Dos mujeres inmigrantes en una calle del Raval (Barcelona)

La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, tiene previsto retomar la iniciativa promovida por el anterior gobierno municipal de la Ciudad Condal para sacar a la calle a cientos de ‘confidentes’ encargados de “combatir” los rumores contra los inmigrantes y perseguir a sus autores. En ese sentido, la institución municipal barcelonesa formó a 1.000 ciudadanos como voluntarios antirumores para combatir estereotipos negativos sobre los inmigrantes en el marco de la Red Barcelona antirumores. La iniciativa forma parte del Plan de Interculturalidad del consistorio para combatir “rumores negativos y sin fundamento que dificultan la convivencia en diversidad

Estas estrategias antirumores ya han sido impulsadas en las ciudades de Getxo, Sabadell, Fuenlabrada y en la isla de Tenerife.

En un seminario contra el racismo y la xenofobia” organizadas por la Fundación ACSAR en el espacio del Caixa Forum de Barcelona, el representante del Consejo de Europa destacó la importancia de que desde el sur de Europa se esté exportando innovación social al norte y conjunto de Europa.

De hecho, se trata de un proyecto impulsado por el Consejo de Europa y con financiación de la Comisión Europea para exportar la estrategia antirumores a once ciudades europeas.

“Está en juego la convivencia, la cohesión, pero también valores fundamentales y la oportunidad de disfrutar de sociedades más estimulantes y vibrantes. Un rumor recorre Europa… sobre una estrategia antirumores que se va extendiendo sin freno dispuesta a poner en evidencia a aquellos que basan sus discursos populistas en los prejuicios y estereotipos, en fomentar el miedo y el discurso tramposo del nosotros-ellos, poniendo en riesgo la convivencia y la construcción de sociedades más democráticas e interculturales… y esta vez se trata de un rumor cierto!”, se destacó en el citado seminario.

En total, se han realizado 150 horas de formación a 40 grupos diferentes, donde ha habido un total de 1.000 personas inscritas, que ya han recibido el certificado de agente antirumores. Se señala que “la estrategia pretende invalidar cada uno de los rumores” y que los voluntarios “utilizarán la información rigurosa y objetiva para desactivar percepciones falsas como que los inmigrantes monopolizan las ayudas sociales, no pagan impuestos, reciben subvenciones para abrir comercios, colapsan las urgencias o abusan de los servicios sanitarios”.

Otro proyecto europeo de ingeniería social

No se nos escapa sin embargo que el objetivo, más allá de combatir tabúes y estereotipos contra los inmigrantes”, es otro de naturaleza bien distinta. El politólogo y colaborador de AD, León Riente, apuntó que “el discurso dominante y políticamente correcto está plagado de mensajes sobre lo beneficioso que es el multiculturalismo”. Añadió que “son los musulmanes una de las recientes comunidades llamadas a formar parte de la maravillosa sociedad multicultural que se nos impone en Europa y, como tal, sujeto de exaltación y parabienes por parte del poder y de sus altavoces”. “Sabemos mucho, no todo, de los proyectos para los musulmanes en Europa por parte de la oligarquía que ahora ocupa el poder. Pero, ¿qué sabemos de los proyectos para Europa de los musulmanes?”, se pregunta.

Tampoco parece descabellado decir que el Estado está permitiendo una creciente situación de discriminación con respecto a los ciudadanos autóctonos que va creando cada vez más reticencias. Y de ahí medidas como las citadas, promovidas desde instancias comunitarias.

Porque esos “rumores” que apunta la casta europea no provienen de un rechazo visceral y sistemático al extranjero, -que al principio de la marea humana no existía-, sino del nulo interés de la mayoría de los nuevos ciudadanos a integrarse en la sociedad y la cultura que les acoge y, muy especialmente, de la discriminación y de los abusos que se están produciendo en muchos terrenos, pero especialmente en el reparto de ayudas sociales.

A estas alturas todos conocemos unos cuantos casos de discriminación a los españoles autóctonos en la recepción de ayudas sociales, en la atención en los hospitales, en el acceso a determinados empleos. Y muchos nos preguntamos por qué. ¿Qué derechos ha adquirido un ciudadano marroquí, o de cualquier otro país, para que les permitamos vivir sin trabajar a costa del fruto de nuestro propio trabajo? Porque si algún político o algún voluntarioso funcionario de los Servicios Sociales piensa que están facilitando la inserción de estos individuos en nuestra sociedad, creemos no sólo que se equivocan, sino que no hacen sino agravar los resultados de la crisis que padecemos. Crisis económica y tambien crisis de valores. Nadie quiere trabajar si puede vivir sin hacerlo y mucho menos aquellos que vienen de sociedades económicamente mucho más precarias que la que se encuentran aquí con una renta básica o con las ayudas que generosamente reciben. Para ellos esto es Jauja. Y nuestros políticos unos primos.

Y la gran pregunta: ¿Por qué? ¿Qué interés tiene la casta política en regalar el dinero de todos a gente que ni ha aportado ni nunca va aportará nada a nuestra sociedad? ¿Existen cuestiones socio-económico-demográficas que los ilusos ciudadanos de a pie no comprendemos? Pues si existen esas razones, que nos las expliquen, por favor. Nosotros, al menos, quisiéramos entenderlo. Con o sin agente “antirumores” entrenados por el Ayuntamiento de Barcelona.