Las víctimas de ataques con ácido en Reino Unido piden sentencias más duras
Cassandra Garrison (Reuters) – Las víctimas de los ataques con ácido en Reino Unido están pidiendo al Gobierno que imponga penas de cárcel más largas y refuerce los controles sobre la venta de sustancias corrosivas, después de un aumento en el número de casos el año pasado y en 2017.
El asunto ha llegado a los titulares después de una oleada reciente de ataques, como uno en junio en el que dos primos fueron rociados con ácido a través de la ventanilla de un coche mientras estaban fuera celebrando un cumpleaños, lo que incitó a la ministra del Interior, Amber Rudd, a revisar la ley.
Desde entonces ha habido varios ataques con ácido en Londres, desde robos hasta violencia relacionada con bandas.
El Ministerio del Interior dijo que planeaba establecer una guía para los fiscales sobre la clasificación de sustancias corrosivas como armas peligrosas y revisar las directrices sobre sentencias.
“Otra de las acciones clave incluirá una revisión de la Ley sobre Venenos para evaluar si debería cubrir más ácidos y sustancias dañinas y más trabajo con los minoristas para acordar medidas para restringir las ventas de ácidos y sustancias corrosivas”, dijo Sarah Newton, ministra para delitos, salvaguarda y vulnerabilidad.
Para víctimas como Andreas Christopheros, de 32 años, que fue asaltado en su casa en 2014, eso podría traer poco consuelo. Pero se une al coro de supervivientes de ataques con ácido que piden que las palabras se conviertan en realidad.
“Creo que la estrategia de Reino Unido con esto es completamente equivocada”, dijo a Reuters en su casa en Truro, una localidad junto al mar en el suroeste de Inglaterra.
“Creo firmemente que la sentencia para cualquiera que lleve a cabo cualquier forma de ataque con ácido, ya sea que su pretendida víctima resulte herida gravemente o no, debería ser cadena perpetua, con un período mínimo de 20 años o más”.
Los delitos en los que se usaron sustancias corrosivas en Londres en 2016 aumentaron hasta 431 desde 261 en 2015, según la Policía Metropolitana. En lo que va de año se han producido 282.
No hay explicación clara para el aumento, pero coincide con una represión hacia las armas, incluida una norma que requiere una sentencia obligatoria mínima de seis meses para las personas condenadas por segunda vez por llevar un cuchillo.
Jaf Sah, director ejecutivo de la organización sin ánimo de lucro con sede en Londres Acid Survivors Trust International, describió una laguna en la ley por la cual no se puede acusar a las personas que estén en posesión de ácido, pero sí a aquellas que porten una pistola o un cuchillo.
“Simplemente no hay niveles de control adecuados sobre el ácido”, dijo Shah. “Si usted es atrapado con ácido, la policía tiene que probar intencionalidad, lo cual es muy difícil”.
LUCHANDO POR DORMIR
La dura experiencia de Christopheros comenzó en 2014, cuando respondió a un golpe en la puerta pensando que era un mensajero que traía regalos de Navidad. En su lugar, un hombre al que nunca había visto antes le arrojó un vaso de ácido sulfúrico en la cara, diciendo: “Esto es para ti, amigo”.
“Mi camiseta se desintegró de arriba abajo, simplemente se desvaneció. El dolor era inexplicable”, dijo en la misma casa, en la que aún vive con su esposa y su hijo de cuatro años.
Fue trasladado al hospital, donde los médicos le dijeron a su mujer y a su madre que podría no superar la noche. Estuvo en peligro de muerte durante semanas por riesgo de infección.
El 90 por ciento del rostro de Christopheros ha sido reconstruido usando piel de otras partes de su cuerpo, incluido su cuero cabelludo y su espalda, y necesitará más, dijo.
Ha perdido los párpados tres veces mientras la cicatriz de su cara se contrae, lo que supone una constante lucha para dormir.
“No tener párpados ha sido probablemente la cosa más tortuosa por la que he pasado”, dijo. “No puedes esconderte de la luz, no puedes cerrar los ojos”.
Christopheros dijo que el ataque fue un caso de identidad errónea, ya que su asaltantes creía que había realizado una agresión sexual contra un miembro de su familia pero llegó a la casa equivocada.
Tras declararse culpable, su atacante fue inicialmente condenado a cadena perpetua, con una pena mínima de ocho años.
Christopheros supo después tras una apelación su sentencia se cambió por otra de 16 años de cárcel con posibilidad de libertad condicional después de ocho.
PRODUCTOS DEL HOGAR
Las sustancias corrosivas se encuentran a menudo en productos del hogar como limpiadores de baño y desagües y puede adquirirse fácilmente en las tiendas.
Una búsqueda online mostró que múltiples páginas web venden ácido sulfúrico al 96 por ciento, la misma sustancia corrosiva que usó el agresor de Christopheros. Un litro podía adquirirse por menos de 15 libras.
Las heridas sufridas por las víctimas de ataques con ácido pueden requerir cientos de operaciones y años de recuperación, según los cirujanos plásticos que han trabajado con los supervivientes de estos ataques en Reino Unido.
Incluso después de tratamientos extensos, las víctimas habitualmente tienen cicatrices para el resto de sus vidas.
Las sentencias más duras debería ser: ¡EXPULSARLOS A TODOS,Y SIN POSIBLIDAD DE ENTRAR JAMÁS EN EL PAIS!
Esa gente son de culturas de choque que ni se integrarán jamás,ni aceptan más convivencia que las de sus reglas!
Los controles sobre ventas de sustancias de cualquier tipo, son todos estúpidos de partida. Sólo unas leyes durísimas y unas condenas aún peores (incluida la pena capital) pueden resolver algo de manera práctica y positiva. Prohibir siempre genera el efecto contrario: si una sustancia se prohíbe (pongamos por caso el ácido sulfúrico) automáticamente se encuentra la manera de encontrarlo: (“La falta de recursos aviva el ingenio”) No sólo en algunos limpiadores domésticos está el ácido sulfúrico. También está en las baterías de ácido-plomo clásicas de los automóviles (cuando están cargadas). Su fabricación casera es extremadamente simple y las sustancias de… Leer más »
Que esta atrocidad, que esta monstruosidad sea ocultada por los medios del sistema, proclama, una vez más, la criminalidad de dichos medios y sistema.
Y solo cabe pensar que pasaría si un blanco hiciera esto mismo con un moro: sería portada y ejemplo de “racismo” en todo el mundo
En Europa nos hacen falta unos nuevos Adolf, Benito y Francisco. Se acabaría pronto la desfachatez criminal de estos indeseables.
En el momento que se ponga “de moda” aquí, me echo el 38 a la cintura, que Dios reparta suertes entre el moro que lo intente, o la pareja que intente detenerme por portar el arma.
En el momento que se ponga “de moda” aquí, me echo el 38 a la cintura, que Dios reparta suertes entre el moro que lo intente, o la pareja que intente detenerme por portar el arma.
Pues nada. El coste ds las operacciones y hospitalización a cargo del delincuente. La pérdida de ingresos también. Y una pensión vitalicia también a su cargo. Y si es insolvente, expropiación de sus bienes y los de su familia si fuera menester.
Hay que ser mezquino, vil y maquiavélico, un auténtico monstruo; para quemarle la cara a alguien con ácido. Qué sociedad, 400 y pico ataques en Londres el año pasado, increíble. Espero que esa “moda” no se exporte a otros sitios. Os imagináis a unos malnacidos recorriendo las calles de una ciudad en coche con las ventanillas abajo y con pistolas de agua cargadas de ácido y disparando a los transeúntes y mofándose? Qué pena. Sin duda se tienen que endurecer muchas leyes
No des ideas…
Pena de muerte ya!
¿Cadena perpetua? fusilamiento y pagando la bala.
Vaya “paraíso” en la que se ha convertido la Gran Bretaña con su masificación y su inmigración masiva tercermundista.
Pobre gente. Unos malnacidos inmigrantes les destrozan la vida.
Dónde dice que todos los atacantes son inmigrantes ?
Es que tu te imaginas Carlos a nativos britanicos atacando a sus paisanos con semejantes echos? que habra algun descerebrado? pues seguro, pero cuando la prensa del sistema y las fuerzas de seguridad ocultan la identidad de ‘ciertos’ agresores, sabemos ya bastante bien la respuesta. No es odio y xenofobia decir las cosas como son.
Bueno, en U.K los ataques a la cara vienen desde la época victoriana.