Por si nos faltaba alguna prueba de la rendición del pueblo británico ante el islamismo asesino y sus cómplices políticos y mediáticos, la respuesta concluyente de los cientos de personas que se han movilizado en las calles contra lo que consideran “falta de respuestas” tras el incendio del 14 de junio en la torre Grenfell, en el que murieron al menos 30 personas.

Nos parece bien que los británicos se movilicen para protestar contra “la falta de respuestas” de las autoridades tras el incendio, pero nos sorprende que esa misma exigencia aclaratoria no se haya producido con ocasión de los numerosos atentados terroristas que han tenido como víctimas a británicos nativos. ¿Acaso un suceso lamentable, aunque fortuito, es más inquietante para la seguridad de los británicos que los atentados indiscriminados que han sido perpetrados por residentes en el país gracias a la ineficiencia de la policía, la negligencia criminal de los dirigentes políticos y la exoneración de los inductores por parte de los periodistas.

Nos preguntamos por qué los británicos no se indignaron tanto tras cada uno de los atentados, ni pidieron entonces explicaciones a las autoridades acerca del por qué los islamistas han acampado a sus anchas durante años.

¿Por qué los británicos no mostraron su indignación en las calles cuando se supo que cuatro horas antes de la matanza de Manchester, un usuario publicó mensajes en Twitter, en los que amenazaba con un acto terrorista durante el concierto, que dejó un saldo de 22 muertos y 59 heridos. Los hechos ocurrieron durante el concierto de la cantante de pop estadounidense Ariana Grande. Instantes después de que la artista cantara su última canción, un atacante suicida detonó una bomba, con un saldo de 22 muertos y más de 50 heridos (en su mayoría pre-adolescentes).

¿Por qué nadie se manifestó por los abusos por parte de la comunidad islámica y que han sido tolerados y amparados por las autoridades británicas. ¿Acaso los británicos valoran ya tan poco sus propias vidas y las de los suyos como para resignarse al papel de posibles víctimas de los atentados terroristas que por desgracia se van a seguir produciendo? Si se pide que se investigue a fondo las causas que produjeron el incendio en la torre Grenfell, ¿por qué no se tiene la misma determinación para exigir el fin de las causas bien visibles que hasta el momento han provocado cientos de muertos y heridos? ¿Por qué estalla la protesta contra la primera ministra por supuesto desamparo a las víctimas de un incendio involuntario y no por su negligencia ante quienes defienden impunemente una ideología mortífera y han puesto en su punto criminal de mira a todos los británicos?  Claro que faltaríamos gravemente a la verdad si no resaltáramos el dato de que un alto porcentaje de los manifestantes eran de origen extranjero. Todo lo cual nos llevaría a la inquietante paradoja de que sean los de fuera, y no los aterrorizados ingleses, los que mayoritariamente exigen medidas que garanticen su protección.

Las protestas por el incendio de Londres llegan hasta May

La capital británica fue ayer escenario de varias protestas en relación con el incendio el pasado miércoles de la torre Grenfell.  Decenas de personas irrumpieron en el Ayuntamiento de Kensington y Chelsea, en el oeste de Londres, para protestar por la falta de respuestas tras el incendio del 14 de junio en el que han muerto al menos 30 personas. Según informó la BBC, decenas de manifestantes lograron entrar en las dependencias del consistorio, mientras que otras muchas personas protestaban indignadas en el exterior.

Los familiares de las víctimas del suceso y otros residentes acusan al Ayuntamiento de haber desoído durante años sus quejas sobre las insuficientes medidas contra incendios del edificio y también de no atender adecuadamente a los supervivientes.

Tras momentos de tensión y la intervención de la Policía, los manifestantes, muchos de ellos familiares de las víctimas del incendio, abandonaron las dependencias municipales a fin de regresar a las inmediaciones de la calcinada torre Grenfell, donde se desarrollaba otra protesta. Otros ciudadanos marchaban juntos, en un ambiente de dolor e indignación, por el barrio de Kensington, y otros se congregaron también en la avenida gubernamental de Whitehall, en protesta por la reacción del Gobierno de la primera ministra conservadora, Theresa May, , que en su primera visita al lugar de los hechos no atendió a los residentes, sino que solo conversó con los servicios de emergencia. May visitó ayer a algunas víctimas refugiadas en la iglesia local de Saint Clement, pero volvió a evitar a la multitud congregada en el exterior, que la llamó “cobarde”.

La reina Isabel II y su nieto y segundo en la línea de sucesión, el príncipe Guillermo, acudieron también ayer al lugar del suceso, en el oeste de la capital, donde conversaron con residentes y voluntarios que atienden a los afectados.

“May tiene que marcharse”

Cientos de personas se congregaron también delante del despacho y residencia oficial en Londres de la primera ministra británica, Theresa May, para protestar por la respuesta del Gobierno. La primera ministra, que está en una posición frágil tras perder la mayoría absoluta en las elecciones del 8 de junio, anunció ayer que se destinarán 5 millones de libras (5,7 millones de euros) a facilitar ayuda de emergencia a las víctimas del incendio. Los manifestantes marcharon por la avenida de Whitehall hasta la verja que conduce al número 10 de Downing Street, residencia de May y sede del Gobierno. “May tiene que marcharse”, “Justicia para Grenfell” y “Sangre en tus manos” son algunos de los mensajes que corearon los presentes.
Decenas de personas también protagonizaron una sentada en el famoso cruce viario de Oxford Circus, en el centro de Londres, donde llegaron a cortar eltráfico, y luego se trasladarían hasta la sede de la cadena pública británica BBC, donde continúan su protesta, indignada pero pacífica.

Scotland Yard eleva a 30 la cifra de muertos en la torre Grenfell

Scotland Yard elevó ayer a 30 la cifra de muertos en el devastador incendio de la  torre Grenfell al tiempo que se comprometió a averiguar “qué” fue lo que pasó en ese edificio y “por qué” en la madrugada del miércoles. El comandante Stuart Cundy, de la Policía Metropolitana de Londres (Met), admitió que se prevé que el número de víctimas mortales aumente e indicó que hay 24 personas hospitalizadas, 12 en “estado crítico”.

Por su parte el alcalde de Londres, Sadiq Khan, pidió ayer por carta a la primera ministra británica, Theresa May, que exponga cómo ayudará a los afectados del incendio lo que es “un asunto de urgencia”. El edil laborista destaca el “enfado” de los residentes del área de North Kensington  le indica que ve “una comunidad muy unida que, comprensiblemente, está destrozada, frustrada y cada vez más enfadada”.

Ayer también se supo que el material que se empleó para revestir la fachada del bloque de pisos durante unas obras de reforma en 2016, era la opción “más barata e inflamable”, según The Guardian.

La empresa Omnis Exteriors, proveedora del compuesto de aluminio que se usó para rehabilitar el exterior del edificio de 24 plantas, reconoció al periódico que se le pidió la opción más económica. El director de la compañía, John Cowley, dijo a The Guardian que se le encargó el material llamado Reynobond PE, que es 2 libras (2,3 euros) más barato por metro cuadrado que Reynobond FR, el cual es “resistente al fuego”.

Rydon, la empresa de construcción subcontratada por el Ayuntamiento de Kensington y Chelsea había asegurado que el material utilizado “cumplía todos los estándares” de seguridad.