Tres lugares imprescindibles para ver en Milán
Capital de la región de Lombardía, Milán es conocida principalmente por ser la capital de la moda, sin embargo en su interior se entremezclan distintas corrientes artísticas de estilo barroco, medieval y moderno. Esta confluencia de movimientos artísticos otorga a la ciudad un impresionante patrimonio histórico y cultural que podemos ver reflejado en monumentos de tal envergadura como la Catedral de Milán, comúnmente conocida como Duomo o los frescos de Leonardo Da Vinci. Cuenta con una enorme ventaja para todos aquellos que se desplazan a conocer la ciudad y es que, al tener un tamaño reducido, permite recorrer a pie de forma fácil la mayor parte de sus puntos de interés.
No obstante, la ciudad también se compone de espacios naturales que permiten al ciudadano y al visitante disfrutar de la naturaleza en un entorno relajado y apacible al mismo tiempo que permite contemplar la vista de la ciudad mientras degustamos un delicioso helado o “gelato” milanés. Pero Milán es mucho más pues, a pesar de ser uno de los centros de la moda más importantes del globo terráqueo también lo es a nivel financiero e industrial, aunque sin lugar a dudas los viajeros vienen hasta aquí atraídos por la peculiaridad de la metrópolis. A continuación, podrás encontrar algunos lugares increíbles que no puedes perderte si visitas Milán.
Duomo
Es el símbolo indiscutible de la ciudad y una de las iglesias más grandes del mundo. Se ha consolidado como el propio centro de la ciudad al contar con calles radiales que salen de su plaza. Debido a la cantidad de arquitectos procedentes de las diferentes ciudades europeas, la catedral forma un compendio de todas las catedrales góticas de Europa así como un ejemplo de gótico europeo.
Dividido en cinco naves, su interior presenta elementos claves de la arquitectura gótica como arcos ojivales, bóvedas de crucería, enormes vidrieras con escenas religiosas y varios frescos. El exterior se encuentra revestido de mármol blanco rosado y en su punto más alto se dispone la estatua de la Madonnina, convertida en uno de los símbolos más importantes de la ciudad metropolitana. La entrada cuesta 3€ e incluye tanto la catedral como la cripta y el museo.
Castillo Sforzesco
Situado en el casco antiguo de la ciudad, fue considerado durante años un símbolo de la tirania y la ocupación extranjera hasta que se transformó con el objetivo de albergar numerosos museos. El castillo está datado en el año 1360 y fue construido con el objetivo de ser una fortaleza impenetrable. A pesar del esfuerzo, este fue destruido y Francesco Sforza acabó haciéndose con él, quien terminaría por reconstruirlo completamente.
Con los años fue siendo ocupado por diferentes países hasta la reconstrucción y reinauguración en 1893. De los muchos museos que alberga es posible visitar algunos de gran importancia cultural como el Museo de Arte Antiguo, Museo Arqueológico, la Pinacoteca y el Ospedale Spagnolo donde se ubica la Pietá Rondanini, última escultura de Miguel Ángel.
Parque Sempione
El Sempione se ha constituido como el parque más grande de Milán con más de 47 hectáreas de zonas verdes. Ubicado en pleno centro histórico junto al Castillo Sforzesco, fue diseñado entre 1890 y 1893 con el estilo de un jardín inglés. En él es posible encontrar varios pabellones, puentes y monumentos así como numerosos senderos, un pequeño lago artificial y un belvedere. En el parque también es posible hallar diversas especies animales, sobre todo patos de distintas variedades. Algunas de las edificaciones más interesantes que pueden visitarse en el jardín son la Fundación Trienal, el Acuario Cívico, el Arco della Pace y la Torre Branca.
El Parque Sempione es uno de los muchos lugares verdes situados alrededor de la ciudad. Durante los fines de semana, el lugar se convierte en el rincón ideal para recargar las pilas y disfrutar de un momento agradable con los amigos. Si paseáis por el parque es probable que veáis, en uno de los puentes, infinidad de candados colgados de cadenas metálicas que simbolizan el amor eterno. Esta acción es un clásico que se repite en cientos de ciudades y que recrea un pasaje de uno de los libros de un conocido autor italiano.