Manuel Sánchez Corbí

Por José L. Román.- El Gobierno de Pedro Sánchez ha destituido de manera fulminante al coronel de la Guardia Civil y jefe de la UCO (Unidad Central Operativa), Manuel Sánchez Corbí. El motivo del cese dicen que ha sido por “pérdida de confianza”. Díganme, ¿qué autoridad moral puede tener un Gobierno que pacta con independentistas, para destituir al jefe de la UCO por “falta de confianza”?

Para quien no lo sepa, el coronel Sánchez Corbí es un hombre de honor; un distinguido profesional que ha desarrollado su carrera sin paréntesis ni siestas cargando sobre sus espaldas la responsabilidad de dirigir y coordinar operaciones como la liberación de Ortega Lara y la detención de sus verdugos; la investigación del asesinato de la joven Diana Quer; la investigación del asesinato del niño Gabriel Cruz; las investigaciones sobre corrupción política en el PP como los casos: “Taula”, “Púnica”, “Lezo” o “Acuamed”, y, en la actualidad, dirigía los trabajos de investigación en una operación contra la corrupción en el partido del Gobierno, el PSOE.

Cualquier español que esté al cabo de la calle, sabe de la falsedad del argumento utilizado por el Gobierno para destituir a un jefe tan emblemático en la lucha contra la corrupción. Corrupción, no hay que olvidarlo, en la que está metido hasta las cejas el partido del Gobierno, lo que no debería dejar indiferente a nadie. Elevar un escrito advirtiendo que por falta de recursos económicos quedan paralizadas las investigaciones de las distintas Unidades bajo su mando, mientras el presidente del Gobierno –y esto lo digo yo-, despilfarra el dinero público viajando en un “Falcon” oficial para irse de concierto con su familia y allegados, tampoco es algo baladí.

Insisto, ¿que autoridad moral puede tener un individuo que llega a la Moncloa sin ser elegido en las urnas y sin dignarse tan siquiera a mostrar su misterioso “doctorado”, para destituir a un coronel de la Guardia Civil cuya trayectoria personal y profesional ha sido impecable?

Lo han cesado porque era objetivo prioritario del actual Gobierno y de la organización que le presta su apoyo, con la más que sospechosa colaboración de algún que otro trepa de esos que, como en todo colectivo, andan infiltrados y al acecho para vender a quien sea menester.

Este clamoroso abuso de autoridad del gobierno de Pedro Sánchez, define claramente ante qué y con quién nos enfrentamos. Si por algo se ha distinguido siempre el PSOE a lo largo de estos cuarenta años de democracia, ha sido por perseguir implacablemente toda aquella verdad o prueba que ponga en evidencia su gestión de gobierno. Como te salgas del guion y no sigas el patrón establecido, aun creyendo que defiendes y cumples con la Constitución, caerá sobre ti todo el peso de los “poderes públicos” con la colaboración implícita de los medios de contaminación, y sin posibilidad alguna de salvar tu honor ni lavar tu imagen.

Se necesita ser muy miserable, muy siniestro, muy malvado, y carecer del más mínimo atisbo de decencia y de dignidad, para por una parte, destituir en el cargo a un hombre de honor como el coronel de la Guardia Civil don Manuel Sánchez Corbí, dedicado en cuerpo y alma a limpiar de terroristas, criminales y políticos corruptos la geografía española, mientras por otra, sin escrúpulos morales, reunirse con el magnate multimillonario George Soros, promover la islamización de nuestro pueblo mediante un “efecto llamada” provocando la entrada masiva de ilegales por nuestras fronteras repartiendo papeles y prestaciones sociales para todos ellos; crear la Sanidad Universal para quebrar definitivamente nuestra Seguridad Social; ordenar la exhumación de Franco provocando un nuevo enfrentamiento civil; dialogar con los golpistas e independentistas catalanes; pactar con los independentistas vascos su llegada a la Moncloa; y mostrarse tremendamente comprensivo con los terroristas vascos de la ETA, olvidándose de las víctimas como las de su propio partido.