Hombre blanco americano, tu futuro y el de tus hijos está en juego
Nunca unas elecciones habían estado tan determinadas por el hecho racial como las que vive Estados Unidos. Si hace 8 años, latinos y afroamericanos votaron masivamente al candidato demócrata Barack Obama por la única razón de ser negro, los blancos diluyeron su voto y hoy sufren los reveses en forma de un país más pobre, más oscuro y más inseguro. Los argumentos contra esa escasa solidaridad del hombre blanco para consigo mismo deberían ser inapelables salvo que se considere el factor antropológico como un exorno floral en la vida de las naciones. A mayor peso demográfico de la población llamada latina (fundamentalmente de origen mexicano y centroamericano), Estados Unidos se irá acercando al modelo de país que impera hoy en México y en esos pequeños y dispersos retretes donde impera la ley de las maras.
Hillary Clinton llama sin disimulo a los no blancos a rebelarse contra Trump en las urnas. No sólo eso, la candidata demócrata cifra ya sus únicas posibilidades de victoria en esa desarraigada cantera de votantes. No deja de tener su gracia que el futuro de Estados Unidos pueda ser moldeado por quienes han convertido sus países de origen en inmensos páramos de pobreza, desorganización, injusticia social, corrupción, narcotráfico y crímenes. Si relativizamos hasta ese punto la importancia del factor racial en el desarrollo de las naciones, entonces habría que aceptar que Estados Unidos sería hoy la gran potencia que es si sus colonizadores no hubiesen procedido de Europa ni pertenecido a la raza blanca. En cualquier caso, el peso demográfico de los votantes blancos se reduce en cada embite electoral. Hoy son menos determinantes que hace ocho años y dentro de otros ocho pueden llegar a ser irrelevantes si no se detiene la actual hemorragia migratoria.
La demografía es terca y no alcanzo a vislumbrar otra salida para la población blanca norteamericana que su propia autodeterminación, sin lacras parasitarias ni retórica buenista a su alrededor, aunque eso suponga darle la razón a Orval Faubus, el ex gobernador de Arkansas que en 1957 ya nos advirtió de la adulteración de la democracia estadounidense fruto del resentimiento racial de sus minorías étnicas.
Los estadounidenses de raza blanca deberán espabilar en esta crisis o asistir al ocaso de su nación. Pocas oportunidades van a tener para revertir el cambio demográfico que impulsa Hillary Clinton y que Donald Trump pretende impedir. Si acudieran a votar todos los norteamericanos de raza blanca orgullosos de su pasado y temerosos por su futuro, la victoria de Trump estaría garantizada. No es necesario recordar cómo los pueblos son casi siempre responsables de sus males. Ni tampoco que el votante blanco de Estados Unidos tiene en sus manos la posibilidad de evitar que el sacrificio de millones de colonos euroamericanos deje de tener algún sentido.
Lo que está en juego en estas elecciones es que Estados Unidos se siga pareciendo a la nación que alcanzó el cenit de su poderío mundial o que termine siendo lo más parecido a México.
Es una verdadera calamidad que el futuro de un gran país como es EUA, con todos los defectos que pueda tener, pero de raíces cristianas europeas al fin y al cabo, esté viendo cómo su destino es decidido por grupos étnicos bien diferentes a los colonizadores que crearon y dieron su grandeza.
Si a Trump le van a votar el 40% de los estadounidenses, y la raza blanca supone el 55% o 60% de los votantes, esto quiere decir que más del 75% de los votantes blancos vota Donald Trump. Yo creo que los blancos en EEUU han reaccionado, lo que pasa es que numéricamente no hay para más.
aunque es tarde ya,la unica solucion que queda hoy en dia, no solo en usa si no,donde quiera que haya blancos es la mas completa y absoluta separasion racial! ellos en su lugar y los blankizales en el de los blancos! si eso quiere decir,ceder territorio,pues asi tendra que ser! o la otra alternativa guerra racial! no creo que la kriptocrazya vaya a permitir ninguna de esas dos
Comentario tipicamente racista propio de esta revista.
Supongo que posiblemente este comentario es un delito y los moderadores que lo permiten son culpables del mismo tambien.
Vamos a empezar enviar estos comentarios a la fiscalía a ver que opina de ellos
En este mundo todos pueden ser racistas, es decir no mezlarse con nadie de otra etnia, como los chinos, los arabes, no se diga los judios etc pero si los blancos defienden su legado racial es slgo malo,
Asia para los asiáticos
Africa para los africanos
Los paises blancos para todos?
Ya puedes irte con tu intolerancia izquierdista a otra parte..
Bueno laura de paso puedes llevar también varios comentarios escrito por un moro donde aquí se atrevió a amenaza a España con toda clase de atentados y con la imposición de su religión y desde ya te digo que no es delito decir que no se junten, no está insultando ni amenazando, solo pone su opinión, lo del moro si es delito y pedí que se quedaran con su ip.
USA como primera potencia mundial tiene sus dias contado , dejando entrar extranjeros o no. Los “invasores” no seran responsable de la caida de USA . La caida de USA provoca su invasion.
Hace ya años les servicios secretos de USA advirtieron de su caida , recomendaron una “fusion” con Mexico y Canada para “ralentizar” su caida.
Eso es como decirle a tu esposa: nuestro matrimonio se hunde, lo único que lo salvará es que me eche una amante.
Es como el enigma de qué vino primero, el huevo o la gallina, las invasiones de las tribus germánicas fue lo que debilitó al Imperio Romano o fue la debilidad del Imperio Romano lo que propició las invasiones bárbaras.
Evidentemente cuanto mayor sea el número de negros, moros y latinoamericanos mayor será el parecido de un país a los países de donde proceden esas etnias. Es pura lógica que hasta un niño entiende. Personalmente yo, si fuera natural del sur americano y residiera en EEUU, lo que menos desearía es que la tierra de riqueza y posibilidades que me ha acogido se transformara con el tiempo en aquello de lo que vengo huyendo. Habría que ser tan imbécil y cretino como un moro para importar las miserias del infierno del que has escapado al paraíso que has llegado.