Higuaín y Cristiano son los protagonistas de las semifinales de la Champions. El argentino, como el portugués, escuchaba también que no anotaba goles importantes. Los dos, compañeros durante cuatro años, se han citado a duelo en Cardiff, la tierra de Bale, para decidir el campeón de Europa. Salvo reacción soberbia del Atlético y del Mónaco, los dos delanteros han colocado virtualmente a la Juventus y al Real Madrid camino del título de la Champions.

Será una revancha para el conjunto italiano, que perdió aquella final de 1998 ante el gol de Mijatovic. Zidane era el cerebro blanquinegro en aquella noche de Amsterdam. Ahora, el francés deberá intentar que su antiguo equipo pierda de nuevo una final.

Anoche, el equipo de Allegri dio una lección de estrategia al anárquico fútbol del club monegasco, basado en la clase individual de Mbappé, la nueva joya del fútbol continental, y el remate de Falcao. Lo malo para ambos es que ayer se toparon con la mejor retaguardia de Europa. El once blanquinegro solo ha sufrido dos goles en esta Champions. Ayer, Buffon sacó dos remates de oro a Mbappé y a Bernardo Silva. Y el «Pipita» Higuaín sentenció al Mónaco con dos golpes de experiencia, gracias a dos pases perfectos de Dani Alves, tan sensacional como el exmadridista.

El primer gol llegó en un taconazo magistral del exlateral barcelonista, que Higuaín aprovechó para lanzar un disparo perfecto desde lejos. El segundo se produjo en un contragolpe fabricado por Dybala que Alves estiró con un centro preciso premiado por el remate letal del ariete argentino.

De perdidos al Mediterráneo, los hombres de Jardim se lanzaron a un ataque total y Silva volvió a poner a prueba a Buffon. Mateu Lahoz estuvo también brillante, como los dos exjugadores de la Liga española. La Juventus ya piensa en el Real Madrid.