Almodóvar contra los taxistas
E. Uriarte.- Conocíamos muy bien su vertiente intolerante y ultra. En este mismo lugar, en mis artículos de papel y hasta en algún libro he citado las numerosas declaraciones ultras e intolerantes de Almodóvar, el representante más importante de la extrema izquierda cultural española. La que odia a la derecha, la que se quedó en su pasado antifranquista, la que sigue siendo incapaz de aceptar la legitimidad democrática de las ideas, ciudadanos y organizaciones de derechas.
Lo que no conocíamos es que este director que perdió aquel su talento de las primeras películas también es clasista, contradicción llamativamente abundante en la externa izquierda. De sus últimos exabruptos en defensa de Trueba, no se ha destacado quizá lo más asombroso, su diferenciación entre los formados e inteligentes y “la clase común” que ejemplifica con los taxistas, los que no tienen capacidad para entender las cosas complejas:
“La opinión pública tiene poca idea sobre en qué consiste hacer una película . Yo en algún momento he intentado explicárselo a algún taxista, sin éxito. Si algo puede atribuírsele al PP es que ha conseguido que la clase común, a la que representan los taxistas, no sepa muy bien en qué consisten las subvenciones“.
Sí, cuesta creer que haya podido decir tal cosa, pero está entrecomillada en El Periódico de Catalunya que no creo se dedique a desprestigiar a Almodóvar. Pero también cuesta creer el resto de sus barbaridades y las ha dicho a lo largo de los últimos años, al calor de esa amplia tolerancia de la que ha gozado la extrema izquierda, política e intelectual, en España. Tanta que Almodóvar no entiende el hartazgo de los insultados. Aún menos su reacción, “totalitarismo” le llama al rechazo a Trueba y su antiespañolismo.
Pero también la derecha ha aprendido a movilizarse, en los medios, en la calle y en las redes sociales. Y Almodóvar no lo entiende, “España era mucho más tolerante en los ochenta”, y es que entonces nadie le replicaba, insultar a la derecha, no sé si a los taxistas, le salía gratis.
Siguiente
“La clase común, no sabe muy bien en qué consisten las subvenciones” pues mira, zejatero pierde-aceite, consisten en saquearnos el dinero a la “clase común” para repartir una parte entre los parásitos como tú y tu amigo el que “mira contra el gobierno” para que en lugar de ser competitivos en lo vuestro, hagáis panfletos proclamando sutilmente, las “excelencias” de quienes os pagan. Cierto que ellos se llevan la tajada grande y vosotros las migajas, pero sois piezas de desecho, con poco se os puede comprar. ¡ah! y tu tambien eres común…común cerdo, no hay mas que verte.
Por supuesto que los taxistas no saben, por lo general, como funciona eso de las subvenciones. Son gente que trabaja con sus clientes para ganarse su sustento. Su cliente no es el Estado. Por contra, Almodovar u otros expertos buceadores de los vericuetos político-administrativo-amiguismistas del expolio del dinero público entienden perfectamente bien como hacerse con la pasta.
No pasa nada: también hay muchos, de diversos gremios, que estamos en su contra; lo que sucede es que jamás perderíamos el tiempo intentando razonar con ese esperpento. Lo que desconocía es que se dedica a ir predicando sus sandeces y dando la chapa por los taxis. Las cosas complejas que no entiende, según él, el populacho deben ser sus películas de mierda llenas de putas, travelos, julais y taradas.