A.M.- Mariano Rajoy (PP) y Albert Rivera (C’s) han cerrado un acuerdo para la Presidencia de la Cámara baja y el control de la Mesa. Los populares convierten así en un espejismo la ‘regencia de Patxi López’, y podrán colocar al frente del Congreso a alguien de su total confianza: Ana Pastor ministra de Fomento. A cambio, Ciudadanos tendrá dos puestos en la Mesa.

Albert Rivera acaba de iniciar un camino que ya no podrá desandar. Por mucho que los políticos estén acostumbrados a decir una cosa y hacer la contraria, a Ciudadanos ya no le va a valer con escurrir el bulto. Como cuando el catalán prometió que “el presidente del Congreso debería tener perfil estadista y no ser del mismo partido que el futuro presidente del Gobierno. Nuevos tiempos”

O como cuando repetía, hasta la saciedad, que “los sillones para el final. Primero las políticas”. Pues resulta que a Ciudadanos no le correspondía ninguno de los dos sillones que el PP le ha cedido en la Mesa del Congreso.

Para que nadie se fije en su súbito cambio de opinión Ciudadanos venderá que vetó las propuestas iniciales para presidir el Congreso de Jorge Fernández Díaz, ministro del Interior, y María Dolores de Cospedal, secretaria general del PP.

Rivera ha tomado una decisión ante la encrucijada que se le ha presentado: facilitar un Gobierno tras meses de parálisis. O ser fiel a sí mismo y mantenerse lejos de un partido al que acusó de estar apolillado por los escándalos de corrupción.

Y, sobre todo, cuál de las dos decisiones le permitirá a Ciudadanos seguir con vida política y no desaparecer como UPyD.

La respuesta es investir al partido más votado a cambio de compromisos puntuales y manteniéndose alejado del Consejo de Ministros. Es decir, ganar peso político, pero cruzar los dedos para que sus votantes no se vayan, de vuelta, al PP.

¿Pero eso cómo se hace? ¿Es posible hacer una oposición real a un Gobierno que, si finalmente cae, te hará perder los pocos cargos que ostentas? El PP sabe que no es posible -el partido Liberal Demócrata británico que en 2010 aupó a David Cameron puede dar fe- y tratará de repetir aquella fagocitación atrayendo a Ciudadanos al centro de su telaraña ofreciéndole como cebo un par de ministerios. Apunten los de Hacienda y/o Educación.