El Sinan Erdem Arena es un pabellón moderno situado en la zona europea de Estambul. La tranquilidad que inunda las calles residenciales que tiene a su alrededor se rompe en días de partido y ese bullicio se traslada rápidamente a su interior. Dentro, la fogosidad de la afición turca provoca que los cimientos se retuerzan y anticipan un duelo complicado para el rival. Por eso, la selección buscaba un inicio arrollador que apaciguara los ánimos lo antes posible y evitara un sofoco al exótico trío arbitral que la FIBA había diseñado para el choque -un japonés, un brasileño y un lituano- a los que se le fueron notando las costuras con el

La puesta en escena de la selección fue notable. Ante un conjunto sin referencias interiores, la instrucción de Scariolo de jugar mucho con los Gasol dio sus frutos a pesar de que el ataque nacional era más denso de lo habitual (17-8, min. 6). La entrada de Sergio Rodríguez agilizó la ofensiva de España, que amplió la distancia hasta los doce puntos nada más comenzar el segundo cuarto (26-14). Rugía la grada, cada vez con menos fervor, cuando hizo su aparición estelar Korkmaz. Opacado por Osman durante este Eurobasket, el nuevo jugador de los Sixers atrapó la responsabilidad de su equipo para darle aire a Turquía con diez puntos consecutivos que obligaron a Scariolo a pedir tiempo muerto (29-25, min. 19).

Con Juancho Hernangómez cargado de faltas personales y sin el lesionado Abrines en el banquillo, al italiano no le quedó más remedio que cargar de minutos a San Emeterio para intentar frenar esa vía de agua. Dos triples de Osman, desaparecido hasta el descanso, aumentaron la preocupación de Scariolo, incapaz de encontrar el antídoto para frenar a las dos estrellas turcas. Siempre por delante, la selección veía cómo la diferencia iba desapareciendo al mismo ritmo que crecían los decibelios. Un ambiente que fue engulliendo a los colegiados hasta convertir la cancha en una batalla. Llovían los golpes, castigados casi de manera aleatoria, lo que enfadó a los dos banquillos. Se llevó la peor parte el turco, sancionado con dos técnicas por protestar que aliviaron un tanto a la selección.

Sufría España como nunca en este Eurobasket, aunque manteniendo siempre la delantera en el marcador con un margen que se estrechó al mínimo al final del tercer cuarto (46-43, min. 30). Un triple imposible de Sergio Rodríguez, impecable en la dirección y certero en el lanzamiento durante todo el partido, levantó los ánimos en el banquillo español, aunque fue la irrupción final de Ricky Rubio -doce puntos en el último período- lo que terminó por derribar la resistencia turca y llevar a España a cuartos de final. Ahí espera Alemania, verdugo de Francia en octavos, a la que España dejó fuera del pasado Europeo en su casa a las primeras de cambio.