Los puentes del jesuítico Gil Tamayo
Enrique López Bermejo de Torres.- ¡Vaya oficio el suyo! ¡”Palanganero” de los obispos expañoles! Corifeo de los delirios de PAQUITO Y MEDIO en su afán de apadrinar la invasión islámica del mundo.
“Puentes y no muros”. ¿Desde cuándo ? “Civilización que se precie”. Su jesuítica sabiduría debería conocer que “hay un tiempo para sembrar y otro para recoger”. Que hay un tiempo para construir puentes y otro, cuando la Civilización es amenazada por los nuevos bárbaros, para construir muros.
Su jesuítica sabiduría olvida los “silencios sangrantes” de sus admirados Juan XXIII y PABLO VI ante los muros- con “vopos” incluidos- que los regímenes marxistas levantaron por doquier para evitar que sus ciudadanos huyesen del terror rojo. Seguro que PAQUITO Y MEDIO habría dicho eso “de no soy yo nadie para juzgar” a los marxistas, esos que masacraban cristianos igual que ahora hacen los musulmanes, sus indignos herederos.
Sí. Cuando una Civilización es fuerte puede prescindir de muros, pues su misma fortaleza les garantiza la seguridad, al saber que el invasor no osará cruzar sus límites. Una Civilización con la suficiente fortaleza para garantizar que sus fronteras no serán violadas por terroristas, criminales, violadores, asesinos y toda suerte de indeseables ansiosos de imponernos su atrasada y anticristiana vida.
Lástima que ahora nuestra Civilización esté debilitada por el buenismo, el relativismo, la apostasía, la cobardía. Debilitada porque el enemigo no solo viene de fuera sino que también está dentro. Empezando por estos “nuevos curas” entregados a lo “políticamente correcto”, para escándalo y confusión, de sus cada vez más escasos fieles, y en empeñarse en ser una “onejeta” de bazar de caridad, sin otra inquietud que alimentar los cuerpos de los que quieren exterminarnos, profanar nuestras iglesias y quemar nuestra sociedad, igual que se ve en los países donde ya son mayoría.
Nunca he oído a su jesuítica sabiduría condenar el apoyo intensivo de BOBAMA al aborto y cómo subvencionaba las trituradoras de vidas inocentes allende sus fronteras. Nunca.
Más clamoroso es su silencio ante la política pro-vida del Presidente TRUMP. Política que altera a los “profetas del recambio poblacional” y a los que , ahora, aplauden hasta con las orejas cada rebuzno de PAQUITO Y MEDIO.
Su jesuítica sabiduría debería aplicar el principio muy cristiano de la “legítima defensa”, que no solo es un derecho, sino DEBER de los estados soberanos como garantes de sus ciudadanos. Y elevar muros, cuando la salud del pueblo así lo precisa, es un deber y no un capricho.
Por mucho que el torcido criterio de PAQUITO Y MEDIO se niegue en verlo y contradiga la Doctrina Tradicional de la Iglesia. Y su jesuítica sabiduría lo sabe, pero ¡todo sea por ascender! ¿Verdad, Gilito Tamayo?