La entrevista a Isabel Pantoja a cara de perro
P. Huguet.- Tres días han pasado de la criticada ‘entrevista’ (así, entre comillas) a Isabel Pantoja en ‘El Hormiguero‘ de Pablo Motos. La ‘entrevista’ o entrevista pactada (así, sin comillas) ha sido tachada como vergonzosa, como bochorno, como paripé hecho a medida para ofrendar glorias a la tonadillera. O de la exladrona. O de la ex blanqueadora de capitales aparentemente rehabilitada. O de la exconvicta. Que sí, que queda muy feo eso de devolver el estrellato televisivo a una famosa condenada y encarcelada por un delito contra la Hacienda Pública (es decir, contra todos los españoles), aunque sea con la excusa de la presentación de un nuevo disco. Porque, claro, están las cárceles de esta nuestra Españistán a tope de personajos (sí, personajos con ‘o’) ansiosos por ir ¿gratis? a programitas de televisión. ¿Qué será lo próximo? ¿Que vaya el pequeño Nicolás a la tele? Ah, no, que ese otro sujeto ya ha ido… Bueno, como se dice que la entrevista fue más un peloteo que otra cosa, proponemos algunas preguntas y respuestas para mayor divertimento de ese programa, que no olvidemos que es puro entretenimiento. Y de los mejores. De paso, recordaremos algunas de las mejores frases.
Porque sí, no olvidemos que ‘El Hormiguero’ es un programa de entretenimiento puro y duro. Mucho peor, reconozcámoslo, habría sido que la Pantoja se hubiera ido a un ‘Sálvame’. O peor todavía, que se fuera en plan tetes y tetas a un ‘Mujeres y Hombres y Viceversa’ de esos que ilustran y forman a nuestra combativa y reivindicativa juventud. Pero insistamos en que Pablo Motos no se dedica a las entrevistas serias. Obviamente, y como se ha reconocido, las preguntas y respuestas estaban más que pactadas, porque el presentador no fue apenas incisivo en casi ningún momento. Puro entretenimiento. Lo malo es cuando después un programa de Televisión Española (la televisión de servicio ¿público?) le dedica minutos a la pantomima de Pantoja, que es eso lo que fue, una pantomima, una representación, una farsa; no una entrevista hostil, agresiva, reprobatoria. Esas se hacen, cada vez menos, en otro tipo de programas, cada vez más escasos.
A cara de perro, y aunque fuera en broma, habría sido incluir preguntas duras como palos y obtener respuestas más originales que la conocida «he pasado dos años muy duros». ¡Pues claro! El titular noticioso sería que dijera: «La trena es lo mejor. La tratan a una como una reina. El trullo es un regalo, no un castigo». Y decimos trena y trullo porque Pantoja evitó pronunciar las palabras cárcel o prisión; dijo «donde yo estaba» y «ese lugar de cuyo nombre no quiero acordarme», como si fuera alguien del PP hablando del último imputado en plan «esa persona de la que usted habla», para no nombrarla.
Quizá no sea el mejor ejemplo para una sociedad, alguien condenado y exconvicto, aunque teóricamente rehabilitado y que no volverá a blanquear dinero, palabrita. Pero puestos a llevarla a un plató, ¿por qué no preguntarle?
-¿Se reunían las reclusas, perdón las moradoras de ese lugar de Alcalá de Guadaira, a ver la serie de de televisión ‘Orange is the New Black‘?
-Sí, cada semana esperábamos con sumo interés para ver un capítulo de esta divertida serie ambientada de manera fenomenal en una cárcel de mujeres. Cada una se identificaba con un personaje.
-¿Cuál es su ‘banda’ preferida de esa cárcel? ¿La de las latinas, las negras, las veteranas casi ancianas…?
-Yo siempre he sido de las latinas, porque siempre van enseñando dientes-dientes.
-Cambiando de tema, ¿su gira por su nuevo disco hará un bolo en Alcalá de Guadaira? Nos referimos al pueblo, claro, no al centro penitenciario rehabilitador de delincuentes.
-No, pero de momento sí hemos cerrado una fecha por allí cerca, en Sevilla concretamente.
La entrevista, eso es cierto, no fue demasiado inquisidora. Al entrevistador y a la entrevistada sólo les faltó besarse. ¡¡Ay, qué fallo!! Si resulta que sí lo que hicieron. Que se dieron dos piquitos y todo… Además, no pasó desapercibido el detalle de que el público estaba al 100 % con la invitada, con gritos de «¡¡Isabel, Isabel!!» ahí a tope, dándolo todo. Parecían la Guardia Pretoriana del empeador romano o de la tonadillera exconvicta sevillana, los capas blancas de Cersei Lannister, los Inmortales de los reyes persas.
Puestos a ser uno más, y para permitir que la invitada repitiera incluso más veces el título de su disco, ‘Hasta que se apague el sol’, el entrevistador podría haber incluido algunas preguntas relacionadas con la actualidad que dieran pie a la cantante a hacer su promoción. Por ejemplo:
-Doña Isabel, usted que siempre ha estado al lado de los más desfavorecidos, de los que no pueden ni pagar la electricidad o el gas de la calefacción y usted que siempre ha sido ejemplo en la contribución mediante impuestos, ¿hasta cuándo cree que se pagará un 21 % de IVA por la luz?
-Hasta que se apague el sol. Ja, ja, ja…
-Doña Isabel, viendo cómo ataca esta Justicia a esposas que no sabían nada de las presuntas triquiñuelas de sus maridos, como las cónyuges de Luis Bárcenas, Iñaki Urdangarin (Cristina de Borbón), el exsenador Jesús Sepúlveda (la exministra Ana Mato) o usted misma, expareja del exalcalde de Marbella, ¿hasta cuándo cree que seguirá esta horrible persecución?
-Hasta que se apague el sol. Ja, ja, ja…
-Doña Isabel, ¿qué opina usted del elevado impuesto de trasmisiones, teniendo en cuenta que el fallecido Juan Gabriel, su gran amigo, le legó un pisazo que le va a salir por un ojo de la cara?
-Hasta que se apague el sol. Ja, ja, ja…
-Doña Isabel, ¿hay algo de cierto en aquello que se dijo de que recibía trato de favor en Alcalá de Guadaira?
-Hasta que se apague el sol. Ja, ja, ja…
No estamos en disposición de decir que la entrevistada mintiera, ni mucho menos; más que nada porque lo desconocemos y porque en realidad no nos importa demasiado. Pero sí estamos en condiciones de afirmar que la mayor verdad no la dijo la entrevistada, sino el entrevistador cuando soltó: «Voy a hacer un poquito de caja, Kiko; ahora vengo». Y, oye, enhorabuena al programa, que rozó los seis millones de espectadores en su minuto de oro (30 % de cuota de pantalla), con una media de 4,7 millones televidentes y un ‘share’ de 23,8 %. Nyas coca! ¡¡Toma castaña!! ¡¡Y viva Españistán!! Ahora entendemos la frasaza de Pablo Motos: «Un país culto debe cuidar a sus artistas». Que no nos hace gracia por lo de artista, que Pantoja lo es y de las buenas en lo suyo, sino por lo de país culto.