Por José L. Román.- El objetivo principal de Pedro Sánchez además de garantizarse una paga vitalicia de 80.000 euros anuales, es la destrucción de España. Su férrea oposición a la cadena perpetua para asesinos y violadores; la legalización de la eutanasia; abrir las fronteras de par en par para dar entrada al flujo migratorio proveniente del continente africano ofreciendo además Sanidad Universal gratuita; imponer el comunismo disimulado en forma de ideología de género enfrentando a hombres contra mujeres; fomentar de nuevo el guerracivilismo, y tomar al asalto RTVE para su particular campaña electoral hasta el final de legislatura, son señales más que evidentes de su complicidad para la puesta en marcha de “TeleOltra” o su negativa al cierre de Tv3.

Pedro Sánchez y su “organización”, siguiendo los pasos de Maduro, que no son otros que las indicaciones de Podemos, consideran prioritario meterse aún más en todos los hogares españoles las 24 horas del día, para que una mayoría de la plebe presa del desencanto, de la desesperanza y del pesimismo, termine por atiborrarse de ese producto tóxico que constituye su abyecto y siniestro discurso.

Controlar los medios de comunicación en general, y las televisiones y radios públicas en particular, es la clave del comunismo para perpetuarse en el poder. Esto lo saben ellos, lo sabe Iván Redondo, nuevo gurú de Pedro Sánchez, y por supuesto lo sabe hasta el que asó la manteca. Razón de peso para entender su apoyo al trato exquisito dado por Soraya Sáenz de Santamaría al golpe de estado en Cataluña sin clausurar TV3 y sin cerrar a cal y canto todos los demás medios de contaminación al servicio de los sediciosos, queriendo lanzar un guiño cariñoso para cuando tuviese lugar la moción de censura que podría llevarlo a la presidencia del Gobierno.

En cuanto a “TeleOltra” tres cuartos de lo mismo. El tripartito valenciano tuvo siempre como prioridad absoluta poner en marcha su principal instrumento de adoctrinamiento bajo el nombre oficial de “Á Punt”, sugerido por un separatismo catalán que sería finalmente quien dirigiría el cotarro.

48 millones de euros de presupuesto para “TeleOltra” que, a través del FLA, y por tratarse de una Comunidad en quiebra técnica, salen del bolsillo de todos los españoles. O sea, no tienen dinero para pagar a proveedores ni para hacer frente a los servicios públicos más elementales, pero sí para otorgar un subsidio de 532 euros a inmigrantes ilegales, y para reactivar ese instrumento político cerrado anteriormente por deficitario, para ponerlo al servicio del separatismo catalán.

Pedro Sánchez y su “organización” van en automático. Se apresuran en aprobar una Sanidad Universal gratuita al servicio de millones de inmigrantes ilegales, mientras los españoles que sostienen con sus impuestos la Seguridad Social no disponen de algo tan básico y elemental como la asistencia odontológica, oftalmológica y auditiva total y gratuita, y cuyo coste no superaría ni de lejos al de los 450.000 cargos políticos y 200.000 empresas públicas, que sostenemos los contribuyentes por obra y gracia de las autonomías.

Pedro Sánchez y su “organización” se oponen a la aprobación de la “cadena perpetua” para terroristas, asesinos en serie o violadores de toda calaña, pero continúan con la puesta en libertad de criminales etarras o su acercamiento a cárceles de Vascongadas, como una bajada voluntaria de pantalones ante los separatistas y terroristas vascos, ciscándose en la sangre vertida por miles de víctimas inocentes, y carcajeándose en la cara de sus familiares, vecinos, paisanos, compañeros y amigos.

Llaman “putos viejos” a los pensionistas que no les otorgan el voto y hasta les amenazan de muerte a través de las Redes sociales, pero los convocan después en la calle para pedir unas pensiones dignas y la dimisión del Gobierno, y continuación sin ningún tipo de escrúpulo, anuncian el “decretazo de la eutanasia” para “legalmente” deshacerse de ellos, por ser una carga para el Estado al no ser productivos. Una manera siniestra de ciscarse en el sacrificio que supuso para estas personas, el haber trabajado toda su vida pagando puntualmente sus impuestos y vertebrando la nación.

Si España constituyese un estado nacional fuertemente unido; con unos medios informativos libres e independientes al servicio del bien común; con unos jóvenes educados en el amor a la familia y a su Patria y alejados del botellón, de las drogas y la “telebasura”; si el conjunto de la ciudadanía estuviese cohesionado por ese espíritu nacional como virtud patriótica, seguramente no estaríamos hoy lamentándonos por lo que sucede en Cataluña, de la cobardía de Rajoy, del gobierno ilegítimo de Pedro Sánchez y sus compañeros de viaje, ni de lo que nos espera si arriamos nuevamente la bandera de la Patria.