Armando, estamos contigo
Si el mensaje que intento transmitir no sirve para conmover a alguien que se de por aludido por formar parte directa o indirectamente del aparato sectario que está validando en España todo lo que pretende silenciar a los que pensamos distinto, a los que solo queremos una ESPAÑA que defienda a los españoles por encima de todo y castigue a los criminales que pretenden destruirla o simplemente para llamar la atención al menos a aquellos que pensando como yo, se conforman con lo que hay y no critican, demandan, reivindican o protestan, entonces mi esfuerzo habrá sido baldío, aún así, seguiré ejerciendo mi libertad de expresión exactamente igual que creen ejercerla los que delinquen, insultan, linchan, enjuician, se saltan la Constitución con la permisividad de las instituciones, o no toleran punto de vista alguno diferente al suyo, con la diferencia de que ellos no van a la cárcel generalmente y nosotros al primer patinazo sí, o al menos somos citados por el Fiscal del Odio, como ha sido el caso en estos días recientes de nuestro camarada de singladura Armando Robles.
Me refiero entre otras cosas a nuestro punto de vista sobre la unidad del Estado Español que debería protegerse enérgicamente con los dispositivos previstos en nuestra Constitución, a la política que proponemos de racionalización consecuente de la inmigración, a la defensa de nuestra religión católica empujada desđe las instituciones y desde colectivos privados conniventes con éstas a ser la culpable de casi todo lo que pasa en este país, a nuestra oposición al patético sistema judicial que nos asiste y por supuesto a nuestra libertad de expresión que pasa por defender lo auténticamente nuestro, como hace habitualmente Armando Robles. La libertad de expresión como comprobamos día a día, no es para nosotros, sólo es para ETA y sus palmeros, para los alborotadores del Congreso de los Diputados, para los separatistas catalanes portando banderas ilegales y haciendo terrorismo urbano, para ministros y amigos de ellos, para los grupos de ”indignados” que agreden y destruyen mobiliario urbano y para los colectivos de inmigrantes que pretenden imponer su estilo de vida en nuestro propio país.
Comprendo que la Fiscal del Odio de Málaga haya sido nombrada para algo y haya de estar en permanente alerta de observancia preventiva para impedir que actitudes de fomento del odio en el ámbito público no progresen hasta consecuencias perjudiciales para ciertos colectivos o para la sociedad en general.
Lo que no puedo comprender es que siempre son citados los mismos o son detenidos los mismos en aras de esa “observancia preventiva” y menos comprendo aún el motivo de la detención en el caso que nos ocupa, la del periodista Armando Robles en esta misma semana por haberse encarado en fechas pasadas con colectivos musulmanes desde su espacio televisivo con un solo trasfondo reivindicativo manifiesto, lejos de tener algo en contra de la religión Islámica o de la raza árabe y no es otro que luchar precisamente contra la intolerancia de muchos, quienes estando residiendo y algunos de ellos trabajando en España provenientes de países Islámicos, intentan imponer sus costumbres y sensibilidades a una mayoría Cristiana que en ningún momento los ha rechazado, faltando el respeto a ésta y no adaptándose a los hábitos de vida del país que los ha acogido.
Decía Jean-Jacques Rousseau: “El primer paso hacia el bien es no hacer el mal” y si no empezamos por defender lo nuestro, ya estamos haciendo las cosas mal. La actitud de la Fiscal del Odio interrogando al periodista dista mucho a mi entender de la objetividad cuando planteó preguntas al detenido relativas a su punto de vista sobre Adolf Hitler. No preguntó sobre Stalin, Lenin, Castro o Maduro, sólo sobre Hitler, sin por otra parte tener relación alguna con el tema de fondo.
No obstante, me quedo con su brillante respuesta al ministerio público sobre su apreciación relativa al colectivo musulmán, con independencia de que no mencionó la cantidad de tragedias que la parte extremista de éste ha traído a Europa especialmente en los últimos 15 años y que ya todos conocemos y esa respuesta fue: “No tengo nada en contra de las personas que emigran por motivos estrictamente económicos, pero estoy en mi derecho de opinar que un país con más de cuatro millones de parados, no necesita mano de obra de fuera”.
Señora Fiscal del Odio, ¿Nos va a detener a todos los que defendemos lo nuestro y a veces nos defendemos como gato panza arriba después de haber recibido todo tipo de afrentas y provocaciones o va a usted a empezar a detener a gentuza del otro bando cuando inciten al odio a la mayoría de este país llamado todavía España?
Armando, no estamos con los delincuentes “Los Jordis”, Puigdemont, Turull y similares”, pero estamos contigo.
Suscribo su articulo en su totalidad. Estamos con D.Armando.
Don Armando le tienen miedo y quieren parar su actividad como lo hicieron con Don Enrique. D.D las mismas causalidades se mete en en partido politico y le achuchan los perros.
¡Muy bien dicho!
Lo suscribo plenamente.