Minuto de silencio en la Sorbona de París por los atentados del sábado.

Diego Quiñones Estévez.- Regresó a la capital de Francia, París, regresó a Europa, porque vive latente y al acecho, el derramamiento de sangre y el sufrimiento terrible de los europeos, de quien es experto en ello, el totalitario terrorismo islámico-yihadista del Estado Islámico (EI).

Al terror programado y calculado del terrorismo teocrático islámico, herético y blasfemo, idólatra y nihilista, Francia e Inglaterra le han declarado la guerra, la guerra justa contra la inhumana guerra de religión o guerra santa del Estado Islámico (EI).

Pero esta III Guerra Mundial (la guerra asimétrica o de cuarta generación por su entramado financiero internacional y de invasión lenta sin la integración de las migraciones del islam en las sociedades decadentes, que han olvidado y perseguido en Occidente a los valores humanos y trascendentes del Cristianismo católico, tuvo sus orígenes en los atentados terroristas islámicos del 11S en el año 2001, cuando lanzaron los aviones-bombas contra las Torres Gemelas de Nueva York (Estados Unidos); luego con otros atentados terroristas, como el de las bombas en los trenes de la Estación de Atocha, el 11-M de Madrid en el 2004, el mayor atentado terrorista de Europa con 192 asesinados y miles de heridos y mutilados, sin esclarecer hasta sus últimas consecuencias, y al que le sigue en cuanto al número de víctimas, el ocurrido el 13 de noviembre de 2015 en París, de momento con 160 personas asesinadas y centenares de heridos.

Cuando acontecieron los atentados terroristas del fundamentalismo islámico en Nueva York, luego los del 11-M de Madrid en el 2004 y el de Beslán en Osetia del Norte (Rusia), el 4 de septiembre de 2004, después en Londres en julio del año 2005, como ahora y antes en París, las ideologías políticas, las partidocracias, fuera o dentro del poder de los gobiernos nacionales, se mostraron y manifestaron firmes y unánimes en la condena y persecución de estos crímenes contra la Humanidad, salvo, en España, donde las ideologías de izquierdas se regocijaron de cómo los aviones-bombas lanzados por los terroristas islámicos, destrozaban las vidas de miles de personas en las Torres Gemelas en Nueva York, ya que simbolizaba la venganza contra el Imperialismo norteamericano, tanto del islamismo y como de las detestadas dictaduras totalitarias del socialismo y el comunismo soviético y chino-maoísta.

Y no olvidemos, que otro tanto sucedió en España con los atentados terroristas islámicos del 11-M de 2004 en los trenes de la estación de Atocha en Madrid, donde las izquierdas y los nacionalismos secesionistas y terroristas, culparon a la partidocracia del neoliberalismo de centro derecha socialdemócrata descristianizado, el Partido Popular (PP) en el Gobierno de la Nación española entonces, el cual, como siempre, mostró su inoperancia y cobardía política y moral ante tan terrible atentado terrorista islámico, como ahora, los del 13-N en París, contra la seguridad, la dignidad y la estabilidad de España y Europa. El PP se dejó embaucar por las mentiras y las trampas cainitas y guerracivilistas de las partidocracias antiespañolas y filoislámicas de la izquierda y los nacionalismos secesionistas y terroristas.

Éstas últimas partidocracias, cuando los atentados islámicos en Nueva York o en Inglaterra, lo mismo que en España, no enarbolaron las banderas nacionales de Estados Unidos, Rusia, Reino Unido, ni, por supuesto de España. Algo que sí ha llevado a cabo ncon los múltiples atentados islámico-yihadistas del 13-N de 2015 en París, la laicista ynantiespañola partidocracia del Partido Socialista Obrero Español(PSOE), que ha enarbolado la bandera de Francia (una bandera de los tres colores masónicos y del gorrofrigio jacobino, azul, rojo y blanco) en un mitin-manifiesto de condena de los atentados con las mismas proclamas y manoseadas consignas de la unidad de todos los demócratas por la paz, la justicia, o en nombre de lo robados y secularizados valores de la jacobina, masónica y terrorífica Revolución Francesa(1789): la libertad, la igualdad y la fraternidad.

Los valores de Occidente son cristianos católicos, de donde nacen los Derechos Humanos y el Derecho Internacional de Gentes. Los valores de Europa, no son los valores de las partidocracias o ideologías del relativismo anticristiano católico, del laicismo radical pro-multiculturalista y filoislámico de la alianza de las civilizaciones, que ocultan o minimizan a los europeos lo que dice y hace el islam sobre la guerra santa, guerra santa que sólo aparece en esta religión y no en otras, y que las naciones musulmanas no condenan ni la impiden, y algunas, como las de las teocráticas y tiránicas monarquías del Golfo Pérsico, caso de Arabia Saudí o Qatar , que financian y justifican su existentica con su apoyo al totalitario Estado Islámico(IE). En las suras o azoras como la 47 del Corán, y que ha aplicado el Estado islámico (EI) para provocar el genocidio de cristianos en Asia, África y Oriente Próximo, se dice: (…)”Cuando encontréis a quienes no creen, golpead sus cuellos hasta que los dejéis inermes; luego, con concluid los pactos. Después les concedéis favor o los libertáis cuando la guerra haya depuesto sus cargas. Así obraréis. Si Alá quisiera los vencería sin combatir, pero os prueba a unos con otros. Las obras de quienes sean matados en la senda de Alá no se perderán. Él los dirigirá, corregirá su pensamiento y los introducirá en el Paraíso que les ha descrito (…). (…)¡No pidáis la paz mientras sois vosotros los más fuertes! Alá está con vosotros, no anulará vuestras acciones. La vida mundanal es juego y distracción. Si creéis y soy piadosos, Alá os dará vuestra recompensa sin pediros vuestros bienes (…)”.

La hipocresía y la demagogia de las partidocracias de la Unión Europea con respecto a su sumisión al islam, se ha de acabar, porque la trayectoria de terror, sangre y humillación de los Derechos Humanos que lleva a término el terrorismo islámico- yihadista, no tiene más finalidad que el sometimiento o el exterminio de todas las naciones que no se esclavicen y humillen ante el poder del fundamentalismo teocrático islámico, que no es nada nuevo en la Historia, viene desde los orígenes del islam, allá por el siglo VII después de Cristo, en la Península Arábiga. Francia, en la Edad Media, cuando ya España, en el año 711, había sido invadida y esclavizada por el islam tras la batalla de Guadalete, debido a la traición y las luchas intestinas de la nobleza visigoda, más el colaboracionismo de los judíos, por el año 732, el rey cristiano católico, fundador de la dinastía Carolingia, el rey franco Carlos Martel(686-741), aunque secularizó los bienes eclesiásticos, evitó la invasión de los musulmanes por el flanco occidental de Europa, al vencerlos en la Batalla de Poitiers.

Pero tampoco olvidemos, que, también en Francia se originó el terrorismo de estado moderno en la Revolución francesa (1789), con la utilización de los revolucionarios jacobinos de la guillotina y las torturas que provocaron el asesinato de alrededor de treinta mil cristianos católicos y el exilio de miles de ellos. Es el terrorismo de estado que siglos después practicaron los totalitarismos del fascismo y del nazismo, del socialismo y del comunismo, y ahora, el islamismo teocrático terrorista del Estado Islámico (EI).

Europa únicamente se salvará del terrorismo islámico, cuando vuelva a sustentarse en la identidad histórica de los valores universales de Occidente que es el Cristianismo católico, los cuales, han sido y son perseguidos por las partidocracias del laicismo radical, del secularismo anticatólico, del relativismo multiculturalista filoislámico de la alianza de civilizaciones, practicados y programados por el neoliberalismo, el neosocialismo, el neocomunismo y los neonacionalismos secesionistas y terroristas de las decadentes democracias occidentales.