyuguen y humillen a los vencedores , inaudito también que los verdugos se hayan convertido en mártires y aquí nadie diga nada. ¿En qué parte del mundo ha sucedido jamás algo semejante?
Mientras las cosas continúen así no nos veremos libres del acoso y vejaciones de quienes odian a nuestra Nación ahí seguirán formando parte de las instituciones o siendo clave decisiva en la gobernabilidad del Estado español, ahí continuarán mientras los ciudadanos de bien no sientan vergüenza de mezclar su voto en las urnas con los votos de quienes no sienten a España y nos están llevando al borde del precipicio. Algún día tendrá que acabar esta farsa maquiavélica, consistente en estar haciendo el caldo gordo por una parte a quienes por otra se dice repudiar. Mientras no acabemos con esta esquizofrenia es ingenuo pensar que las cosas vayan a arreglarse. No puede ser que el voto de los desleales valga lo mismo que el de los leales; no puede ser que el voto de quienes quieren servir a España sea neutralizado por el de quienes tratan de romperla o no hagan nada por defenderla. A estas alturas, por lo menos, debiéramos habernos percatado que con los enemigos dentro de las instituciones la paz social estará siempre comprometida.
Sin duda habrá quien piense que esto que estoy diciendo no se corresponde con el talante democrático y que lo correcto en una democracia es permitirlo todo mientras no haya violencia de por medio. No creo yo que esto tenga que ser así, pues entonces caeríamos en el absurdo de que los países democráticos se verían obligados a admitir una invasión pacifica, pero incluso aún en el caso de que la exclusión de los enemigos de la Patria no entrara dentro de los parámetros democráticos. ¿Qué pasaría por ello? ¿No está la Nación por encima de los sistemas políticos sean estos del signo que sean? Hace falta ser muy ignorante para no saber que la Nación es fin en sí misma, mientras que los regímenes al uso tan solo son medios o instrumentos a su servicio, que van cambiando según el signo de los tiempos tal como nos demuestra la Filosofía de la Historia. No es tan difícil comprender que si se produce la quiebra de España todo lo demás sobra. Debiera darse como una obviedad que la Nación es lo sustantivo y permanente mientras que los regímenes políticos, incluido el del 78, son algo circunstancial, que duran el tiempo que duran, llevando inscritos en su ADN la fecha de caducidad. Lo triste del caso es que después de muchos años de demagogia y adoctrinamiento políticos sería difícil predecir a favor de quien se pronunciaría la ciudadanía, en el caso de que tuvieran que elegir entre democracia o una España con en paz, progreso y orden, revitalizada con unos principios éticos universales reguladores de la vida pública.
No sé si he sabido explicarme bien, lo que quiero decir es que hay motivos más que suficientes para pensar que tal como están las cosas, de las urnas solo cabe esperar que salgan elegidos candidatos de perfil más bien bajo, políticos aventureros, mediocres y poco fiables, cuando lo que España está necesitando con urgencia son “Viri et mulieres probati” universalmente reconocidos, que hayan demostrado fehacientemente su capacidad y su valía, su honradez y amor a España, dispuestos a devolver a su Patria el honor perdido, dispuestos también a trabajar sin partidismos por el bien general de nuestra Nación y de todos los españoles, hasta conseguir que ninguno de ellos quede excluido del derecho a vivir con dignidad. Yo quiero ser optimista, espero y deseo que pacíficamente salgamos de esta situación tan embarazosa en que nos encontramos, pero mucho me temo que ello no va a ser fácil si los ciudadanos permanecemos con los brazos cruzados, recreándonos en un conformismo cómplice. Algún mensaje pacífico, pienso yo, que debiéramos mandar a los políticos, para que se enteren de una vez por todas que esto que está pasando no nos gusta y que queremos cambiarlo.
*Catedrático de Filosofía
Amigo Angel:
Estoy muy de acuerdo con tu articulo, y visto ayer el debate de nuestros políticos aspirantes a ser Presidente del Gobierno, mi primera reflexión es que Dios nos pille confesados.
Cuando Platón escribió la República, seguramente no pensó que la degradación de la sociedad llegaría donde se encuentra ahora.
Votantes del 10 próximo, pensad,al menos 5 minutos, porque has elegido la opción que tienes para depositar en la urna.
Suerte y esperemos resultados.
Pedro Rodríguez
Estimado amigo: En España jamas hubo ruptura con el franquismo, no hubo un periodo de libertad constituyente y tenemos una carta otorgada diseñada por EEUU para destruir la nación, con corrupción y secesión. Estos 40 años de destrucción de la nación, por parte del régimen del 78 no tienen vuelta atras. Os creisteis la televisión, y la seguis creyendo. Los poderosos globales, estan montando guerras civiles entre patriotas y globalistas para destruir todas las naciones, lo que ocurre en España, es solo la punta del Iceberg mundial. Que quieran violencia o no, ya no depende de nosotros, pues todos creeis… Leer más »
Querido amigo Ángel. Haces una reflexión muy pesimista de nuestra España. Por desgracia, tienes bastante razón. Sin embargo, se puede arreglar algo. Tenemos la desgracia de tener a un Pedro Sánchez ambicioso, cargado de odio, ignorante autosuficiente… (él y Zapatero es lo más pernicioso que ha habido en nuestra clase política desde hace siglos, comparable al pernicioso Fernando VII “El Deseado”) y un largo etc. La abstención sería un medio de confirmarle en el poder. Siempre he pensado que el abstencionista no tiene ninguna razón de criticar, porque no se ha comprometido con su voto. Tenemos que ser optimistas. Hay… Leer más »
Me parece que se comete un error de origen al pensar la abstención favorece al ganador. En mi opinión la abstención responsable no confirma a nadie en el poder ni tampoco en la oposición simplemente es la expresión de rebeldía y de inconformismo contra un sistema electoralista, viciado en su origen y precisamente por esta razón el abstencionista en principio es el que tiene las manos libres para ejercer la crítica porque el hecho mismo de abstenerse es ya en si mismo una actitud crítica. Me parece muy bien que haya quien sigas creyendo en el PP pero los frutos… Leer más »
Como Filósofo, supongo que estará interesado en resolver el problema de hacer imposible el Fraude Electoral, es decir asegurar que salen elegidos los candidatos que realmente ha votado la población y no otros. Desde mi punto de vista, el fraude no se puede ocultar si se hacen públicas las actas de la totalidad de las mesas de cada Municipio. (1) Cómo conseguir que se hagan publicas tiene una fase imprescindible que es PEDIRLO. Y nadie lo pide. Es patético ver que los españoles se dejan engañar con una suma –porque el resultado de las elecciones no es mas que una… Leer más »
Estos masones del PSOE/NWO gobernarían aunque solo fuera con el 10% del los votos del censo… ¡Busquen partidos que no salgan en los medios y vótenlos! Si queréis hacer daño o demostrar vuestro descontento con los partidos del régimen, votad a cualquier partido que no sea PSOE/PP/C’S/VOX/PODEMOS/Separratas…
Sabemos que los partidos del régimen ya tienen su “parcela” de votos: jubilados, pagapensiones, paniaguados, ignorantes, lobotomizados, incrédulos, viscerales, inerciales…
Con tristeza reconozco la razón que tiene el artículo. A falta de ADÑ, o de otras posibilidades patrióticas sociales – aquí es dónde Vox se queda fuera -, la abstención es una excelente herramienta. Pero ya les aviso que pondrán una ley como la hay en otros países por la que obliguen a votar al ciudadano, y si no sanción – económica -, por falta del deber obligatorio del ciudadano de votar.
Al tiempo.
Solo en sitios de ley y orden se promueve la abstencion, jamas lo veras en las cloacas del chekismo (youtu.be/X_RSDqBn0bA?t=468). Abstenerse, votar en blanco o nulo es dejarle el campo libre al enemigo. Es un gesto inutil, no importa cuantos se abstengan, la votacion sera valida, se supone que los que no votan estan de acuerdo con lo que salga. En el referendo del Estauto de Cataluña de 2006, la participacion fue del 48,85%, con 5,29% voto en blanco y 0,90% voto nulo, luego la participacion real fue 42,66% (48,85 – 5,29 – 0,90), de los votos emitidos solo el… Leer más »
Pablenin ha engañado a todos los españoles de una manera muy sucia. Y eso no se debería consentir.
VOX es proisraelí, prosudamericaro y disidencia controlada.
Tu comentario es muy sensato y está muy bien argumentado. La democracia, como hemos podido comprobar, es una forma de gobierno absurda y totalmente perniciosa… ahora bien, hoy en día por cómo transcurren las cosas y porque la gente está completamente abducida, me parece que es imposible volver a otras épocas pretéritas donde todo funcionaba mucho mejor… por lo que muchos nos la tendremos que envainar y participar de una farsa con la que no estamos de acuerdo; pero hoy por hoy no nos queda otra opción que elegir si queremos que nos gobierne alguien malo o alguien nefasto… y… Leer más »
una abstencion del 50& o mas haria mucho daños al sistema, y ahi si que se harna grandes cambios por que ningun gobierno agunata en esa situacion, como decia trevijano, no votes no seas complice de la estafa
Si el sistema permite crear partidos y presentarlos a las elecciones y votarlos… a quien perjudicas es a ti mismo al no votar. Huye de la abstención, es un error seguro.
No sale nada positivo del resultado de bajar la participación. Aunque fuera del 1%, no cambiaría nada. Empeoraría.
Votar es el deber de todo ciudadano, y no se si seria mejor que sea obligatorio votar. Si no votas, no te quejes luego cuando gane Sanchez, porque los socialistas siempre votan.
“Estamos en un sistema estalinista y la inmensa parte de la población parece no haberse dado cuenta” Dr. Alberto Bárcena
https://www.youtube.com/watch?v=JWpl8HGiH-Q
Los españoles son muy tontos, cobardes, serviles, y con tendencia a la brutalidad. Tienen un nivel ético mediocre, que se observa en la suciedad que recorre todas las ciudades, descampados y cunetas del país, en el modo de conducir vehículos, en lo poco que importa molestar con ruidos y músicas, y sobre todo en lo mal que los profesionales suelen ejecutar sus tareas,y en que somos más pobres que otros, porque la riqueza es hija de la ética …Referirse a España como “este país” ya se hacía en tiempos de Larra. Aquí solo cambiarán las cosas cuando empiecen a cambiar… Leer más »
Resumiendo, que el Estado de la autonomias ha colapsado. Yo he recuperado mi soberania al decidir no participar en unos comicios en los que no creo y el resultado que pueda salir me da igual… Yo ya no pierdo el tiempo en esperar que solucionen las cosas estos dirigentes y mi preocupacio a dia de hoy es como salvar a los mios de estos presuntos gobernantes. Ya lo dijeron los griegos, el peor sistema de gobierno es la democracia, por eso lo abandonaron rapidamente…cosa que no se explica en historia, claro.
Y para usted cuál es el mejor sistema de gobierno???
Para mi y en mi humilde oipinion, considero que las sociedades desde siempre se han gobernado por los consejos municipales, que alli nos conocemos todos, y en simbiosis con quien manda de verdad, el que ostenta el PODER. A dia de hoy, consejos comarcales, autonomias, y al depender de la comunidad europea que es quien de verdad manda, tampoco hace falta un gobierno politico en España, que como obviamente se ha visto, llevamos tiempo sin uno de verdad y la cosa va cada dia mejor…hasta que tengamos Presidente con plenos poderes, que sera cuando volvera a irse todo al garete.… Leer más »
Solo una cosa haria cambiar todo drasticamente, la desaparicion del Psoe, esa es la raiz de todos los males, no iria todo fantastico pero mejoraria muchisimo. Una vez desaparecido el Psoe qie es el que mete terror a la ferecha se ha de acometer la prohibicion de todos los partidos separatistas y la reforma drastica de las autonomias
Más allá de ideas políticas, en España tenemos un problema con el negocio político/económico con el odio a España. El auto desprecio de la propia nación, esto es algo que hacen todos los partidos y medios informativos de izquierdas. Caen en ese pozo, y con ello provocan un conflicto autoinfligido a la sociedad. Que es irresoluble en sí mismo. Por tanto, en España no es lo mismo votar derechas que izquierdas, aunque los cambios políticos no se noten demasiado. Es insano odiar lo propio y pretender llegar a algún sitio con esta idea, sin llegar a graves contradicciones. El abstencionismo… Leer más »
Yo nunca he votado ni lo haré. Y tienes razón, nadie nos representa y por eso aspiramos a gobernar este país en un futuro no muy lejano.
Pues que se le va a hacer, algun@s hemos nacido con aires de reinas/reyes y con mucho amor propio…
Una abstencion del 60% seria mucho mas util que seguir yendo a mantener un sistema que ha destrozado España. La dictadura termino y esta democracia tiene que acabar. La actual democracia parece ese dio sin el cual no podemos vivir y eso es mentira.
La partitocracia funciona así porque los ciudadanos no se adaptan,y no quieren participar y conquistarla.
No se puede esperar que caiga del cielo un régimen dictatorial que lo arregle todo, siempre.
Los ciudadanos tienen que pensar y moverse, aparte de lo dicho, la abstención no cambia nada, vale menos que las manifestaciones, que tampoco cambian nada o cambian a peor las cosas.
Hay que organizarse, llevar un partido, sumarse a uno, defenderlo y ganar.
Hacer desaparecer al PSOE es lo mismo que hacer desaparecer al 80% de los españoles, que directa, o indirectamente, comulgan con lo satánico, es decir, la envidia, el rencor y el asistencialismo.
Totalmente de acuerdo. El Partido Socialista fue nefasto en la Segunda República y sigue la misma trayectoria.