Paloma Cervilla.- Todavía me estoy preguntando quién ha asesorado a Albert Rivera para no apoyar el decreto para la reforma del sector de la estiba. Un texto que no es más que poner fin al monopolio que unos pocos tienen de este sector y liberalizar la contratación, como marcan los tribunales europeos.

¿Cómo es posible que Ciudadanos, con su abstención, se haya alineado con Podemos para frenar un real-decreto ley cuya consecuencia principal es que los españoles vamos a tener que pagar una multa de 134.107 euros al día?

¿Pero es verdad esta noticia, o estoy delirando? Que Podemos traicione sus propios principios apoyando que se perpetúe una casta, la de los estibadores, con sueldos de 70.000 euros, y unos privilegios que suponen que nadie pueda ser contratado si no lo deciden ellos, es algo normal.

Podemos solo tiene un su objetivo: decir “no” a Rajoy y no tiene ni principios ni ideas. Pero que lo haga Albert Rivera, que proclama una y otra vez el liberalismo como seña de identidad de su partido, es de una incoherencia tal que no doy crédito.

Y no solo lo digo yo, basta salir a la calle y escuchar a la gente, que se le han puesto los pelos como escarpias al ver lo que Albert Rivera ha ordenado hacer a su partido en la votación del Congreso de los Diputados.

Me parece a mí que Ciudadanos no ha calibrado el daño que se ha hecho a sí mismo con esta decisión. Si quiere fastidiar a Rajoy porque no le apoya su comisión de investigación sobre la financiación del PP en el Congreso hay otras muchas formas, pero que no pase la factura de su enfado a la cuenta corriente de los españoles.