Adelantos por la izquierda
Jesús Cascón.- Una escena de la película “La caza del Octubre Rojo” muestra una antigua táctica de combate para evitar ataques del enemigo. Consiste en acortar tiempos mientras te disparan, al objeto de impedir que tu rival pueda cargar la detonación del artefacto, ya que supone que tú estás a tantos metros y a tanta distancia. Acercándote a tu rival, en vez de alejarte, acortas tanto el tiempo que se hace imposible maniobrar de forma efectiva. Es precisamente lo que va a hacer Susana Díaz, máxime ahora que se sabe que Artur Mas ha convocado sus famosas elecciones plebiscitarias. La presidenta de la Junta de Andalucía acorta tiempos y pilla a sus adversarios desprevenidos.
Su intención es la de debilitar a todos los rivales por la acción del tiempo; en concreto por el escaso margen que van a tener para designar candidatos y diseñar campañas. Su actual socio de gobierno, Izquierda Unida, inmerso en el galimatías de sus posibles pactos puntuales con Podemos, tendrá escaso terreno para moverse con comodidad, toda vez que parece que Diego Valderas seguirá siendo su cabeza de cartel, pero con la necesidad de salir a la palestra de repente, más de uno se moverá antes de que le hagan la foto.
Lo del Partido Popular tiene peor pinta. Juanma Moreno Bonilla, acostumbrado a predicar en el desierto por no tener escaño en el Parlamento andaluz, tendrá que pedirle permiso a Rajoy para designar candidatos (es un eufemismo, evidentemente, ya que los candidatos se eligen desde Génova directamente) y se encontrará con la férrea oposición de más de uno desde las bases, donde no lo ven con buenos ojos, siendo suaves en nuestras consideraciones. Esta aparente falta de liderazgo o de carisma puede colocar al PP andaluz en una situación comprometida, ya que organizarse tan apresuradamente les inducirá a cometer errores, mientras que los socialistas, desde el pistoletazo de salida, tendrán tiempo de sobra para preparar una campaña electoral más elevada, resuelta y con contenido, aunque éste sea el mismo decálogo de promesas sin cumplir de los últimos veinte años.
Susana Díaz no puede seguir negando lo evidente. Estos días se ha pillado los dedos con sus declaraciones, en las que decía blanco cuando la realidad ha dictado negro. Como ejemplo, la reunión con Chaves, ex presidente e imputado, a la que Díaz se refirió como un encuentro que nunca se celebraría en la sede de la presidencia andaluza. Ambos se vieron las caras en el Palacio de San Telmo.
Además, mientras hay crisis sanitaria, Valderas se pira a los campos de refugiados saharauis y el pacto con IU zozobra, Díaz se va a Madrid para reunirse con analistas políticos para exponerles su opinión sobre temas de calado nacional. Es más que notorio que la presidenta andaluza hace carrera en la capital de España, y lo hace por un motivo: mientras declara su absoluta lealtad al liderazgo socialista de Pedro Sánchez, le dice a los entendidos que ella entiende de todo y opina de todo, y que tiene una solución para cada problema. Es, sin duda, una adelantada a su tiempo. Una adelantada que tiene a la izquierda progre encandilada, mientras la izquierda tradicional sigue pensando seriamente quién lidera realmente el partido. Las jugadas maestras, con luz y taquígrafos, no existen, querida presidenta. Debería saberlo.
Susana sinceramente creo te estas equivocando.
Susana Díaz no representa a los andaluces, ya que no fue votada por ellos y si puesta a dedo por aquellos de la secta partidista que tienen mucho que esconder, como Griñan y Chavez.
A esta la han puesto alli para esconder mejor todos los trapicheos de esta cecta socialista que nos tiene secos a todos.
la boca bebedero pollo,se va a comer al guaperas tontorron…jajajajaja
A mí me gustaría ver una Andalucía en la que ladrones con estrellas rojas no se metan a okupar fincas, a protestar contra La Toma de Granada, a robar supermercados, o poner en evidencia La Semana Santa. Y a los ladrones que dirigen la Junta, fuera con todos ellos.
Andanzas de la Bocasopas