Rajoy y Rivera.

Ya se sabe que la especialidad de Albert Rivera “el veleta” es ir modulando su discurso adaptándolo a las circunstancias. Dijo tras las elecciones del 20-D que no iba a apoyar a ningún Gobierno ni del PP ni del PSOE; afirmó que no iban a entrar en ningún Gobierno que no estuviera presidido por él; pactó luego con Pedro Sánchez y se mostró a favor de entrar en su Ejecutivo.

Tras los comicios del 26-J, sostuvo por activa y pasiva que no negociaría nunca un gobierno del PP presidido por Mariano Rajoy. Luego pasó a abrir la puerta a entrar en un Ejecutivo del PP “siempre que no sigan las mismas personas”. Y ahora dice estar dispuesto a apoyar la investidura de Rajoy a cambio de que el PP acepte las seis condiciones que propone su partido: «No habrá negociación si no se aceptan estas condiciones», ha sentenciado. El presidente de Ciudadanos ha llamado a Rajoy minutos antes de comparecer para trasladarle sus exigencias, y ambos han emplazado a verse mañana en el encuentro que tenían previsto.

Ciudadanos ha convocado esta mañana de forma imprevista una comparecencia que, para concentrar toda la atención, ha suspendido todas las intervenciones de los portavoces del partido tanto en los medios como en el Congreso. La aparición sorpresa del líder se produce después de la reunión de la Ejecutiva, en la que por primera vez no se ha convocado a los medios para una rueda de prensa posterior en la sede.

El primero de los puntos que plantea Rivera para abrir la negociación con Rajoy es que no haya cargos públicos imputados en casos de corrupción. La segunda condición es eliminar los aforamientos «para que los políticos sean iguales de cara a la justicia que el resto de ciudadanos».

En el tercer punto habla de la nueva Ley electoral con listas desbloqueadas, mayor proporcionalidad y fin del voto rogado. La cuarta, acabar con los indultos por corrupción. La quinta condición la pone en la limitación de mandatos políticos a ocho años. Por último, Rivera le pide a Rajoy que haya «transparencia» que permita esclarecer casos como el de Bárcenas a través de una comisión parlamentaria.

Y a todas ellas se une una condición más: que Rajoy diga ya que acudirá a la investidura y que la presidenta del Congreso fije una fecha para la misma. En la formación son partidarios de que esta fecha no vaya más allá de la primera semana de septiembre. «Solo negociaremos con candidatos que confirman fecha y hora para la investidura».

Rivera ha planteado que estas condiciones previas las plantean porque «no nos fiamos» de un futuro Gobierno de Mariano Rajoy. Ha reconocido eso sí que «no hay alternativa», y que ante esa realidad esta es la única vía posible «para que el PP se comprometa con la regeneración». El líder de Ciudadanos ha dicho que un eventual pacto se traduciría «en un acuerdo de investidura y no de entrada en un Gobierno». El líder de Ciudadanos ha explicado que él está dispuesto a entrar en un Gobierno «en un futuro», si éste es «limpio y nuevo», en clara alusión a la figura de Mariano Rajoy.

El líder de Ciudadanos ha hecho un repaso cronológico sobre la actuación de su partido tras el 20-D, tratando de glosar así su capacidad de pacto, que es también intrínsicamente su capacidad para moldear sus posiciones ante las circunstancias. Rivera ha lanzado un duro dardo al PSOE al plantear que no se puede contar con ellos «para los asuntos de Estado», y ha descrito a Sánchez como «desaparecido políticamente». «El PSOE ha decidido no comparecer. Si no quieren hacer ese papel de Estado lo hacemos nosotros».

Pero a la vez Rivera ha planteado que su estrategia lo que persigue es esencialmente «que el PSOE asuma de una forma y otra que tiene que implicarse en la negociación». Rivera ha recordado que estas condiciones previas que le ha planteado a Rajoy «las firmó Sánchez hace unos meses», pues estaban incorporadas en su acuerdo con el PSOE. Además, fuentes de la dirección confirman que el documento firmado con lo socialistas será base de la futura negociación.