El presidente del Gobierno en funciones arrancaba esta tarde su intervención en el debate de investidura asegurando que aceptó el mandato del Rey Felipe VI de que fuera candidato a la presidencia del Gobierno por tres razones. Una de ellas, porque “España necesita un Gobierno eficaz y lo necesita con urgencia. Esta frase se ha convertido ya en un clamor popular en todos los ámbitos”, para, a continuación, hablar de los logros del Ejecutivo en materia económica en los últimos meses, aunque ha recordado que todo tiene un límite y esta situación de bonanza “puede cambiar y esto es algo que bajo ningún concepto debemos permitir”., ha asegurado el jefe del Ejecutivo al inicio de su discurso de investidura.

La segunda razón es que los españoles han expresado su preferencia por el PP en las elecciones generales y la tercera, que “no existe una alternativa razonable”.

En cualquier caso, ha dicho que aunque España necesita un Gobierno con urgencia, “no vale cualquier Gobierno”. “Lo que España reclama es un Gobierno estable, duradero, sólido y tranquilizador. O somos capaces de aplicar un esfuerzo persistentes o no seremos capaces de alcanzar con los objetivos que necesitamos. Además, ese Gobierno debe estar en condiciones de gobernar, de tomar decisiones y hacer que se cumplan sin hipotecas, es decir, un Gobierno sólido capaz de hacer frente a cualquier amenaza contra la seguridad del país o contra su unidad”.

Ha añadido que esa confianza, cuanto más elevada sea por cuanto contaría con el máximo apoyo posible, “marca el techo y el límite” del desarrollo del país en un contexto en el que hay que afianzar la recuperación y la creación de puestos de trabajo.

El presidente en funciones también ha puesto especial énfasis en la necesidad de remitir a las Cortes el proyecto de presupuestos para 2017 “no sólo por el compromiso con Europa” si no por lo que suponen para millones de personas y aquí se ha referido a los 14 millones de ciudadanos que reciben prestaciones públicas, que dependen de los presupuestos.

Ha aprovechado asimismo para agradecer su apoyo a Ciudadanos y a Coalición Canaria, que, a su juicio, “están haciendo lo que hoy es lo mejor para los españoles”.

El empleo, objetivo clave

En lo que se refiere a sus objetivos de Gobierno, Rajoy ha asegurado que su máxima prioridad es la misma que lo ha sido siempre: el empleo, y ha recordado las cifras de creación de empleo que había cuando el PP llegó al Gobierono y la actual. “Hoy lideramos la creación de puestos de trabajo en la eurozona, aunque hoy son millones aún las personas que buscan una oportunidad. Podemos aspirar a alcanzar los 20 millones de personas trabajando en 2020, aunque este objetivo depende de mantener y mejorar las políticas económicas que han marcado esta etapa”.

Durante su discurso, Rajoy también ha ratificado su compromiso de reducir el déficit público por debajo del 3 % y ha subrayado que se trata de una “obligación europea y constitucional, una obligación indispensable para permanecer en el euro”.

Rajoy ha añadido que, además, este compromiso es una “convicción” porque “no se puede gastar lo que no se tiene”.

Pactos por la educación, pensiones, financiación, violencia de género…

Rajoy ha ofrecido hoy en su discurso siete grandes pactos de Estado en educación, pensiones, empleo, energía, igualdad de los españoles en el sistema autonómico, lucha contra la violencia de género y reforma de las instituciones.

El jefe del Ejecutivo en funciones ha hecho este ofrecimiento al resto de grupos parlamentarios y, en especial, al PSOE. En primer lugar, ha planteado la necesidad de un pacto por la energía, que forma parte del acuerdo suscrito con Ciudadanos y que ha ofrecido al resto de formaciones de la Cámara.

Rajoy ha propuesto un pacto nacional por la ciencia y la innovación, la I+D+i, para alcanzar en 2020 el objetivo de inversión pública del 2 % del PIB en el conjunto de todas las actividades de este sector.

Asimismo, un plan de choque contra el desempleo, con el fin de dotar de mayor eficacia a las políticas activas de empleo, impulsando un “amplio programa de formación para desempleados”, a través del cheque formación, que permite escoger a cada usuario los cursos más adecuados a sus necesidades.

El plan, que forma parte del acuerdo alcanzado entre el PP y Ciudadanos, apuesta por la “flexiseguridad”, la creación de empleo “estable y de calidad” y facilitar su adaptación al nuevo marco tecnológico y a las nuevas realidades laborales.

Plantea así reducir a tres las modalidades del contrato de trabajo, introducir mecanismos para reducir la dualidad y fomentar el empleo indefinido, como la ampliación de la exención de cotización a los primeros 500 euros de salario durante cuatro años, y crear un fondo de capitalización para los trabajadores.

Rajoy ha ofrecido singularmente al PSOE, “que gobierna en buena parte de las comunidades autónomas”, abrir “una negociación para diseñar juntos un modelo estable que preserve la igualdad y la solidaridad de todos los españoles, también a la hora de recibir servicios públicos”.

Respecto a las pensiones, ha propuesto un diálogo para fortalecer el sistema público “con el objetivo de dar tranquilidad a los pensionistas presentes y futuros”.

“Ya les anuncio que, si recibo su confianza como presidente del Gobierno, propondré la convocatoria inmediata del Pacto de Toledo para acometer esta tarea”, ha señalado.

Rajoy ha planteado además un pacto nacional por la educación que abarque desde primaria hasta la universidad, que se centre en la adquisición de competencias y que permita a todos acceder al sistema en igualdad de condiciones.

Unidad de España

Rajoy ha defendido la unidad de España y la soberanía nacional y, aunque se ha mostrado abierto a estudiar fórmulas para acomodar mejor la necesaria solidaridad interregional, ha advertido de que no ve necesario reformar la Constitución.

“Ni queremos ni nos conviene cambiarla, porque juntos estamos mejor, porque la unidad garantiza además la igualdad y la solidaridad entre españoles”, ha señalado en su discurso de investidura, en el que ha dedicado varios minutos a hablar del debate catalán, “una amenaza explícita” contra la unidad territorial de España, “contra la igualdad de los españoles y contra su convivencia”.

Un desafío que, a su juicio, “paradójica y abusivamente se plantea desde las instituciones autonómicas de Cataluña” pero que “de ninguna manera se puede atribuir a los catalanes en su conjunto”.

“En esto no cabe ambigüedad. En términos políticos y constitucionales, el único pueblo soberano en España es el español. Y nada puede menoscabar ese fundamento sobre el que se basa todo nuestro sistema democrático. El pueblo español en su conjunto, es el único soberano”, ha proclamado.

Objetivo central

Mariano Rajoy ha dirigido su discurso de investidura a un objetivo central: que la mayoría de sus argumentos sirvan para dejar en evidencia la perseverancia de Pedro Sánchez en el bloqueo. Es decir, a señalar al PSOE como responsable de que no haya gobierno y, en consecuencia, de las posibles repercusiones económicas y políticas.

El candidato popular se ha aferrado al pacto que ha firmado con Albert Rivera, y lo ha blandido como bandera programática, en contenido, y por lo que representa de fuerza parlamentaria, al permitirle presentarse en la Cámara con 170 escaños por sumar a sus diputados los de Ciudadanos y el representante de Coalición Canaria (CC).

La excepcionalidad de la situación política convierte también en excepcional este debate, como puntualizan desde Moncloa. Rajoy acude sabiendo, salvo sorpresa, que va a perder, al menos esta vez. Y acude condicionado también por las medidas pactadas con la formación naranja.

Por tanto, en lo programático no ha habido novedades, y su discurso ha tenido un alcance sobre todo político. Rajoy ha hablado de la situación económica, de los riesgos a los que se enfrenta España por seguir sin Gobierno, de la urgencia de aprobar unos Presupuestos, de lo que España se juega si en octubre sigue sin ellos y no puede cumplir con el calendario y las obligaciones que impone Bruselas. Ha ido a las cifras, a los datos concretos. Y al mismo tiempo, ha dejado ante el Pleno una llamada a la responsabilidad, al consenso y al acuerdo. A hacer cesiones, aceptando el mandato de las urnas, para interpretar bien la voluntad de los españoles y evitar unas terceras elecciones que dañarían, subrayará, la imagen de España en todos los sentidos, en el plano económico y político.

Desde su entorno anticipaban ayer que acude con voluntad de seguir ampliando los apoyos que ya tiene. La clave de este debate de investidura será el cara a cara con Pedro Sánchez del miércoles, pero hoy el mensaje va dirigido a poner en valor su pacto con C’s y a colocar al PSOE ante un escenario en el que no hay gobierno sin que se muevan del bloqueo, y no hay alternativa a un Gobierno del PP que la de otras elecciones.

«Rajoy saldrá el viernes habiendo explicado a los españoles que ha cumplido. Otros tendrán que gestionar la responsabilidad de haberse quedado cruzados de brazos sólo para conseguir que Rajoy pierda una votación parlamentaria», sentenciaban anoche en la dirección del PP. Mientras mantenga el apoyo de Rivera, seguirá conteniendo el desgaste que esta situación está dejando a todas las partes implicadas. Así lo creen en Moncloa y en la cúpula popular. «Y antes de negociar su salida, iremos a elecciones», apostillan.

ANTONIO HERNANDO (PSOE): “RAJOY NO NOS HA DADO NINGUNA RAZÓN PARA VOTARLE”

Antonio Hernando, a la derecha..

El portavoz del Grupo Socialista, Antonio Hernando, ha asegurado que el discurso de investidura leído esta tarde por Mariano Rajoy en el Congreso «se puede calificar de cualquier cosa menos de investidura de un candidato con ganas de cambiar España».

A los socialistas «no nos ha dado ninguna razón para votarle ni mañana ni el viernes», dijo Hernando, porque Rajoy «no tiene credibilidad», no genera ninguna ilusión y representa ya un proyecto «agotado».

«Ha venido (al Congreso) a hacerse autobombo, a ser complaciente con sus cuatro años de gobierno» y eso reafirma al PSOE en que no hay «ni una razón más» para votar al candidato del PP, que se ha comportado en la tribuna como «un burócrata que ha venido a leer un papel con un proyecto que sabe que no es el de la España del siglo XXI».

Preguntado Hernando por la posible candidatura de Pedro Sánchez tras la derrota de Rajoy, el portavoz socialista señaló que «estamos en el tiempo del señor Rajoy», máxime cuando el propio candidato del PP ha dicho que volverá a intentarlo si fracasa el viernes próximo.