Ángel María Villar, el poderoso dirigente del fútbol español ayer encarcelado por corrupción, disponía de 5,2 millones de euros del presupuesto de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) para utilizar bajo su criterio personal, lejos de cualquier fiscalización. Así se desvela de una conversación entre el propio Villar, presidente de la RFEF desde 1988, y José Ángel Peláez, el presidente de la Federación Cántabra de Fútbol (FCAF), que consta en el auto con el que el juez encarceló ayer a Villar, por una trama de desvío de fondos públicos y privados del fútbol español para uso particular que operó al menos desde el año 2009.

Según los indicios en los que se apoya el juez, Peláez le comunicó a Villar el pasado quince de junio que había dejado fuera de reparto «cinco millones doscientos mil euros para uso potestativo y a criterio personal del presidente», en alusión al presupuesto de la Federación de Fútbol, unas cuentas que debían aprobarse ayer en una Asamblea General que quedó anulada al estallar la operación Soule. El magistrado Santiago Pedraz, el juez de la Audiencia Nacional que dirige la investigación, señala que Peláez le llegó a decir a Villar que esas cantidades las puede emplear «para lo que se te ponga en los huevos».

«Dinero de los clubes»

El desvío de estos 5,2 millones de euros para «uso discrecional» permitiría a Villar evitar la fiscalización de la Asamblea General, el órgano que debía aprobar las cuentas de la RFED, «sin que tenga que informar de su destino». La categorización de este presupuesto para el concepto de «fútbol aficionado» supondría su posible uso en fines distintos, explica el juez, al tratarse de una noción «extensa y etérea». El magistrado recoge estos indicios en un pie de página de un epígrafe dedicado a «disposición de fondos de la RFEF eludiendo aplicación de disposiciones normativas y otros mecanismos de fiscalización y control».

«Lo que yo no quiero, va a ser peor si termina filtrándose que estamos utilizando dinero que va a los clubes para pagar los platos rotos de una mala gestión hecha por nosotros… eso es lo que no quiero que pase», le expresó a Peláez Gorka Villar, el hijo del presidente de la Federación, el 19 de junio. Ayer, tanto Villar y su hijo, como los también investigados Juan Padrón, el vicepresidente económico de la RFEF, y Ramón Hernández Baussou, el secretario de la Federación de Tenerife, durmieron en prisión, encarcelados para evitar que entorpezcan la investigación. En el caso de Hernández, el magistrado le impuso una fianza de 100.000 euros para abandonar la prisión. Si paga dicha cantidad, deberá entregar el pasaporte, tendrá prohibido salir de España y deberá comparecer en el juzgado una vez a la semana.

A los cuatro el magistrado les imputa los delitos de administración desleal, apropiación indebida, estafa, falsedad documental y corrupción entre particulares. La gravedad de estas acusaciones aconseja encarcelar a los investigados por riesgo de de que se fuguen, «máxime ante la gran capacidad económica de la que disponen» alega el juez. Las medidas fueron solicitadas por la Fiscalía Anticorrupción.

A lo largo del auto, el magistrado explica cómo Villar «compraba» a los presidentes de las federaciones territoriales de fútbol no profesional, que son los que aglutinan los votos de los clubes de divisiones inferiores en las elecciones a la presidencia de la RFEF, y que resultan decisivos en su elección, al suponer el 60 por ciento de los votos. Pedraz detalla cómo Villar concedió beneficios a los presidentes de las federaciones cuyo apoyo no tenía asegurado con fondos de la RFEF. El magistrado se refiere a la Federación de Fútbol de la Región de Murcia (FFRM), a la Federación Cántabra de Fútbol (FCAF), a la Federación de Fútbol de Madrid (FFM) y a la Federación de Fútbol de Ceuta (FFCE), señalando que Villar cobraba «esos favores en forma de apoyo a su candidatura para la presidencia a la RFEF». Así, por ejemplo, una conversación intervenida a Villar pone de manifiesto cómo este le propone a José Miguel Monje, presidente de la FFRM, un puesto en una comisión de la UEFA en sustitución del presidente de la Federación Andaluza de Fútbol. «¿Te interesa que te proponga a la comisión en sustitución de Eduardo Herrera, sí o no?», pregunta el presidente. «Vale, pues venga, va tu nombre», concluye.

En otra, el vicepresidente de la RFEF, Padrón, le dice a la secretaria general de la RFEF: «Aquí, el presidente mío, el presidente de Entrenadores, el de Árbitros y el del Fútbol Sala, hacen lo que yo diga y en las demás territoriales igual, porque si no los quito…ellos tienen que obedecer aquí que es quien le paga… ¿está claro Esther?».

El magistrado, que recoge conversaciones en las que participó Javier Clemente, relata que los investigados hasta crearon un entramado para revender entradas de eventos de fútbol.