El pasado 14 de enero de 2017, el diaro “El Mundo” publicaba una entrevista al expayaso de la “tele” Emilio Aragón, “milikito”. Este personaje, residente en EE.UU., llegó a España como exiliado, que no emigrante -puesto que su familia salió huyendo del régimen de Fidel Castro-, e hizo carrera en España desde muy jovencito, gracias a la hospitalidad de la España franquista, que les ofreció, a él y a su familia, la posibilidad de establecerse en nuestro país y adquirir fama y dinero a través de TVE.

Pues bien, de la entrevista a la que hago referencia he extraído solo dos preguntas para no extenderme demasiado. El periodista pregunta y Emilio Aragón responde:

P.- Si Donald Trump es el donante, ¿qué trasplante necesita el mundo?

R.- Dios mío de mi vida. No, por favor. Que ese señor no done nada. Ni el corazón. (¿Y qué trasplante necesitaría Trump?) El del alma. El de un alma generosa y bonita.

P.- ¿Qué le cuenta el niño nómada que usted fue de los inmigrantes que hoy son?

R.- Yo fui emigrante. Me parece terrible. En Europa estamos fracasando en esta historia. El otro día estaba solo en casa y aplaudí el discurso de Meryl Streep en los Globos de Oro. Dijo esas cosas que muchos dicen en privado porque nadie quiere incomodar. Pero ella las dijo en público. Aquello de que si toda esa gente se iba de ahí, sólo se iban a quedar con el fútbol americano y con las artes marciales, que no son artes, que lo suscribo también. Fue bonito y valiente. Y que fuera una mujer, doblemente. ¿A ti no te da miedo que una persona que va a ser el líder del país más poderoso del mundo pierda, entre comillas, el tiempo enviando un tuit? ¿Qué nos está pasando?”.

Emilio Aragón: ¿Por qué atacas a Donald Trump, sin que tan siquiera haya tomado posesión como presidente de los EE.UU.? ¿Por qué le colocas una etiqueta de monstruo malvado posicionándote junto a Meryl Streep? ¿Cómo es posible que esa mujer, y tú, no tengáis los mismos redaños como dejas ver en la entrevista, para posicionarte contra el régimen sanguinario que a tu familia y a ti os hizo exiliaros de Cuba? ¿A qué obedece tanta ignominia?

Confieso que solía ver a los payasos de la “tele”, y que tú, precisamente, eras el único que no me hacía ni pizca de gracia, pero nunca te critiqué. Del resto de tu dilatada carrera en programas de la “caja tonta” al servicio del socialismo de Felipe González, no puedo hablar porque nunca me llamaron la atención. De tus parodias y gansadas me enteraba por algún titular de prensa, pero nada más. Lo que no obsta, para que sintiese profundamente la muerte de esa gran persona que fue tu padre (DEP).

Sin embargo hoy, has despertado como nunca mi curiosidad gracias a esta entrevista. Jamás oí de ti, en los últimos cuarenta años, una sola palabra contra los terroristas vascos de la ETA ¡JAMAS! Ni tampoco un gesto de cariño y afecto a través de los medios donde te exhibías a diario, para con los niños víctimas de esos asesinos, y de sus familiares destrozados por el dolor y la rabia.
No puedo entender, por más vueltas que le doy, cómo siendo exiliado cubano no desates tu ira contra Barak Obama (pies secos, pies mojados), y sin embargo, te sumes a los ataques sistemáticos contra Trump, sin darle tan siquiera una oportunidad a quien ha sido elegido democráticamente por una amplia mayoría de estadounidenses.
Escuchar de Isabel San Sebastián todo tipo de improperios contra Trump, no me resulta extraño; esta mujer visiblemente amargada, sabemos de que pie cojea. Tampoco me estremezco cuando lo hace Jiménez Losantos tildando a Trump de: “mendrugo y lelo”, entre los calificativos más suaves. Pero de ti, del expayaso exiliado de Cuba y acogido en España por Francisco Franco, jamás me lo hubiese imaginado. No pensé que tuvieses motivos fundados para insultar a un presidente elegido democráticamente, cuando no lo has hecho antes con los criminales etarras o con Fidel Castro, a no ser, que hayas querido actuar como presidente honorífico de “La Secta”, y congraciarte con aquellos que durante muchos años han sido, y siguen siendo, tus valedores.
El presidente electo Donald Trump, que nosotros sepamos, es una persona que no te ha perjudicado ni te ha hecho nada malo. Apenas lo conoces, y sin embargo, sigues la estela de los que te han auspiciado y avalado en tu dilatada carrera, desde que los socialistas llegaron al poder en 1982. Eso es servilismo y sumisión, y lo demás tonterías.