Todavía no termino de creérmelo. Me quedé sin palabras. Aún no he reaccionado a la carnaza servida por los medios españoles a raíz del comportamiento de un padre al que los yihadistas acababan de asesinarle brutamente a su hijo de tres años. Eso solo puede tragárselo y sin masticar los que han encontrado en esos medios el cieno para revolcarse.

Venden el comportamiento de este pobre hombre como algo natural; como el prototipo de lo que debe ser un buen demócrata. Lo utilizan para decirle a millones y millones de españoles que de no hacer lo mismo que él, jamás conseguiremos la integración de los musulmanes en España. Como si los españoles tuviésemos algún interés en integrar a unas gentes incapaces de integrarse por multitud de razones. Los únicos que tienen un interés enfermizo en islamizar España y Europa son los amos de políticos y medios de comunicación. Por eso el padre de ese niño asesinado por los yihadistas, es para los políticos y sus medios un buen demócrata del que todos deberíamos aprender.

No nos vendan la burra ciega, por favor. No es ni normal ni natural que alguien que acaba de perder a su hijo de manos de unos terroristas que asesinan en nombre del islamismo, se abrace a un Imán que profesa esa misma religión, sin tener en cuenta que en nombre de sus postulados se persigue a los cristianos, se somete a las mujeres, se ahorca a los homosexuales, y se consienten matrimonios de hombres con niñas de muy corta edad. No es nada normal.

Ese es el tipo de demócrata que quieren para España nuestros políticos y sus medios de desinformación. Quieren ese padre de familia que al violador de su hija además de leerle sus derechos le prometa garantías procesales, y le recuerde que en España no se aplica ni tan siquiera la cadena perpetua para ese tipo de delitos. Quieren también esa madre que ha perdido a su hijo víctima de la droga, y corra a abrazarse a quienes promueven el consumo de esas sustancias y piden su legalización. Pero contradictoriamente, sería también para ellos un buen demócrata, aquel ahorrador que por haber perdido todos sus ahorros en “las preferentes”, se tomase la justicia por su mano asesinando a quienes le engañaron so pretexto de que lo hicieron en nombre del capitalismo.

Ese es el demócrata hecho y derecho que los amos de quienes nos gobiernan quieren ver proliferar en España, hasta conseguir el objetivo prioritario de destruir nuestra civilización.

¿Acaso no ha sido el objetivo que durante muchos años vienen persiguiendo nuestros dirigentes políticos con el apoyo sin fisuras de sus medios informativos, intentando blanquear los asesinatos etarras? ¿No llevan años y años intentando que las víctimas del terrorismo y de delitos muy graves se abracen a los autores intelectuales y a quienes les apoyan, y se olviden del daño que aquellos causaron?

No pueden negar la evidencia de que lo vienen intentado machaconamente de todas las formas posibles y a todos los niveles. Pero no cuela. Y no cuela porque la inmensa mayoría de familiares de las víctimas del terrorismo tienen dignidad, y esa dignidad no está en venta.

¿Se imaginan ustedes a Francisco José Alcaraz, a quien los criminales etarras segaron la vida de su hermano y sus dos sobrinas gemelas en el atentado del Cuartel de la Guardia Civil de Zaragoza, abrazándose a Arzallus? ¿A que no se lo imaginan? Pues claro que no, porque el señor Alcaraz es una persona íntegra que honra a sus muertos, tiene dignidad, y sabe muy bien, igual que lo sabemos millones de españoles que no acudimos a manifestaciones ridículas “por la unidad de los demócratas”, lo que el PNV ha significado para los asesinos de ETA: “Unos movían el árbol y otros recogían las nueces”.

Y a pesar de saber que el PP está poniendo en libertad a los asesinos, con los aplausos del resto de partidos, la inmensa mayoría de los familiares de las víctimas del terrorismo, salvo escasas excepciones, son personas que no están amorrados a la ubre del Tesoro con sueldos de SEIS MIL euros mensuales, son más bien gente del pueblo llano y trabajador a quienes un día, una banda de asesinos les segaron la vida de un hijo, un padre, una madre, un hermano, un compañero o un amigo. Ellos han sufrido en su carne y en su alma además del atentado, el dolor y la indignación que produce ver como es puesto en libertad un asesino con más de cien víctimas en su haber, por aquellos que hoy han acudido a la manifestación celebrada en Barcelona. Por eso les importa una higa esa manifestación, para condenar dicen, la masacre yihadista. Allí han acudido nuestros más altos mandatarios para dar una falsa imagen de unidad, y lo único que han conseguido, para vergüenza de todos ellos, de España y del resto del mundo, es escuchar de viva voz el mensaje desafiante de los que mandan realmente en Cataluña y en España. Eso sí, nuestros dirigentes iban muy bien arropados por los inquilinos del “paraíso de los inmortales” y sus lacayos, que fuera de la política no serían nada ni nadie, que se embolsan como poco SEIS MIL euros mensuales, y que solo se ponen de acuerdo, todos, para subirse el sueldo y mantener sus privilegios.