El fin de Vox
José García Palacios (Reproducido) Hoy Vox está de moda, por el éxito electoral consiguido. Que, seamos sinceros, ho ha sido tanto como el esperado. Y que ha venido empañado porque Sánchez seguirá en La Moncloa. Pero, sea como fuere, éxito al fin y al cabo.
Y precisamente por eso escribo este artículo. Y para, habiéndolo publicado en fecha tan señalada (pocos días después de las elecciones), acordarme de cuando salió. Para poder hacer referencia al mismo.
Porque el final de Vox no está muy lejano. Vox en un partido con unas enormes contradicciones internas entre sus afiliados. Unos están a favor del aborto y otros en contra, unos a favor del matrimonio entre homosexuales y otros de su prohibición, unos son proisraelíes y otros pronazis. Y son solo ejemplos. En lo único que están de acuerdo básicamente es en tratar con dureza el desafío independentistas catalán y en luchar contra la ideología de género. Y en casi nada más. Lo anterior hará que pronto afloren las contradicciones y las luchas de poder dentro de sus cargos.
Por otra parte, Vox ha basado su campaña en rehuir la confrontación de ideas. No quería ni debates ni entrevistas incómodas. Bueno, eso ya se le acabó. Ahora en el Congreso de los Diputados se va a tener que someter a esa confrontación de ideas y va a tener que dar la cara (sea la que sea). Y si no tiene las ideas claras (que no las tiene, salvo en un par de cuestiones) eso se va a poner de manifiesto rápidamente.
Vox no es un partido de extrema derecha o nacional populista al uso, con una cierta trayectoria, política e ideológica. Nació hace unos años, ciertamente, pero cuando ha crecido (y de golpe) ha sido en los últimos meses. No tiene estructura real. Es un gigante con los pies de barro, es una pirámide invertida cuyo enorme peso está sobre una fragil base. Ello le va a pasar factura no tardando mucho, porque no va a saber acometer los desafíos que un partido con sus resultados debe enfrentar.
Pero hay más. Vox es un partido corrupto y mentiroso desde su mismo inicio, como he dejado claro por aquí en muchos textos. Esa corrupción y esas mentiras acabarán saliendo más temprano que tarde ante la opinión pública, con la previsible consecuencia de que le retirará el apoyo.
Vox terminará relativamente pronto. Cuatro u ocho años a lo sumo. Y finalizará su andadura política de una de estas dos formas. O a lo Podemos, implosionando de la peor manera, o integrándose en el Partido Popular cuando sus dirigentes vean que en dicho partido les garantizan sus futuros personales a cambio de no dividir el voto de la derecha. O puede que primero lo uno (la implosión) y luego lo otro (la integración en el PP).
Hoy sin duda están de celebración. Que la disfruten. Porque en un tiempo no demasiado lejano estarán de luto político por la muerte de Vox.