Una falacia del Marxismo: La lucha de clases
José Andrés García Feito.- La izquierda política y el Marxismo en general como corriente filosófica, siempre han enarbolado como uno de sus iconos publicitarios la lucha de clases. Este argumento y otros muchos, como los intereses de la clase obrera, la explotación capitalista, la alienación del trabajador, el imperialismo del capital, la huelga o la revolución social, han sido tradicionalmente usados como munición dialéctica para combatir a la derecha, al poder establecido que no les convenía, al empresario y al capital.
El concepto de progresismo lleva implícita una ideología de izquierda difícilmente de casar con aquél, toda vez que no tiene sentido pensar en progreso excluyendo posiciones económicas favorecedoras de la iniciativa privada del capital y del desarrollo industrial que genera ésta.
Los argumentos citados anteriormente, utilizados como elementos combativos y generadores de conflicto social, lejos de producir desarrollo económico y crecimiento sostenido para una economía, paralizan o ralentizan ésta y generan situaciones caóticas en los estados cuando no guerras civiles como la de Rusia de 1917, la de Finlandia de 1918 y la de España de 1936.
Entonces, ¿qué progresismo nos quieren seguir vendiendo estos socialistas y comunistas del mundo? ¿Quizás el de las guerras civiles citadas, el de la Revolución Francesa con guillotina incluida, el de las economías “colectivistas” bolivarianas de Cuba, Bolivia, Ecuador o Venezuela, el del genocidio que produjo la Revolución Rusa, el del fundamentalismo islámico, el del terrorismo de ETA o el del estrepitoso fracaso del “sistema soviético de reparto” que trajo consigo el estallido social y la caída del muro de Berlín?
Se puede distinguir entre dos tipos de “progresismo” que la izquierda quiere solapar en uno solo: El progresismo social y el progresismo económico, con la particularidad de que el progresismo social, radicalmente entendido y enfocado como el defensor por antonomasia de la clase obrera y excluyente del resto de clases sociales en sus pretensiones, llevará siempre una trayectoria inversamente proporcional a la que trace el progresismo económico, siendo éste obviamente el que conlleva desarrollo industrial y aumento de empleo y riqueza. Ese concepto de progresismo de la izquierda choca frontalmente con el crecimiento económico y competitivo y muestra esta contradicción conceptual del término mal empleado a mi juicio durante siglos.
Nadie pretende salvo la izquierda establecer una lucha permanente de clases sociales o falso progresismo social que deriva en los fracasos ya enumerados, en el caos y en el estancamiento económico. Pretender ayudar desde un estado a las clases sociales más desfavorecidas para impulsar su integración en el sistema a todos los efectos, no debe implicar castigar a la clase media que precisamente sostiene a éste o a la clase capitalista que a la postre mueve la economía.
La lucha de clases como tal no existe en tiempos de paz, las clases sociales existen objetivamente porque se pueden delimitar por parámetros económicos como el poder adquisitivo, pero esto es algo meramente testimonial y estadístico y no debe ser usado para enfrentar a los hombres y generar odio. También hay músicos buenos y malos, deportistas buenos y malos o pintores buenos y malos y no por ello han de pelearse los malos contra los buenos para intentar repartir las destrezas innatas de éstos, lo cual no tiene sentido y además es imposible. Tampoco tiene sentido imponer un reparto de la riqueza heredada en las familias o de la riqueza generada con el trabajo y el esfuerzo de cada uno, porque sería premiar a unos y castigar precisamente a los que generan un excedente.
Por eso hay términos, sino proscritos para la izquierda, al menos bastante incómodos y antipáticos para ella, como: competitividad, propiedad privada, inversión productiva, rentabilidad económica, rentabilidad financiera, productividad, margen industrial o ampliaciones de capital, porque constituyen obstáculos para poder desarrollar muchas mentiras y falacias que instrumenta la mayoría de las veces a través de “movimientos políticos enlace” como PODEMOS, que son advenedizos y efímeros, pero terminan dándole los votos necesarios a cambio de la contraprestación pactada que al final pagamos todos, para volver al poder político y regresar o deshacer el verdadero progreso que consiguió la derecha, el progreso económico, el único que puede sostener el progreso social y por tanto el único que puede acabar con la lucha de clases que la izquierda quiere imponer para poder subsistir.
A la izquierda en realidad le interesa mantener viva la llama de la lucha de clases, le interesa que haya miseria y hambre para justificar ésta y arengar a una mayoría social necesitada y desesperada en el apoyo y el voto a los “salvadores marxistas” que prometen arreglar la desigualdad, pero no harán nada salvo instalarse en el poder, saquear las arcas del estado y empeorar la miseria existente, por no hablar en nuestro caso de desintegrar la Nación Española con su patética política territorial encaminada sólo a sumar también los apoyos nacionalistas si fueran necesarios. La secuencia histórica de los hechos acontecidos en la España contemporánea, parece ajustarse a esta realidad.
Hago una llamada a todos los españoles sensatos y a aquellos que suscriben los planteamientos aquí mostrados, para que hagan fuerza común y pongan su granito de arena en aras de impedir el nefasto gobierno que nos amenaza en 2016 con dirigir nuestras vidas y destruir a ESPAÑA, ya lo han avisado ellos mismos, pero la última palabra la tenéis todos vosotros.
Cuál es la ides de abusar de falacias del espantapájaros, de la falsa dicotomía, as consequentiam y del arenque rojo en un solo artículo de opinión?
Cuando vayas a la escuela y hayas aprendido a escribir, vuelves por aquí, si todavía no has muerto, ignorante.
Va contra el sentido común y como proviene de una ideología al contrastarla con la realidad no se sustenta. Todos los ensayos del socialismo real se han chocado con la realidad de que el ser humano es infinitamente distinto cada persona es un ser único e incomparable. La lucha de clases ingenua( para el pueblo, los jerarcas sabían muy bien lo que hacían), en la que se pedía un gran sacrificio hoy para lograr la sociedad sin clases , el socialismo mañana, resulto un cuento para niños. El mañana de ese relatop fue el enriquecer a los jerarcas que ahora… Leer más »