La necesaria batalla cultural
Pío Moa.- Hay una frase célebre del director de cine comunista Juan Antonio Bardem: El cine español es políticamente ineficaz, socialmente falso, intelectualmente ínfimo, estéticamente nulo e industrialmente raquítico”. La frase está dicha en 1955, y tenía algo de verdad, aunque no mucho, porque había bastante cine aceptable, pero lo que Bardem quería decir es que, como el cine español no servía a sus deseos comunistas, no valía nada.
Por su influencia de masas, el cine es uno de los factores culturales más relevantes del siglo XX y de la actualidad. No vamos a hablar ahora de la cultura en el franquismo, una cultura en conjunto no de gran nivel o influencia exterior, pero sí muy viva y variopinta, y poca de ella identificable políticamente con el régimen, que en materia de cultura era notablemente liberal. Vamos a hablar algo, a hacer una ligera aproximación a la cultura actual. Así, parodiando un poco la frase citada, diremos que la cultura española de hoy es políticamente eficaz e industrialmente muy considerable; en cambio es socialmente falsaria, intelectualmente roma y estéticamente chabacana.
Dicho de otro modo: los seguidores de Bardem, es decir, las izquierdas y separatistas en general, han sabido hacer de gran parte del cine, el pensamiento, la novela o la pintura, etc. instrumentos de sus ideologías; y han aplicado a la tarea cuantiosos medios en general subvencionados. Por eso, la apariencia general de la cultura española es de izquierdas, y eso significa manipulación social, desprecio o denigración de España y lo español, antifranquismo visceral, trivialidad, colonización creciente por la lengua inglesa y por la cultura anglosajona “progresista”, manipulación social, etc. Apoyado por un rebajamiento de la enseñanza al mismo nivel. Hay, por supuesto, excepciones, pero hoy por hoy eso, excepciones que confirman la regla.
Caramba, si estoy de acuerdo con alguien. En hora buena a alguien
Claro. Con la llegada de la democracia, Pajares, Esteso y compañía ya eran otro nivel. Y no digamos con la aparición del gran Almodóvar…se alcanzó el cénit del cine mundial.
Cada vez que le recuerdo en la entrega de los Óscar, que tanto despreciaba, cuando ni soñaba con recibirlo, babeando como un cerdo cebado, al que casi tienen que sacar por la fuerza, me produce náusea.
Mucho me temo que desenredar esa descomunal madeja de estremecedor marxismo cultural no va a ser posible por las buenas. Porque, ¿cómo puede uno luchar contra un enemigo que posee todas las armas disponibles?
Llegados a este punto sólo nos resta hacer uso de las que todavía tenemos antes de que también se apropie de ellas la chusma. Las nuestras no lavan el cerebro pero quitan la tontería en cuestión de segundos. Esperemos que los que tienen que dar la orden estén a la altura cuando llegue el momento.
quitando las subvenciones ,tambien. pero aqui derrapan a la izquierda , hasta el papa. son sanguijuelas.