La justicia que todo lo ve
Madrid Arena… Aunque tiene nombre de zona de combate para intrépidos guerreros en una batalla a muerte, era un lugar “encantador” para hacer fiestas pastilleras para todo aquel que esté dispuesto a divertirse.
Pero como siempre, en España tenemos la costumbre de hacer las cosas mal y sin planificación. Un lugar que se convirtió en una ratonera para todos los que estaban dentro, porque lo normal es tener las salidas de emergencias cerradas y además la organización era escasa y minúscula.
Para colmo, y como si fuera el final de un chiste negro, las llamadas a los servicios de emergencias demostraron como se prejuzgan a los jóvenes como borrachos, ya que los audios que escuchamos en las cadenas de televisión fueron de vergüenza.
Pues, tras casi cuatro años pidiendo justicia las familias de las víctimas del caso Madrid Arena; recordemos que cinco jóvenes perdieron la vida en esa jaula mortal; se ha dictaminado sentencia sobre el organizador; Miguel Ángel Flores y los involucrados en el festival de Halloween.
Tristemente, en mi humilde opinión, la justicia cambia su espada de acero por una caña de bambú. Un empresario responsable del evento, que si sale bien nada entre billetes de euros, es condenado por cuatro años de cárcel. Cuatro años de cárcel por cinco muertes causadas en su evento.
Vuelvo a repetir, en mi opinión, metería de por medio a representantes del gobierno de Madrid por las instalaciones tan cutres que tenían. Sin embargo, recordemos que es un recinto que se puede alquilar y que nadie obliga a nadie a que realicen eventos en tal sitio, pero nuestro gran empresario se lanzó de cabeza a organizar allí su festival y le salió el tiro por la culata. Pero la justicia es así, los empresarios de alto nivel y los políticos no poseen el mismo código penal.
Me gustaría saber si una asociación juvenil, o cualquier entidad sin mucho renombre, organizara un evento y les pasara algo igual; que no lo queramos. ¿Saldrían los responsables tan bien parados?
Lo triste de todo esto es que estamos hablando de una sentencia para alguien que, en el peor de los casos, cumplirá la condena casi entera y podrá volver a su casa para dedicarse a otra cosa que no sea organizar festivales. Por el contrario, las familias de las victimas jamás volverán a ver a sus hijas llegar a casa tras cuatro años de condena de nuestro querido Flores.
¿Y esto cómo se come? Pues como nos tenemos que tragar el caso de las tarjetas black de Rato y compañía, la corrupción del PP valenciano, la del PSOE andaluz, los papeles de Bárcenas y todo un sinfín de corruptelas y casos de empresarios despiadados que tendrán un castigo de chiste para la cantidad de dinero y vidas que han tenido entre sus poderosas manos.
La sentencia de este caso produce VERGÜENZA AJENA, por la levedad de las penas impuestas.
El tal Flores volverá a las andadas cualquier día. Ya he leído que acaba de abrir una nueva discoteca en Madrid, y la absolución de los dos médicos es, sencillamente, infumable.
¡Qué poco se valora la vida humana en España!
No suelo responder a los comentarios, pero si lo que dices sobre Flores y la discoteca es cierto; yo jamás comprenderé la justicia española.