Europa en su historia: del cristianismo a las ideologías
Aunque Europa se compone de gran número de culturas nacionales, idiomas, historias muy variadas, etc., cabe encontrar algunos rasgos básicos comunes, en particular la religión tradicional cristiana, aun si dividida en tres grandes ramas.
La religión es el núcleo generador de las culturas, mucho más que la economía.
El cristianismo, en especial su rama católica, tiene la particularidad de diferenciar entre poder espiritual, radicado en Roma y los múltiples poderes económicos. Ello ha dado a la civilización europea un peculiar dinamismo e inquietud internos.
La historia de Europa comienza con la II Guerra Púnica, pues de haber perdido Roma, el Imperio romano no habría llegado a existir, y la evolución histórica en Europa habría sido muy distinta.
El cristianismo no es la única raíz de la cultura europea, sino que también tiene importancia primordial la cultura grecolatina. No obstante, esa cultura se ha transmitido y mantenido a través del cristianismo
Como herencia grecolatina, el cristianismo registra una especial tensión entre razón y fe, mucho más aguda que en cualquier otra civilización o cultura, y esta es otra característica esencial de Europa.
La tensión entre razón y fe, mantenida a lo largo de dieciocho siglos, llegó a la ruptura en el siglo XVIII, llamado de la Ilustración.
La Ilustración optó resueltamente por la razón, y desde ella sometió a la fe cristiana a una crítica radical, a resultas de la cual el cristianismo ha retrocedido en estos dos siglos sin llegar a desaparecer ni mucho menos.
Según la crítica racionalista la religión es producto de la ignorancia y la impotencia. La ignorancia sería vencida por la ciencia, y la impotencia por la técnica. Esta crítica es falsa.
Paradójicamente, la razón fue objeto de una nueva fe, atribuyéndosele la capacidad de dotar al hombre de algo parecido a la omnipotencia.
La fe en la razón suponía que esta origina conclusiones unívocas e imbatibles sobre el hombre, la vida y el cosmos. Sin embargo de unas mismas premisas pueden originarse conclusiones distintas y opuestas. Y así, la fe en la razón ha originado diversas ideologías: liberal, marxista, anarquista, más tarde fascista y otras menores. Además, dentro de cada una ha habido interpretaciones y tendencias distintas.
Por ideología entendemos aquí concepciones del mundo y de la vida que aspiran a prescindir de la fe religiosa y apoyarse exclusivamente en la razón y la ciencia. De hecho obran como religiones sustitutorias.
La época de las ideologías, que se abre con la Ilustración, ha conducido en el siglo XX al choque entre ellas en dos guerras mundiales. La primera puede entenderse como una pugna entre diversas concepciones liberales, y la segunda como la colisión entre tres de ellas, la liberal, la marxista y la fascista. Esta última ha determinado la entrada de Europa en un período de decadencia, que no sabemos si será definitiva o no.
Algunos autores han sostenido que lo que consideran fracaso sangriento de las ideologías abre el paso a una vuelta al cristianismo, un cristianismo remozado y enriquecido por la experiencia histórica. Ello, sin embargo, no se ha producido y parece más bien como si la propia Iglesia estuviera guiándose por diversos productos ideológicos, más bien que orientarlos. Un ejemplo fue el famoso “diálogo con los marxistas”, extremadamente perjudicial para la Iglesia. La tendencia, corregida en parte por Juan Pablo II y Ratzinger, ha empeorado aparentemente con Bergoglio. **************
Muy bueno, su articulo, como siempre, un gran historiador, que dice la verdad, y no esta dependiendo, del sistema, liberal, como otros, que viven de decir, la historia, que le interesa al sistema, para seguir manipulando y envenenando, las mentes de la juventud. Felicitaciones, Don Pio Moa.