Rodrigo de Cstilla.- Increíble, desopilante, atrabiliario, lo que ustedes quieran, y se quedarán cortos.

Parece que, en la locura por el cargo político a toda costa -y decimos bien, a TODA COSTA- Patricia Muñoz está completamente decidida a enfundar a los simpatizantes, electores y militantes, los principios del Partido al que representa por ese lugar situado dónde la espalda pierde su honesto nombre y se dice que los pepinos siempre son amargos. Sí, señora. Justo por dónde está usted pensando.

Me pregunto que dirán ahora las hordas rojas que acusaban a VOX de ser un partido xenófobo, reaccionario, de derechas, proteccionista y localista en lo económico y anti inmigración en lo social. ¿Recuerdan? ¿Los españoles primero?

Pues va a ser que no.

Esta enloquecida individua, que se ha estado destacando los últimos meses por perpetrar las mayores barbaridades contra su supuesto partido -comenzamos a valorar que sea una infiltrada de la izquierda- y que ha conspirado para eliminar a cualquiera que pudiera hacerla sombra en su inveterado e inflamado deseo de lograr un cargo político bien remunerado -tiene que criar a su niño chino sola, la heroína- ha llegado al límite de lo absurdo, lo ridículo y lo insultante para lograr un miserable puñado de votos que, seguramente, ni siquiera llegará a obtener.

Patricia Muñoz ha vendido a sus votantes, a sus compañeros, a Vox y a ESPAÑA por un miserable cuenco de lentejas… que han resultado ser piedras.

Uno, cuando es engañado, a veces puede tener el consuelo de saber que lo ha sido por un intelecto superior y por un individuo hábil y arrojado.

Hoy, debemos asumir que los votantes -pasados y futuros- de VOX en Sabadell van a ser engañados por una individua que por todos los indicadores que podemos examinar desde la distancia, dista mucho de tener un cociente intelectual de, al menos, 100.

Mucho menos. Pero menos, menos.

Ahora, antes de dejarles con el vídeo, quisiera recordar desde estas líneas a aquellos tenderos amables, de camisa de sarga azul y delantal a rayas verdes y azules horizontales, que tan pronto te servían alubias de un saco inmenso como te despachaban una coca-cola o te vendían una regadera de plástico.

Esos mismos tenderos que, resignados, y sin futuro, más allá de las despreciables ayudas que nuestros gobiernos reservan para los que han trabajado toda la vida, han tenido que ir paulatinamente abandonando sus negocios porque la competencia con las tiendas “de chinos” los tenía agotados fiscal y mentalmente.

Así como las grandes importadoras chinas se hacen con el monopolio del transporte, gracias a las condiciones sin competencia que nuestro aguerrido gobierno les ofrece…. o a los pactos secretos de armamento a los que ningún pero podemos ponerle excepto el de permitir que China cobre demasiado poder sobre nuestro bello y amado país.

Por todo lo anterior, YO PREGUNTO A VOX: ¿QUE ES ESTO? ¿Cómo puede una candidata bajo sus siglas pedir el voto a los inmigrantes chinos, y además en chino? No está subtitulado siquiera: ¿No es esto un monumental desprecio a los trabajadores españoles?

VOX CATALUÑA debe ser destruido hasta los cimientos. Y su personal, también.