La triste y desgarradora historia de Kevin Lara Lugo, el joven que murió por el hambre en Venezuela
Yamilet Lugo (izquierda) llora frente la tumba de su hijo Kevin
Lo que se suponía que debía ser un cumpleaños feliz terminó siendo trágico para Kevin Lara Lugo. El joven venezolano se encontró con la muerte el pasado 26 de julio, el mismo día que cumplía los 16 años. Pero su deceso no se produjo por un accidente o por algún hecho de inseguridad. Kevin falleció por hambre. Un flagelo que viven a diario los venezolanos.
“Ese muchacho se murió sin ninguna razón”, expresó su tía Lilibeth Díaz, frente a la tumba del joven.
El uniforme escolar de Kevin, tendido en su cama
A raíz del profundo desabastecimiento que sufre el país, Kevin pasó el día de su cumpleaños buscando comida en un terreno abandonado. Como no tenía alimentos, fue a buscar raíces silvestres. Pero terminó envenenándose.
Al ser trasladado al hospital Manuel Núñez Tovar, su familia se enfrentó a otra gran crisis: la sanitaria. El establecimiento médico no contaba con los suministros básicos para soluciones intravenosas, por lo que la familia del joven debió buscar por toda la ciudad e incluso negociar con vendedores del mercado negro.
La familia de Kevin lleva meses comiendo yuca
Como su barrio de la ciudad de Maturín dejó de recibir productos básicos –como harina de maíz y pan–, Kevin y su familia llevaban tiempo comiendo yuca, que crecía en la parcela de un familiar.
La intoxicación por esa planta se trata con la técnica de succión gástrica.
En su edición del lunes 26 de diciembre, The New York Times publicó en su portada la triste historia de Kevin
Sin embargo, Kevin pasó horas sin tratamiento, aguardando en los pasillos del hospital.
“Siempre hay alguien que no recibe tratamiento”, reconoció Luis Briceño, director del centro médico, consigna el diario The New York Times.
Reveló además que, ante la escasez de medicamentos, a menudo los pacientes tienen que comprar sus propios suministros.
Después de varias horas, una familia llegó con botellas con la solución intravenosa. Pero ya era tarde. La condición de Kevin no cambió. “Su estómago se sentía como una piedra”, señaló su madre, quien relató que un líquido negro le escurría de la boca.
No sabía que era un desierto.
La manihot esculenta, la yuca, es una planta tóxica, por lo que los idígenas la procesaban antes de consumirla. Es irónico, pero las proteínas en la yuca no están en las raíces, sino en las hojas.
Comunistas de mierda, siempre lo mismo, asesinatos y miseria.
eso es lo que produce el marxismo, y todavía una sarta de ignorantes, nos quieren imponer el comunismo.
me cago en los muertos de los putos comunistas Esto es lo que traen la gentuza de podemos