Por alusiones al pueblo de Almería de Luís García Montero: No todos somos como Ana Julia
Hipatia.- No todos somos Ana Julia Quedaza, quizás eso opinen lo que no tienen una conciencia limpia, pero lo ha sucedido en Almería no ha sido una comedia ni un show, la gente ha salido a buscar a un niño como si fuese hijo suyo y ha vivido el drama día a día, ha acompañado a los padres hasta el último momento y seguro que les sabrá dejar tranquilos y respetar su duelo en la intimidad.
Desde el primer día los mensajes volaron para buscar al niño, a mí me llegaron hasta cuatro en la primera tarde por distintos grupos de amigos. Los que estuvieron en la búsqueda del niño, lloviendo la mayoría de los días, no fueron porque había venido la televisión, así que los que estuvieron en el funeral tampoco.
Los Almerienses no nos identificamos con los asesinos, sino con los padres de Grabiel, porque las dificultades durante siglos para sacar los hijos adelante nos ha hecho una cultura fuerte para las dificultades, de mirar para adelante, pero con optimismo y alegría en sus gentes, somos un pueblo de supervivientes, no buscamos el escándalo permanente y la atención, nos esforzamos para sacar la familia adelante con honradez, somos especialmente sensible al mundo de los niños y su entorno, por más dificultades económicas que se hayan pasado, hasta en el barrio más humilde, los niños se respetaban y eran intocables en su inocencia, ahora parece que no.
Gabriel era un ángel, como todos los niños de su edad, a ellos se dirigía la madre cuando se despedía en la Catedral, por encima del momento tuvo la sensibilidad de explicarlo como si los compañeros de su clase estuviesen en primera fila, para no impactarles en sus ingenuidad, otros no han sabido ver la sublime bondad de sus palabras.
Pero nos ha tocado a todos en el alma, con el pequeño Grabiel “ha pasado un ángel”, con un silencio a los días siguientes que se palpaba hasta en el whatsapp … y ya nada es igual, ni en los foros, ni comentarios, la reacción ya no es la misma, pero no sólo en Almería, este sólo ha sido el epicentro que ha recorrido medio mundo, algunos aún no lo han notado pero ya no somos los mismos, ha sido una catarsis colectiva.
No hacía falta hacer reproches, porque desde el domingo la grabación de lo que había dicho y hecho Ana Julia en el coche eran pruebas suficiente para incriminarla, aunque no las únicas, había que esperar a su confesión, al desenlace de los días siguientes, la colaboración entre los cuerpos de seguridad y con la familia ha sido encomiable, no hay palabras para agradecerlo.
Quien sí merece un reproche es el oportunismo ideológico, detenido el presunto asesino de Diana Quer, saltaba otro caso que había movilizado a la gente y el caso estaba servido, si aparecía otro presunto acosador, sólo había que esperar a encontrar las pruebas, más morbo de violencia de genero para ahondar en la zozobra moral entre los españoles… pero el caso dio un giro no esperado, se volvió en contra de lo que los medios programaban, por los resultados de la investigación, ahora la presunta asesina parecía una mujer y extranjera, me da igual el color, le habían dado la oportunidad de integrarse y de normalizar su situación, pero nadie sabía lo que pasaba por su mente hasta que actuó.
No había ni que dejar tiempo a sacar conclusiones, después de eso había que desviar la atención rápidamente, que mejor que un suceso fortuito en Lavapiés para originar una batalla campal, por un bulo del que luego nadie quiere pedir disculpas, no hay nada como otro golpe de noticias para formar una cortina de humo.
El mal que ahora tenemos en Europa no es el capitalismo, no al menos en España, donde en lugar de capital tenemos una enorme deuda, herencia de los sucesivos gobiernos, aquí tampoco importa el color, pero eso el socialismo no lo quiere ver. Aunque aún hay otro problema, la entrada masiva de inmigración, unos pocos se hubiesen integrado, antes unos que otros, no es el caso de Ana Julia, pero ahora ya no hay tiempo de integración, hay una invasión en toda regla que se oculta con sucesos para tener distraída la atención de la población, pero que está pasando factura a toda Europa.
El escenario de fondo del acto final de esta “tragedia griega”, como algunos la han llamado, ha sido la Catedral, ya es hora de recordar su memoria, se construyó como fortaleza para refugiar a los cristianos en caso de ataque de las costas de África, en realidad había tres recintos amurallados construidos hace más de un milenio por Jairán, para soportar los ataques berberiscos, y ya desde antes incluso de los romanos han venido del norte de África como piratas.
La historia de Almería ha tenido momentos brillantes y otros muy oscuros, durante los ocho siglos de invasión musulmana hubo un genocidio de toda la población cristiana, su puerto era el que sostenía económicamente el Al-andalus, nutría de esclavos traídos de África o de cualquier barco o costa cristiana, castrados en la Juaida. Los cristianos que no se convirtieron rápidamente al principio, tuvieron que soportar todo tipo de humillaciones a medida que crecía el Islám en población y finalmente desterrarse o morir, la historia de Almería no la cuentan ni en documental, porque la población hubiese estado alertada y no habríamos aceptado tan fácil el nuevo desembarco de “piratas” que desde las mismas costas de la Berbería ahora llegan en patera, las cosas por su nombre, ya es hora de decir las verdades aunque duelan.
Perder un hijo es una tragedia, pero este niño ha servido para recordarnos a muchos españoles a los más 100.000 inocentes que mueren cada año en clínicas abortivas y que nunca son noticia, otro negocio lucrativo de la nueva Judería, hoy ya con cifras de genocidio, que si la sociedad no estuviera tan adormecida escandalizarían, prefieren movilizar en su lugar a los pensionistas y no darles la oportunidad de pensar en los nietos que no han tenido, mientras que nuestros políticos como Luis García Montero y sus socios de ideología, sigan fomentando el aborto y esta invasión con sus políticas, reprochando todo que no comulgue con sus ideas, el veneno no está en los medios, sino en los que los manipulan y envenenan nuestra intuición.
Lo que los almerienses sentimos lo sabemos por experiencia propia y por nuestra historia, no tienen que venir poetas desde fuera a reinterpretarnos, ni García Montero, ni García Lorca, por mucho que se nos ha silenciado, Almería ha hablado y no ha podido ser más oportuna.
La invasión musulmana fue planeada: Primero se desarmó la población, supuestamente para que estuviera más segura (malos gobernantes corruptos como ahora, se dejaron convencer, por los mismos… El “pueblo elegido”), y después se le abrieron las puerta de las murallas por la noche cuando los cristianos dormían, para que los sarracenos entraran a cortar cuellos. Por eso la conquista fue tan rápida.
La historia se repite, y como no nos la enseñaron bien en la escuela pues no hemos aprendido nada de ella. Salvo que ante la adversidad el pueblo español siempre saca lo mejor de sí mismo.
Más aún de lo que sospechas, los judíos no eran los que estaban dispuestos a matar, porque ellos se consideran a sí mismo principies por ser hijos de Dios, pero siempre han utlizado a los demás para sus propósitos, en la península arábiga los pueblos originarios eran primitivos, en su mayoría analfabetos y se mataban entre ellos, se dedicaban a llevar carabanas por el desierto, el 60% de la población era judía comerciante, ellos les servían de camelleros. Para los judíos de los tres hijos de Noe, Sem, Cam y Jafet, dan origen a los pueblos que luego pueblan la… Leer más »
Que no nos engañemos una cosa es legislar en caliente, pero otra muy distinta es dejarnos desangrado lentamente, sabian que dejaban entrar a inmigrantes de países que no controlan su natalidad y que la cifra irá a más, que el sistema ni es sostenible, pero no mueven un dedo. Al contrario le premian por su mala conducta siendo tremendamente condescendientes, mientras que a la inversa en su país el trato sería muy distinto, si no hay reciprocidad no puedes dar igualdad, hasta en el Imperio Romano lo sabían y Aristóteles ya lo había dejado por escrito. Son demasiados para integrar… Leer más »
Decir soy ana julia es decir,apoyo el asesinato,apoyo la corupcion ,apoyo etc…La izquierda a sido manipulada para que el bien sea el mal y el mal el bien.Satanismo puro y duro.
Se supone que la soberanía la tiene el pueblo, pero las Cortes que son las que supuestamente nos representan, hace tiempo que han perdido el pulso de lo que pensamos de verdad los españoles.
No estamos protegidos, no nos sentimos seguros, y hace mucho tiempo que lo estamos advirtiendo, eso no es cuestión de empatía o de colores, no todas las culturas son compatibles con nosotros y lo mismo que se ha abierto mucho la mano, ahora se cierra.