CARTAS DESDE COLOMBIA: TRUMP
Carlos Arturo Calderón Muñoz.- Jorge Eliecer Gaitán no creía que existiera persona capaz de moldear bajo sus propios estándares la voluntad popular. Él estaba convencido de que un gran líder era aquel que lograba interpretar el sentir del alma colectiva, era el hombre preparado para expresar con su verbo los anhelos silenciosos del pueblo, sintetizándolos y liberándolos en el momento oportuno.
A 68 años del asesinato del caudillo colombiano, en la lejana Vietnam, en medio de una metrópolis sin alma, algún niño de la etnia Khumu continúa con su jornada de 18 horas en las instalaciones esclavistas de NIKE. El chicuelo no tiene la más mínima idea de que trabaja para una multinacional cuyo nombre era el símbolo de la victoria para una civilización extinta; si le dijeran que su país derrotó militarmente a una superpotencia mundial reiría con desdén. Algún snob occidental le acusaría de ignorante por no conocer la heroica gesta de su pueblo, pero el infante, quién ya habría madurado a la fuerza, se reafirmaría en su burla. Si su país realmente hubiera ganado él no sería un esclavo en las empresas del enemigo.
Las ráfagas de metralla del ejército sirio recuperan el campo Handarat en su lucha por el control de Alepo. Al igual que en Ucrania los civiles contemplan como el oso y el águila se disputan el control de un territorio ajeno, al mejor estilo de una guerra fría con esteroides digitales. El sufrimiento, muerte y dolor de los gobernados desde Damasco no es más que la caída de peones en el tablero de poderes nucleares, que usarán hasta la saciedad la defensa de los derechos humanos como justificación moral para arrasar de la faz de la tierra a su adversario.
En algún barrio madrileño una anónima octogenaria ve como la desproporcionada fuerza policial del Estado carga contra su vivienda. La burbuja especulativa ha explotado y los buitres financistas depredan las arcas nacionales para recuperar lo que su codicia perdió. La humilde anciana, quien fuera esposa de un obrero, es sacada a la fuerza del lugar que se había ganado con el trabajo de muchas décadas. La nación que ayudó a construir, el otrora imperio global, le persigue como a una delincuente por no satisfacer con su sangre la sed de poder de la cúpula de Bankia.
En las Américas, los hispanos del sur somos divididos bajo la dicotomía de la izquierda contra la derecha y los anglosajones se desmoronan bajo la presión de la desesperanza. El mundo construido por sus ancestros les ha sido arrebatado y dentro de poco será sacados de la vida por un proceso de silencioso genocidio.
El mundo entero lleva décadas acumulando, en sus capas populares, un coctel de bajas pasiones y resentimientos que trascienden las fronteras y capturan los corazones de miles de millones. En medio de la entropía emocional se masacran las religiones y razas en un juego de realidad aumentada, en el que desde unas pantallas con estocásticas y bandas de bollinger los amos de la usura experimentan con la aplicación material de la cábala. Hay un inconsciente colectivo hemisférico y tal vez global que interpretar.
En 2015 irrumpió en la escena política un grandioso sujeto que al mejor estilo del viejo oeste dispara sin piedad contra todo objetivo que considere ajeno a la bondad. Con un estilo fuerte y descarado Donald J Trump ha logrado hacer lo que el caudillo predicaba. Hablándole a las fibras más sensibles del alma anglosajona en el nuevo mundo, se ha desatado un fenómeno que repercutirá en todo el planeta. Ya no se está hablando de la elección de un jefe de Estado, se abre la posibilidad de fracturar de un solo golpe el nudo gordiano del globalismo. El credo de Trump es el de hacer de Estados Unidos lo primero, de hacerlo grande de nuevo. Su credo es el del americanismo, no el del globalismo.
Los estadounidenses podrán verlo como el exclusivo rumbo de su civilización. Pero si Trump realmente piensa cumplir con lo que promete estará dándole al mundo un regalo de libertad. Si la bestia negra del partido republicano se carga los tratados de libre comercio y obliga a sus empresas a volver al país, golpeará como nadie en la historia a la esclavitud. Los millones de niños, mujeres, ancianos y hombres que han sido esclavizados por sus naciones bananeras para venderle la mano de obra a capitales supranacionales, serán libres de demanda y una vez más será la moral de occidente la que obligue a los tiranos locales a devolverles la humanidad a sus ciudadanos.
Si el Donald se rehúsa a seguir con la trillada obra de teatro de la guerra fría en contra de la amalgama de vikingos y cosacos que llamamos Rusia, los conflictos subsidiarios de casi todo el mundo desaparecerían como por arte de magia. Ya no habría millones de invasores disfrazados de refugiados cruzando media Eurasia para parasitar al mundo blanco. El bombardeo sobre Siria cesaría, Colombia dejaría de ser una base de logística militar estadounidense, las Coreas perderían la mayoría de sus tensiones y las ojivas nucleares ya no serían una preocupación.
Si la estrella de “El Aprendiz” invade a la nación independiente de la Reserva Federal, el sistema internacional de usura tambalearía, devolviéndoles a los pueblos la posibilidad de recuperar el verdadero valor de medida de la riqueza, el trabajo. Lo que el esfuerzo logre no será arrebatado por lo que la especulación desee.
Un solo hombre pasaría de ser el presidente de los Estados Unidos al salvador de la civilización occidental. Sin embargo, señor Trump, yo no confío en usted. Mientras habla de acabar con los tratados comerciales, eufemismo para negocios esclavistas, nombra como fórmula vicepresidencial a Mike Pence, quien ha apoyado todos y cada uno de los acuerdos de Libre Comercio que ha tenido a la mano. A la vez que habla de cooperar con Rusia para hacer un mundo más seguro, designa como posible secretario de la cartera de seguridad a Rudolph Giulliani, quien todos saben fue una de las piezas claves en los atentados de falsa bandera contra Nueva York. Habla de cargarse la Reserva Federal y un sistema monetario basado en la usura, pero aun así quiere nombrar como secretario del tesoro a un hijo de la elite accionista de Goldman Sachs, quien ha sido socio de Soros y ha especulado con la quiebra de otros, quiere a Steven Mnuchin.
En contra de mi sentir personal y como bien lo ha dicho Trump, la campaña lo ha cambiado y podemos decir que el ya no se comporta como un individuo, se está convirtiendo en un pueblo. Como persona creo que puede ser doblegado y que de hecho ya le compraron. Pero él no le habló al electorado desde el cálculo político. Le permitió a su corazón sobreponerse al pragmatismo y así conectarse directamente con el inconsciente colectivo de occidente. Puede que él no tenga idea del proceso al que le somete la alquimia de la política auténtica, del poder que tiene la tribu sobre su destino, pero mientras se mantenga en ese estado de trance estratégico que lo conecta con el origen de su sangre, seguirá acertando en el sentir de los suyos y estos le empujaran a la victoria común.
Espero que la masa occidental salve a Trump de convertirse en un traidor y por el contrario lo impulsen a ser el campeador de la civilización clásica. Trump, ¡haga a los Estados Unidos grandes de nuevo!, erradique la esclavitud, la usura y la confrontación entre potencias, entrégueles a los ciudadanos del mundo la llave de su libertad.
Pero no se le ocurra, por nada en esta vida o en la otra, el defraudar a Occidente. No habrá lugar en la creación en el que se pueda esconder, ni criatura que no maldiga su nombre si comete ese pecado. De todo corazón deseo que la situación límite que hoy sacude al mundo produzca en usted una catarsis, que le permita repeler a los chacales que rondan entre sus asesores.
Espero que haga propias las palabras de Gaitán: “Si avanzo, seguidme. Si me detengo, empujadme. Si os traiciono, matadme. Si muero, vengadme”
*Desde San Bonifacio de Ibagué, Colombia
no puede traicionar simplemente porque nunca ha sido de nuestra ideologia! es un impostor muy mal disimulado,a tal grado llega el chutzpa de los escogidos que ni se molestan en disfrazar su muneco! no hay peor ciego que el que no quiere ver!
Ahora mas que nunca se notan los medios que estan comprados por las elites, fijaros ya a la desesperacion que llegan periodicos supuestamente serios como el País, que se llega a imaginar una conversacion entre Putin y Trump, eso si, el titulo del articulo es “Teléfono rojo, Trump llama a Moscú” ya para engañar a la gente de primeras que no entre a ver el articulo, y luego cualquiera que se lea el articulo solo por encima quizas se le pase que pone brevemente que es un ejercicio de imaginacion, eso si, poniendolo a parir tachandolo de genocida, de racista,… Leer más »
Gorf, ¿te parece serio el País? Es un periódico de izquierdas; no puede ser serio. De todas formas, la prensa en general en España machaca a Trump de manera despreciable y la gente como solo lee eso, se cree las mentiras, sin razonarlas. Hoy mismo, leo en El Mundo (otro para darle de comer aparte) que Trump representa un peligro para la ciudadanía urbana, las mujeres, las minorías raciales…….y que la ciudadanía de ambos lados del Atlántico lo utiliza como una forma de desahogo sin valorar las consecuencias….. Si se lee prensa más ecuánime -extranjera, en España imposible- pronostican que… Leer más »
No le quepa duda de que se está llevando a cabo un plan bien definido para el Mundo por parte de la élite usurera internacional e internacionalista. No sé si se ajustará a la cabaláh o no pero, en caso de ser así, sería la cabaláh negra.
También tengo mis reservas con respecto al señor Trump, pero sin él, ¿que nos queda?. No hay otra mas que apoyarle y que sea lo que Dios quiera. Si nos traiciona, Dios lo tendrá en cuenta y lo castigará de alguna manera, ¡seguro!.
Gran carta, Sr. Calderón.
Esto es importante hay que denuciarlo No es paranoia es verdad difundidlo por twitter facebook o donde sea. Estamos atando cabos http://boards.4chan.org/pol/thread/96856184 HAY PRUEBAS SOBRE LA REALCIÓN DE PODESTA Y LOS CLINTON Y TODA ESA MIERDA ELITISTA EN LA PEDERASTIA
http://boards.4chan.org/pol/thread/96856184
hay hilos anteriores incluso varios en los que se habla de Madeline Mccann.
Si Trump traiciona la esperanza depositada, no perdemos más que una batalla, pero no la guerra. Seguiremos igual que hasta ahora.
Pero como se ha dicho muy bien en este foro, se ha abierto una brecha que ni en lo más recóndito de nuestros deseos hubiéramos visto posible: Que alguien hable fuerte en contra de lo maliciosamente establecido. Lo cual quiere decir que no es imposible que se pueda combatir. Ese será el legado de Trump.