Un recurso legal útil para afrontar los problemas financieros cuando un negocio no logra alcanzar el éxito
Ser un trabajador autónomo o iniciar una pequeña empresa es un ejercicio que involucra una serie de riesgos financieros que deben ser considerados en todo momento.
Actualmente, la economía de los países depende de factores que se escapan de las manos de los microempresarios y trabajadores independientes. Es un fenómeno muy común, ver la facilidad que tienen las grandes empresas de absorber a las más pequeñas y mantener la competencia entre las marcas reconocidas, convirtiendo, de esta manera, al emprendimiento en una labor arriesgada.
¿Qué hacer en caso de no tener éxito en el emprendimiento?
Las dificultades para encontrar trabajo en grandes empresas ha motivado a muchas personas a emprender sus propios negocios. Este hecho involucra hacer inversiones, adquirir deudas y compromisos fiscales para comenzar cualquier actividad económica que se desee ofrecer.
Debido a la alta competencia que hay en el mercado, la globalización y los factores económicos que afectan a un país, la posibilidad de no tener éxito es un riesgo que no se debe ignorar. Existen diversos factores que conllevan al fracaso de un negocio pequeño, uno de los más comunes es la ausencia de un Plan de Negocios concreto y eficiente, lo que puede generar que la persona adquiera más deudas de las necesarias sin haber contemplado el plan de acción con el cual se espera cumplir con las responsabilidades financieras adquiridas.
Es por esto que, es oportuno tener conocimiento de las normativas legales que respaldan a cualquier persona que trabaje de forma particular y/o al pequeño empresario.
La ley de segunda oportunidad entra en vigor en España en el año 2015, con la finalidad de proteger a todo aquel que no haya logrado tener éxito en su labor como emprendedor. Esto puede significar que ya no se encuentre en capacidad de cumplir con sus obligaciones financieras y sociales, entre en una situación de insolvencia y, debido a esto, se vea en la necesidad de cerrar.
¿En qué consiste la ley?
La ley establece que el trabajador independiente y/o pequeño empresario tenga la oportunidad de ser exonerado de algunas de las deudas adquiridas y así facilitar el proceso de solvencia financiera en un período de tiempo más corto.
La principal ventaja de esta ley va más allá de la posibilidad de resolver el estatus financiero en el momento más crítico, ya que, tal como lo indica su nombre, da una segunda oportunidad para volver a comenzar un nuevo proyecto.
¿Cómo proceder?
Para ser beneficiario de esta ley, se debe cumplir con una serie de requisitos que permitirán habilitar el procedimiento judicial denominado “concurso de acreedores para personas físicas”, mediante el cual, se demuestra que el trabajador y/o pequeño empresario realmente no cuenta con los recursos para cumplir con sus compromisos financieros.
En este sentido, es indispensable contar con la asesoría legal adecuada que oriente, a la persona afectada, en el procedimiento desde su fase inicial hasta el final. Lo más recomendable en estos casos es contactar directamente a un abogado segunda oportunidad, ya que es la persona especializada en este ámbito laboral.
Como todas las leyes, su aplicabilidad sólo se da en condiciones específicas demostrables, y en el caso de exoneración de deudas, desafortunadamente no todas pueden ser canceladas, como es en el caso de los compromisos por motivo de Seguridad Social y manutención familiar. Es por esto, que es de suma importancia contar con la asesoría de un experto en el área, para así, aumentar las posibilidades de disminuir el déficit financiero lo más que se pueda.
Cada caso tiene sus particularidades, y la ley se aplica según las condiciones de cada uno. Dos casos, por más parecidos que sean, pueden tener resultados diferentes. La clave está en buscar la información en las fuentes apropiadas y actuar de forma correcta, siempre apelando a la ley.
Al igual que cualquier proceso judicial, se debe tener en cuenta que se trata de un proceso que puede llegar a ser largo y complejo. Es importante mantener la constancia para lograr la reducción de la carga financiera tan necesaria en estas circunstancias.