Mercadona impone silencio a trabajadores despedidos a cambio de su indemnización
Mercadona utiliza cláusulas de confidencialidad con extrabajadores despedidos para evitar que critiquen, hablen con periodistas, o cuenten su experiencia en redes sociales y así ensucien la marca de la empresa de distribución alimentaria o de su presidente, Juan Roig. Las cláusulas son incluidas en los acuerdos privados firmados con trabajadores que fueron despedidos mediante expedientes disciplinarios con el fin de reconocer tales despidos como improcedentes y cambiar la indemnización a la que tiene derecho el trabajador por su silencio.
La cláusulas que Mercadona fija incluyen la prohibición expresa de hablar con periodistas y medios de comunicación en los siguientes términos:
“…el trabajador/ra se obliga a no realizar acciones divulgativas con dicha información, o cualquier otra a la que por cualquier medio haya tenido y haga referencia a Mercadona, cualquiera que sea la forma, modo y contenido, que puedan comprometer, perjudicar o dañar los intereses de Mercadona o sus empleados, bien personalmente, bien cuando lo haga mediante seudónimo, ya sea en el orden jurídico, ya en el de las relaciones personales del trabajador/ra, o mediante los medios de comunicación cualquiera que sea su vía (TV, radio, prensa escrita o internet, redes sociales, entre otros). Igualmente el trabajador/ra no se podrá manifestar públicamente en contra de los intereses de la empresa, ni verter información que pueda dañar la imagen y buena reputación de Mercadona, ni realizar acciones con dicha información, cualquiera que sea la forma y contenido”.
En las cláusulas del contrato que preceden a la aquí reproducida se acuerda la extinción de la relación laboral, la transacción en materia económica e indemnizatoria, el saldo y finiquito, y la renuncia a acciones judiciales, entre otros.
Mercadona suele utilizar el despido disciplinario como método para ahorrarse la indemnización y además mantener el orden entre los trabajadores que permanecen en la empresa. Como contamos anteriormente en La Marea, se alegan para motivar estos despidos disciplinarios hechos como colocar mal una botella en las estanterías, no sonreír a un cliente, dar un golpe a una puerta o quejarse del trato del servicio médico.
Si los trabajadores no aceptan el despido disciplinario por estas causas y acuden a la vía judicial la primera instancia que utiliza Mercadona para evitarse los tribunales es el acuerdo mediante contratos privados con los trabajadores para acordar una indemnización menor que la que el trabajador tiene derecho a cambio de firmar estas cláusulas de confidencialidad que impiden a los exempleados criticar de cualquier forma a Mercadona. El incumplimiento de esta cláusula puede conllevar indemnizaciones a favor de la empresa que oscilan entre los 3.000 € y cantidades que triplican el importe de la indemnización por el despido recibido.
Al ser cuestionada por estos tratados de confidencialidad, Mercadona no ha negado su existencia y ha afirmado lo siguiente: “Sobre la confidencialidad que dices que se exige a los trabajadores, tú mismo llevas varios meses hablando con todos aquellos que has considerado, tanto con trabajadores como con extrabajadores”.
Estos contratos de confidencialidad que permiten los gobiernos corruptos son para ocultar todas las mierdas de las empresas, muchas ilegales, que deberian conocerse ya que beneficiarian a los ciudadanos y solo perjudicarian a las empresas, pero para eso esta el estado para ayudar a los empresaurios y no a los ciudadanos.
Dijo uno que nunca tuvo el valor de emprender, para escudar sus fracasos personales
Observen Uds. que dos “sindicatos” están en esa pancarta y tras la difamación de Mercadona. Llegarán rápido a la conclusión.
Pues no firmes y te vuelves a la cola del paro.
No se a que viene tanta animadversión últimamente hacia la marca Mercadona.
Personalmente conozco a mas de 6 personas que trabajan para esta empresa y todos ellos no pueden estar más contentos ni hablar mejor de esta empresa.
Algo huele a podrido en todo esto.
Estas cláusulas de confidencialidad son habituales y no quiere decir que las justifique por ello. Es como las exigencias de la legislación sobre higiene y seguridad. Muchas de ellas, si se cumplieran, harían inviable un negocio. Y cuando no se cumplen, dentro de unos límites, no provocan daños. Ocurre que pasa lo mismo con las medidas disciplinarias. El legislador o el empresario, y no me refiero solamente a los de la familia Botín, sino a un panadero también, por ejemplo, se cubre su espalda. Desde luego, si yo fuera empresario intentaría averiguar si un candidato pertenece a la escoria anarquista,… Leer más »
quien es la marea no serán los de en marea espero…
yo soy freelance y cada trabajo hago tengo que firmar un contrato de confidencialidad, no veo problema alguno.