La imagen muestra a la mujer orinando ante la estupefacción de los participantes en la procesión y de los espectadores

Al más puro estilo de las feministas de Femen. El Jueves Santo se disparó la indignación en Compostela. El motivo, la actitud de una mujer que se puso a orinar en medio de la procesión de la tarde-noche. Tambores sonando y música de banda envolviendo la representación de la Última Cena de Jesús, paseando con solemnidad ante el respeto y la devoción de muchísmos fieles que se agolpaban en las calles compostelanas. Y en medio de esta estampa, entre los cofrades con capirotes, cruces y pasos procesionales, una mujer se pone a orinar. Los que presenciaron ésto, estupefactos, se mostraron escandalizados, y muchos se preguntaron por qué no actuó la Policía. Las críticas, entre ellas de la asociación Compostela Monumental, fueron muy duras: “esto ya no tiene nombre, ¿pero quiénes nos desgobiernan? ¿qué hacen ustedes?”. La foto que ilustra esta información fue remitida a los concejales del Ayuntamiento, gobernado, cómo no, por Podemos.

Un agente de la Policía local de Compostela relató que ellos iban delante de la procesión, y cuando fueron a ver qué pasaba, la señora en cuestión ya había acabado de hacer sus necesidades en plena calle y ya no había nada que hacer. El policía indicó que fue identificada, aunque confesó que ya está identificada y es conocida desde hace mucho tiempo. También dijo que si se realiza una denuncia, ésta será tramitada por el Concello.

Lo cierto es que estas acciones deplorables se vienen repitiendo a lo largo de los últimos meses en Compostela, con personas acampadas en algunos lugares de la zona noble y provocando inquietud y a veces miedo entre vecinos y especialmente comerciantes, que ya se han dirigido en muchas ocasiones a la autoridad local reclamando soluciones. Ahora, una vez más, se echan las manos a la cabeza y se preguntan cómo y cuándo se acabará esto.

Como viene siendo ya habitual ante este tipo de casos de sacrilegio, se apunta que la autora de los hechos tiene perturbadas sus facultades mentales. Lo que no se aclara es por qué sería imposible imaginar un acto “perturbador” de similar naturaleza ante una multitud de musulmanes. Ni por qué son las ciudades gobernadas por los laicistas radicales donde suelen producirse. Ni el hecho de que las peores taras humanas colisionen casi siempre con las creencias católicas que esos mismos laicistas tratan de combatir.

Como se sabe, el Ayuntamiento de Santiago de Compostela retiró las subvenciones a las cofradías de Semana Santa. El alcalde podemita, Martiño Noriega, explicó que “los fondos públicos deben usarse para otras necesidades”. “La voluntad del gobierno local -explicó Noriega- es no aplicar subvenciones a las cofradías”. Pese a dichas restricciones económicas, el Ayuntamiento compostelano mantiene las ayudas a las entidades islámicas del municipio.