Felipe VI dio anoche una gran sorpresa, pocos días antes de que se cumpla un año desde su proclamación como rey, al retirar a su hermana la infanta Cristina el título de duquesa de Palma de Mallorca, que le concedió don Juan Carlos en 1997. El monarca toma esta decisión medio año después de que el juez instructor del caso Nóos, José Castro, decidiera llevarla a juicio como presunta cooperadora en dos delitos fiscales.

La Casa Real anunció anoche que la decisión se hará efectiva hoy tras su publicación en el Boletín Oficial del Estado (BOE). Durante meses se ha especulado sobre la posibilidad de que fuera la infanta la que renunciara al título y a sus derechos dinásticos, pero finalmente ha sido su hermano el que ha tomado la iniciativa y la ha despojado del ducado de forma contundente.

Sucesión al trono

El rey ha adoptado la única medida que tenía en su mano, ya que no tiene la potestad para apartarla de la sucesión al trono, pero sí la de revocar o conceder los títulos nobiliarios en España. Fuentes de la Casa Real señalaron anoche que la decisión de renunciar a los derechos de sucesión dinástica siguen en manos de doña Cristina. Esta siempre se ha negado a hacerlo, primero ante la petición de don Juan Carlos y luego de don Felipe, por entender que conllevaba un reconocimiento de culpa.

El histórico Real Decreto 470/2015, de 11 de junio, por el que se revoca la atribución a su alteza real la infanta Cristina de la facultad de usar el título de duquesa de Palma de Mallorca, señala que «de conformidad con lo dispuesto en el artículo 6 del Real Decreto 1368/1987, de 6 de noviembre, sobre régimen de títulos, tratamientos y honores de la Familia Real y de los Regentes, he resuelto revocar la atribución a Su Alteza Real la Infanta Doña Cristina de la facultad de usar el título de Duquesa de Palma de Mallorca, que le fue conferida mediante Real Decreto 1502/1997, de 26 de septiembre».

Está firmado así: «Felipe, Rey. El Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy Brey». La Casa del Rey anticipó el texto del real decreto sin dar ninguna explicación de los motivos de la retirada del título. Felipe VI comunicó a su hermana su decisión ayer por la tarde, poco antes de que se hiciera público el anuncio, según fuentes solventes.

Regeneración

Felipe VI, que ha hecho bandera de la regeneración institucional en España, no ha esperado a que su hermana pudiera sentarse físicamente en el banquillo ni a que el tribunal decidiera, incluso con la posibilidad de que la exonere de toda responsabilidad penal en virtud de la llamada doctrina Botín, que impide sostener la condena en una acusación popular sin apoyo del fiscal.

En su discurso de proclamación el pasado 19 de junio, Felipe VI abogó por «una monarquía renovada para un tiempo nuevo» y dijo que la Corona debía «velar por la dignidad de la institución, preservar su prestigio y observar una conducta íntegra, honesta y transparente».

Las relaciones entre el monarca y su hermana se han ido deteriorando progresivamente desde que estalló el caso Nóos, por el que serán juzgados su marido, Iñaki Urdangarin, y ella misma. El pasado 22 de diciembre, ya bajo el reinado de Felipe VI, el juez Castro dictó un auto de apertura de juicio oral en el que establecía que la hermana pequeña del monarca será juzgada por la Audiencia de Palma como presunta cooperadora en dos delitos fiscales cometidos por su marido, Iñaki Urdangarin.

Doña Cristina fue apartada de toda actividad institucional desde finales del 2011 y dejó de ser miembro de la familia real tras la abdicación de don Juan Carlos y la proclamación de Felipe VI, al pasar de ser hija a hermana del rey. Durante este primer año de reinado el rey y su hermana solo han coincidido públicamente una sola vez, este lunes durante el funeral ortodoxo oficiado en la iglesia de San Jerónimo del Real en memoria de Kardam de Bulgaria. Doña Cristina también reapareció en la esfera familiar con motivo de la primera comunión de la princesa de Asturias.

Recurso de apelación

El último episodio del proceso judicial a la infanta fue su recurso de apelación contra la negativa del juez Castro a rebajarle la fianza por responsabilidad civil de 2,7 millones a 587.413 euros.

La representación legal de doña Cristina considera que el juez ha efectuado «apreciaciones subjetivas» sobre ella que constituyen «un grave atentado a las garantías que debieran presidir el procedimiento y, en particular, el ejercicio del derecho de defensa». Los abogados atribuyen al juez «contradicciones y excesos interpretativos» que les generan «una constante sensación de inseguridad jurídica y, por ende, una grave merma de su derecho constitucional a la tutela judicial efectiva».

 La infanta, apartada

Doña Cristina, que trabaja en Ginebra para la Fundación La Caixa, no estuvo presente ni en la ceremonia de proclamación de su hermano en el Congreso ni en la de abdicación de su padre celebrada la víspera en el Palacio Real, a diferencia de su hermana mayor, la infanta Elena, que asistió a ambas.

La única vez que doña Cristina ha coincidido en público con su hermano desde que es rey ha sido el pasado lunes, en el funeral ortodoxo oficiado en la iglesia de San Jerónimo del Real en memoria de Kardam de Bulgaria, hijo del exprimer ministro y depuesto rey Simeón de Bulgaria y de Margarita Gómez Acebo. A esta ceremonia fúnebre asistieron además la Reina Letizia, don Juan Carlos y doña Sofía, así como la infanta Elena, junto a los Reyes Guillermo-Alejandro y Máxima de Holanda y la princesa Beatriz, además de numerosos representantes de la nobleza.