¿Tienen alma nuestros soldados?
Si lo de Cataluña no les ha turbado el ánimo es porque ya nada malo les perturba, salvo conservar sus nóminas, muy por encima de lo que merecen. Del Ejército español ya no espero nada, sus altos mandos tienen más apego a los políticos que a esa patria que juraron defender. Mi abuelo materno, héroe de la división azul, ya se avergonzaba de ellos aún cuando tuvo la suerte de fallecer mucho antes de que la partitocracia comenzara su tarea demoledora.
Hay soldados con honor y funcionarios con uniforme. Por desgracia, lo que prevalece en España son estos últimos. Fracasado el 155, los golpistas ocupan de nuevo el Parlamento catalán y vuelven a tocar tambores de guerra. Si se declarara hoy la independencia de Cataluña, nuestros militares se meterían en sus camas como si tal cosa. A veces hasta dudo de que esta gente tenga alma. Todo sea por la pasta.
Todo lo que alcanza nuestra vista es mierda y putrefacción moral. Del pueblo español tampoco cabe esperar mucho. Que confíe en un advenedizo oportunista como Rivera ya nos indica su nivel. La diferencia es que los españoles civiles no hicieron ningún juramento de sangre. Me avergüenza que ni una sola voz en el Ejército se haya alzado contra el desafío separatista y en defensa de los límites que no tendrían que haber sido rebasados por los enemigos de nuestra patria. En la España de Franco estarían limpiando letrinas. Comparo a estos pellas con aquellos soldados españoles que durante siglos y siglos fueron los reyes de las batallas y asombraron al mundo con su valor hasta el sacrificio, con su estoicismo ante las adversidades, con su alegría en los momentos más difíciles. Nos abochorna que estos funcionarios vistan el mismo uniforme de aquellos soldados que hicieron capitular al holandés en Breda, que lucharon contra lo imposible en Cuba y Filipinas, los que murieron en la interminable guerra de Marruecos, los que defendieron hasta la muerte el castillo de Simancas, los que resistieron en el Alcázar de Toledo, los que llenaron de valor y coraje el infierno de la estepa rusa…
Los políticos de la democracia han logrado, sin embargo, que el estamento castrense español sea una más de esas instituciones florales e ineficaces que vegetan a la sombra de esta umbría corruptocracia. Quisiéramos que en el ánimo de muchos militares españoles calasen otros principios y otras ideas distintas de las oficiales. Por ejemplo, que el deber de un representante de las Fuerzas Armadas es mantener siempre alto el orgullo y fortalecida la dignidad porque son portadores de una exigencia que viene de muy atrás y que se basa en el honor y en la tradición por encima de cualquier concepto ideológico. Lástima que estos acomplejados funcionarios no estén para dignidades ni recordatorios.
El relativismo y otras pandemias morales han entrado de lleno en la institución castrense. De ahí que hablarles de la dignidad nacional resulte tan vano como explicarles la diferencia entre ellos y aquellos soldados que hicieron del honor su principal norte y guía, especialmente en los momentos difíciles, cuando el peligro externo o interno amenazó a España. Ese honor permitió que de un país de hambrientos y analfabetos, a finales de los años 30, surgiera la gran potencia que España, pese a todo, aún sigue siendo.
Cuanto de ventaja nos llevan todas las tribus prerromanas,y ejemplos como el de viriato por mantener la unidad
Don Armando, coincido totalmente con su diagnóstico. Desde la supresión del servicio militar, de la mano de Aznar, dicho sea de paso (las izquierdas seguramente no se hubieran atrevido a hacerlo), vamos de mal en peor. Las nuevas generaciones no han jurado la Bandera Nacional, ni tienen una mínima formación, histórica y militar. Tampoco han viajado a otras zonas de España, que es algo que propiciaba el servicio militar, ni se han dado cuenta de la belleza de nuestra Patria, de los diferentes caracteres de nuestros conciudadanos, de la pobreza de algunas tierras y gentes, etc. Los ministros zapateriles, BONO… Leer más »
No creo que se trate simplemente de vil metal. Ojalá se tratara únicamente de una cuestión monetaria. Todo lo que se compra con dinero es barato. El ejército no es el lugar idóneo donde buscar riqueza. En otros tiempos puede que lo fuera, pero hoy día evidentemente no. El sueldo de los oficiales superiores es considerable pero no dista mucho de cualquier otra profesión tal que médico e incluso menor en muchos casos. No. Como digo ojalá se tratara de simple vil metal. Aquí hay más. Mucho más. Intereses que sobrepasan con mucho los económicos y que están por encima… Leer más »
Estoy totalmente en desacuerdo con el artículo. Claro que habrá militares que lo son por el sueldo, pero la gran mayoría se indigna con la situación que vivimos. Es cierto que los generales son unos políticos, que deben su empleo militar a los políticos y no a ascensos por antigüedad como debería de ser y era hasta que llegó el nefasto Felipe González al poder. También es cierto que hoy en día, ya los tenientes coroneles empiezan a bailarle el agua al politicucho más cercano, sea un alcalde, presidente de la Diputación o el subdelegado del gobierno. Pero la gran… Leer más »
¿Nuestros soldados? D. Armando la sensación respecto a los servicios comunes ya no sólo el ejército , de nuestros nada de nada, ni son nuestros maestros, ni son nuestros médicos ni son nuestros soldados ni son nuestros políticos , ni son nuestros jueces , etc etc somos nosotros sus administrados , somos la parte mal parada del sistema. Con este principio que rompe cualquier atisbo democrático como la igualdad entre españoles el principio de servir y toda esa falsa dogmática democrática se reduce a un cuento chino.
No han hecho ni harán nada, el € es el €. Algunos, para lavarse la conciencia, dicen lo que piensan cuando ya están jubilados y sus € no corren peligro.