Que nadie intente a estas alturas de la tragedia justificar el voto a Podemos. Aquí no vale lo de “yo no sabía”. Eso roza el ridículo. Hoy tenemos información más que suficiente para poder alimentarse, si uno quiere, de mentiras o verdades al uso; es cuestión de elegir. Y si se trata de elegir, deberíamos elegir bien. Quien otorga su voto a Podemos está legitimando a los líderes de una banda, que son responsables indirectos de lo que está sucediendo en Venezuela. Ese voto irresponsable a esta cuadrilla de comunistas engreídos, crecidos y suicidas, ha promovido y promueve el chavismo criminal, porque Podemos, ha respaldado y respalda a esos asesinos que previamente asesoraron por un puñado de dólares. De Zapatero a Garzón, pasando por Iglesias, Errejón o Monedero, solo existe una doctrina: el comunismo.

Los videos y mensajes que llegan desde Venezuela mostrando la represión que el chavismo y su guardia pretoriana ejercen contra el pueblo, son la prueba del terror que un régimen comunista impone, después de ser elegido en las urnas. Esta es la gran mentira de la democracia; que la mayoría pueda legitimar y dar el poder a la tiranía considerándolo válido, porque fue una elección democrática.

Se habla de cerca de doscientos muertos y cientos de heridos víctimas de la represión policial y militar de Maduro, pero no hay que olvidar que cientos de miles de niños, mujeres y ancianos sin nada que echarse a la boca, mueren en las calles por inanición y falta de asistencia médico-sanitaria. Por eso resulta espantoso a la vez que indignante, ya que supone un insulto a la inteligencia, escuchar a un niñato descerebrado como Iñigo Errejón decir, que las colas frente a los supermercados en Venezuela eran como consecuencia del fuerte y elevado poder adquisitivo de los venezolanos, y el próspero bienestar de las familias. Hace falta ser maximalista, sectario, cínico y sinvergüenza, para dirigirse y expresarse ante los medios en ese sentido.

Indudablemente, lo que sucede en Venezuela es lo que la banda de Podemos, Garzón y Zapatero quieren para España. Que nadie se equivoque ni confunda. Si analizamos la situación española, veremos con claridad que la corrupción y el saqueo de lo público ejercido por Convergencia, el Partido Popular y por el PSOE durante muchos años, ha sido la brecha por donde han podido colarse esta cuadrilla de irresponsables suicidas que en nombre del comunismo, fueron vitaminados por los gobiernos centrales en las universidades públicas.

Dicho lo cual, ahí va un aviso a navegantes, mucho cuidado con pretender curar un resfriado provocando una neumonía. El hecho de que no me gusten mis zapatos no quiere decir que deba dispararme un tiro en el pie. Lo que debería hacer con buen criterio, es cambiar de calzado hasta encontrar el adecuado con arreglo a mis preferencias.

En resumen, si por una parte los corruptos deben ser castigados en las urnas; si los del partido naranja o veleta te dicen hoy una cosa y mañana la contraria, según el asesoramiento que reciba su líder en el Club Bilderberg; y si los podemitas son el fiel reflejo de lo que viene sucediendo en Venezuela, convendrán conmigo, que lo lógico sería, teniendo en cuenta el panorama político, que surgiese un movimiento político para la reconstrucción nacional conformado por personas honestas del mundo de la empresa y de la ciencia, que no necesiten vivir de la política, y que tengan como prioridad limpiar el escenario de corruptos, oportunistas, y “criminales” en potencia.

Sin embargo, curiosamente, no surge ese movimiento, y no surge por dos razones fundamentales. La primera, porque existen decenas de grupúsculos con programas similares y alguna diferencia de matiz fácilmente salvable, pero cuyos líderes no tienen la humildad suficiente para pasar a un segundo plano, dando paso, en busca de la unidad, a la persona mejor preparada y con el carisma suficiente para atraer el voto de la derecha huérfana. La segunda razón es quizá más grave que la primera, ya que el Partido Popular, que controla los medios informativos, no está dispuesto a permitir que nazca una fuerza política a su derecha capaz de barrerlo del panorama político. Esto lo evitará el partido de Rajoy contra y viento y marea, no solo utilizando los resortes del poder, sino “manteniendo” como únicos adversarios políticos a los comunistas con los que lisonjea Pedro Sánchez, y que son precisamente responsables por colaboración y asesoramiento, del genocidio que está teniendo lugar en Venezuela. O sea, no tiene rival.