El expresidente José María Aznar y Mariano Rajoy, juntos en una Convención del PP

Por Enrique de Diego.- Las encuestas marcan ya tendencias claras: el PP está lejos de la mayoría absoluta y sólo aspira a ser el más votado; Podemos ha fagocitado ya a IU y se presenta como una opción sólida para el voto de castigo, mientras el PSOE intenta no ser deglutido por ese avance. Al PP le empieza a surgir un competidor en la derecha con Ciudadanos, mientras UPyD se queda sin espacio. Con ese panorama, el PP ha intensificado su pánico y llama al cierre de filas para mantener el negocio corrupto.

A estas alturas, las encuestas no tienen tanta relevancia en cuanto a los porcentajes, porque depende de cómo se cocinen y quién las pague, pero del conjunto de todas ellas se extraen tendencias. El PP ha tomado ya conciencia de los riesgos que corre y han saltado todas las alarmas tanto en Génova como en Moncloa, aunque se mantiene un elevado nivel de parálisis pues ni siquiera se han presentado los candidatos, por las serias dudas que existen sobre algunos de ellos, en lugares tan fundamentales como el Ayuntamiento de Madrid, donde todo apunta a que un debilitado Rajoy tendrá que ceder ante Esperanza Aguirre, y la Comunidad Valenciana donde Alberto Fabra no consigue el visto bueno de la dirección nacional sin que se perciba ninguna alternativa con un mínimo de solidez.

Los populares están desapareciendo de algunas regiones, como es el caso de Cataluña, Vascongadas y Navarra, donde pagan su actitud débil frente a los separatistas, lo que les resta sustancialmente capacidad de presentarse como un partido nacional. La cuestión ahora es intentar mantener algunos feudos cuando las tendencias de las encuestas les sitúan muy lejos de la mayoría absoluta, de la que ahora gozan de manera hegemónica.

Rajoy, sin liderazgo ni sentido de la realidad

El principal problema del PP es la corrupción, que ha infectado a toda la estructura partidaria. Al mismo nivel se encuentra la falta de liderazgo de Mariano Rajoy, que amén de su falta de credibilidad, parece haber perdido por completo el sentido de la realidad. En las últimas semanas, Rajoy ha producido algunas escenas delirantes. Una de ellas, ha sido viajar a Grecia para recomendar sus recetas económicas. Otra ha sido trasladarse a París para marchar junto con Hollande, dando consejos sobre cómo vencer al terrorismo, cuando en España, en realidad, se ha cedido en todo a la banda terrorista y se ha favorecido la islamización, también en regiones gobernadas por el PP como la Comunidad Valenciana, Murcia y Madrid.

Si bien ahora, un Rajoy atrapado y nervioso promete descensos futuros de impuestos, el hecho es que en las pasadas elecciones generales su discurso giró en torno a que nunca subiría los impuestos, cosa que hizo a la semana de tomar posesión. Tampoco ha hecho nada en relación con el aborto, ni con la unión de los homosexuales, que fueron promesas muy firmes para asegurar el voto católico. También ha sido incapaz de pararles los pies a los separatistas y liderar a la nación respecto al reto de la Generalitat catalana.

La sensación de que el suelo se está abriendo bajo los pies de Rajoy y el PP ha hecho que el partido esté cerrando a filas para mantener el negocio. El mensaje de la recuperación no es suficiente. Entre otras cosas, porque la gente real no la nota, por la sencilla razón de que es mentira. Me remito al documentado artículo del maestro Roberto Centeno sobre el frenazo en la economía y sobre la mentira de los datos oficiales, avalada por la mentira añadida de los servicios de estudios de los bancos. Hablo con un empresario con una cadena de fruterías: desde el verano ha habido una nueva caída en el consumo. Hay gente, hijos de agricultores, que han vuelto a la agricultura. Los precios están por los suelos. En el sector de la construcción, hay miedo al hambre. El hambre es una palabra que ha vuelto al diccionario de la vida cotidiana. En muchas familias, cerca de ochocientos mil españoles, no ha habido ningún ingreso en todo el año. La caja de las pensiones ha sido depredada.

El cortoplacismo suicida e irresponsable de Rajoy y de los vulgares chorizos peperos[EdD1]  funciona, como Zapatero y los vulgares chorizos socialistas, funciona mediante la emisión de deuda, que ya está muy próxima al 100% del PIB. La política económica de Rajoy ha sido un desastre sin paliativos. Y en cuanto a proyecto político, el inefable e insuperable vago proteico de Rajoy simplemente no ha hecho nada, fiel a su degradante máxima de que se pudran los problemas. Algún día se sabrá que este inútil es uno de los mayores corruptos de la historia de E spaña.

Aznar y el cierre de filas de la mafia

La debilidad de Rajoy dentro de su propio partido es tal, y el pánico en sus filas ha alcanzado cuotas tan intensas, que parece dispuesto a poner como candidata al Ayuntamiento de Madrid a su enemiga Esperanza Aguirre, ese gran bluff de la política española, la madre nutricia de todos los corruptos, una inútil con verborrea compulsiva. Además, han sacado a ese desastre  nacional que es José María Aznar, el que provocó la burbuja inmobiliaria, la invasión de la inmigración descontrolada, y el saqueo de las cajas.

Aunque no se hablan desde hace años y se odian cordialmente, este sábado en la Convención se escenificará la foto de Rajoy con Aznar, para mostrar una imagen de unidad. Se trata de evitar la fuga de votos por la derecha, removiendo de nuevo las coartadas, que no sirven para nada, salvo para intentar defender lo indefendible. Es muy dudoso que esa foto tenga hoy un efecto positivo.

Se trata del cierre de filas de la mafia que ve que se le acaba el negocio de modo que las facciones rehacen el viejo acuerdo. El temor que invade al PP es perder Madrid y Valencia. El escenario ante el que se encuentra es el peor de todos los posibles: ni un hundimiento total que permita una regeneración, ni la posibilidad de mantener su inmenso botín electoral, lo que dispararía posteriormente el cainismo. Hay, de hecho, muchos alcaldes de pueblos pequeños y medianos que están optando por presentarse como independientes sin las siglas desacreditadas de la gaviota.

Esperanza Aguirre, una pésima candidata

Lo que muestra la debilidad interna de un hasta ahora prepotente Mariano Rajoy es su disposición a ceder ante Esperanza Aguirre, la única que ha tenido el atrevimiento de autoproclamarse o, al menos, de proponerse, y a la que Rajoy ha considerado una desleal enemiga, dedicada a ponerle palos en las ruedas.

La cuestión es que a estas alturas Esperanza Aguirre es una pésima candidata, sólo alentada por los más fieles. Toda la inmensa corrupción del PP, en sus tramas más depredadoras, tanto Gürtel como la Púnica de Francisco Granados –exnúmero dos de Aguirre- ha sido alimentada por Esperanza Aguirre, que ostenta por méritos propios el título de madre nutricia de la corrupción.

Estamos ante uno de los mayores bluff de la política española, ensalzada por aparatos de propaganda pagados abusivamente con dineros del contribuyente.

Podemos fagocita a IU y muerde al PSOE

Los lacayos peperos, que han comenzado a agitarse como impelidos por el baile de San Vito, han establecido la consigna de que Podemos pierde fuelle. No es exactamente lo que dicen las encuestas. Hay que reconocerle a Podemos, cuyas propuestas son ciertamente de un tardocomunismo alucinógeno, el haber roto el sistema bipartidista establecido desde el inicio de ese inmenso desastre nacional que fue la transición. Podemos, en efecto, parece haber frenado su escalada tras la campaña mostrando las corruptelas de sus dirigentes, profesores de la nefasta Facultad de Políticas de la Universidad Complutense. Pero, por de pronto, han fagocitado a Izquierda Unida, con Tania Sánchez, la novia de Pablo Iglesias entre las víctimas, amén de estar inmensa en evidentes acusaciones de corrupción. También Podemos, una izquierda radical y jacobina, similar a la Syriza griega, ha entrado en los predios del electorado del PSOE, obligándole a girar hacia la izquierda. De todas formas, desde hace tiempo el PSOE ha dejado de ser un partido nacional, para sostenerse solamente en Andalucía, Extremadura y Asturias.

Podemos es una incógnita en municipales y autonómicas porque carece de estructura partidaria sólida y capilar y la dirección quiere mantener un estricto centralismo democrático leninista, por lo que en muchas poblaciones no se presenta.

El repunte de Ciudadanos

Tras las elecciones europeas, el PP se consoló con que el surgimiento de Podemos dividía más el voto de la izquierda. Al menos esa fue la tesis del sociólogo de cabecera del partido de la gaviota, Pedro Arriola, un perfecto inútil que ha hecho una fortuna a base de decir las estulticias que querían escuchar los dirigentes de la mafia. Al tiempo, se podía dar por despejado el riesgo por la derecha con el fracaso de Vox, que estuvo a punto de dar la campanada, pero que se presentó con un candidato gastado como Alejo Vidal-Quadras.

Ese consuelo se ha venido abajo. Por la derecha –aunque es un partido que se define como de centroizquierda- ha comenzado a repuntar Ciudadanos. Se trata de una tendencia, al margen del baile de datos de las diferentes encuestas. Un ingeniero, ejecutivo de una empresa, me dice que “Albert Rivera es savia nueva”. Esto no es cierto. Se trata de un político profesional más, que empezó en Nuevas Generaciones y que no ha trabajado en nada fuera de la política, pero es un liderazgo bien valorado, y transmite esa imagen de savia nueva que, por supuesto, no ofrece Rosa Díez, una política veterana, ajada y que ha cometido muy graves errores, como no dedicar tiempo y esfuerzo a Cataluña, dejando surgir Ciudadanos, y la peor: negarse a una confluencia de unidad, que la ha situado como una intransigente.

Proceso constituyente

Ciudadanos se parece a Podemos en su ausencia de una estructura sólida fuera de Cataluña, pero puede ser un partido con el que un PP en decadencia pueda hacer pactos.

España marcha hacia un panorama de ingobernabilidad que dará paso a un proceso constituyente.