La destrucción de la democracia en España
El sistema salido de la Transición está agotado y hay que buscar otra cosa. Está agotado hace ya bastantes años, propiamente desde Zapatero. Hasta entonces, aunque iba desde luego muy mal, entre la corrupción, el separatismo en auge, etc., había esperanzas de rectificación. Hoy esas esperanzas han desaparecido. Conviene tomar conciencia de lo que ha supuesto Zapatero, que puede resumirse en la destrucción del estado de derecho en cuatro grandes operaciones: el rescate y legalización de la ETA, la ley de memoria histórica, los nuevos estatutos ya preseparatistas, y las leyes homosexistas y de género.
Veamos brevemente cada una.
Zapatero rescató a la ETA de la ruina al invertir la política de Aznar de tratarla según el estado de derecho y no darle ninguna salida política. La política de Zapatero se basó en recompensar los crímenes de la ETA con legalidad, dinero público, presencia institucional, proyección internacional, etc. Esto es hacer del asesinato un modo incluso privilegiado de hacer política. Este mero hecho, cuya base es una profunda afinidad ideológica entre ETA Y PSOE, ya supone la quiebra de la democracia. Pero casi nadie ha visto la evidencia, por la razón de que la cultura democrática en España es casi nula, en la izquierda o en la derecha.
La segunda operación ha sido una ley totalitaria que pretende oficializar una versión particular de la guerra civil y el franquismo, como en los países comunistas. Con el agravante de que trata de ensalzar como víctimas y defensores de la libertad a personajes condenados por crímenes a menudo espeluznantes. Esa ley podría llamarse mejor de deslegitimación del franquismo… y por tanto de la democracia y la monarquía salidas de él. Porque lo que se decidió en la Transición fue la democratización de España de la ley a la ley, es decir, desde el régimen anterior. Es evidente que Zapatero y los suyos pretenden un nuevo sistema político, similar al que intentaba imponer en España el Frente Popular y buscado por los partidos “rupturistas” al principio de la Transición. El Frente Popular fue una alianza entre izquierdas totalitarias y separatismos, con amenaza de destruir España y su cultura cristiana y tradicional.
La tercera operación antidemocrática, y de acuerdo con la tradición del Frente Popular, ha sido impulsar arbitrariamente nuevas autonomías, a partir de Cataluña y de hechos consumados en Vascongadas, que dejan en residual la presencia del estado en esas regiones y abren el mismo camino en otras. Son unos pasos ya claramente de presecesión.
Y la cuarta de las principales operaciones son las demagógicas y antijurídicas leyes llamadas de género, que intentan imponer una guerra de sexos e inferioridad jurídica del varón, así como el aborto masivo. Todo ello combinado con unos llamados matrimonios homosexuales con adopción de niños, a quienes se priva despóticamente de su más elemental derecho a un padre y una madre reales.
Todo ello se ha hecho en medio de intrigas ocultas, de campañas de falsificación de la historia, de manipulación de los medios de masas y de siembra de odios que la sociedad había superado hace mucho, pero que renacen, y de una corrupción galopante.
Cada una de estas operaciones supone ya una quiebra del estado de derecho y por tanto de la democracia, aparte de atentar contra la estabilidad social y la unidad de España, base de cualquier democracia o Constitución (y no al revés). Por cada una de ellas, sus autores políticos deberían ser encausados penalmente. Si no ha habido reacción adecuada –la que ingenuamente esperaban muchos del gobierno de Rajoy–, es por razón de la dicha ausencia de cultura democrática entre nuestros políticos y periodista, con raras excepciones. Esa incultura esencial les impide distinguir los cambios políticos normales y aceptables de los que socavan las propias bases del sistema.
Pues lo más grave de todo es que el PP, que en teoría debía haber impuesto una rectificación a estas políticas para salvar la nación y la libertad, se ha sumado con fuerza a ellas, manteniéndolas y agravándolas. Con ello el PP se ha convertido en el mayor obstáculo a cualquier rectificación o regeneración, puesto que, debido a su aparato de poder y comunicación, y a la ingenuidad de unos votantes que cierran los ojos a la evidencia, bloquea cualquier alternativa hoy por hoy. Por ello la superación de esta quiebra histórica debe venir desde fuera de los actuales partidos políticos, cuya tendencia a degenerar en mafias es bien notoria.
Pues bien, ante este panorama se plantea necesariamente qué hacer. Es preciso un programa de reformas radicales y un liderazgo político que las abandere. Esto, hoy por hoy, no existe, o existe solo en embrión. Pero mientras falte el partido o movimiento político adecuado, todos debemos hacer el esfuerzo que esté en nuestra mano.
Don Pio MOA tiene mucho mérito, pues es un autodidacta, y lo digo yo que tengo varias carreras universitarias…
Pero pese a ello, o tal vez por eso mismo, DA SOPAS CON ONDA A MUCHOS PROFESORES UNIVERSITARIOS, que ven los árboles, pero son incapaces de ver el bosque…
¡Va por usted, don Pío!
Magistral análisis de la situación política provocada por esta “plutocracia” degenerada hasta la náusea por esa caterva de canallas que muy bien describe D. Pío Moa.
Aún tendrá que degenerar más hasta provocar el desmembramiento de España (a la vuelta de la esquina) para que comience a despertar algún tipo de reacción patriótica y, aún así, tengo muchas dudas de que se produzca, dado el grado de idiotización, de cobardía social reinante en esta sociedad totalmente corrompida.
El rumbo estaba sentenciado desde que se redactó y aprobó la vigente Constitución de 1978. Una Constitución redactada por ingenuos falangistas (izquierdosos, por tanto) bien manejados por socialistas y hábiles secesionistas.
Ingenuos por creer que enfrente había rectitud y honradez, rasgos tradicionales en la Falange. A menudo hace Ud comentarios interesantes pero lo de “izquierdoso” aquí está completamente fuera de lugar.
Y lo peor es que el PP, incumpliendo su programa electoral y traicionando a sus votantes, continuó con muchas de las nefastas políticas de ZP que hundieron España
Gracias Dn. Pio.Con ud coincido no al 90% sino al 99%,incluyendo la estupidez que se está cometiendo con la inmersión del inglés
Excelente artículo, don Pio.
Su definición de la “potencia destructora” de Zapatero, es real como la vida misma.
SOLO LE HA FALTADO DECIR QUE ESTE TIPEJO ES GAFE.
Desde que empezó a ocuparse de los problemas de Venezuela, supe que las cosas iban a ir de mal en peor, pues todo lo que hace el zapatones, LO JODE.
En eso, no falla nunca.
¡Pobres venezolanos, y pobres españoles! Lo que nos espera…