Les presento a continuación el texto de un escrito recibido por email aunque desconozco su autor. Lo relatado en él, no sé si será cierto o se trata solamente de un fragmento de novela basada en hechos reales. De cualquier forma, creo que no tiene desperdicio, pues es innegable lo acertado de su contenido aunque sea considerado políticamente incorrecto, es más, pienso que daría para un profundo y extenso debate. El escrito dice así:

“Conversación en un instituto de Vigo (no digo cuál, podría ser en cualquier otro, imagino que no es un caso aislado).

Existe un aula de apoyo para niños con dificultades académicas, las plazas son limitadas pues no hay más que una profesora, hay muchos candidatos con problemas pero el 80% de las plazas las ocupan rumanos, pues llegaron a España sin apenas estar escolarizados. Faltan a clase regularmente, hacen novillos, quedan por la calle; consecuencia: No progresan.

Pregunta la profesora a una alumna rumana: -“¿Dónde vives?”. Respuesta de la alumna: -“En la calle tal…”. Profesora: -“Pero esa calle queda en el otro extremo de la ciudad y allí tienes cerquita dos institutos”. Alumna: -“Ya, pero es que a este Instituto vienen todos mis amigos…”. Profesora: -“Pero tendrás que andar mucho hasta aquí”. Alumna: -“Que va, cojo el autobús”. Profesora: -“Desde tu calle aquí no hay autobús que te deje cerca…”. Alumna: -“Ya, pero cojo dos autobuses”. Profesora: “Menudo gasto…”. Alumna: -“No, es gratis. Tengo una tarjeta gratuita porque mis padres cobran la “RISGA” (Renta de Inserción Social de Galicia)”. Entonces, la alumna saca de la cartera una tarjeta de transporte gratuito, con su fotografía en la que puede leerse: PENSIONISTA. Y solo tiene 14 años. Profesora: -“¿Tus padres ya no trabajan? Alumna: -“No, desde que llegamos a España (hace 5 años) cobran la RISGA pero es poco pues solo son 550 euros mensuales. Todos los rumanos que están en nuestra clase también la cobran, además aquí en España el autobús y las medicinas son gratis, no es como Rumanía. Profesora: -“¿Pero nunca trabajaron en España?”. Alumna: -“No. A veces piden en la calle, pero no ganan mucho. Hay días que mi padre saca 20 euros y mi madre 10 o 20 euros. Pero solo piden 2 o 3 días a la semana”. En eso que interrumpe otro compañero metiéndose en la conversación: – “Bueno, pero como la comida nos la regala la iglesia no se gasta tanto”. Este alumno que hace el comentario es musulmán. Alumna: -“Mi padre ahora está sacando el carnet de conducir, como también es gratis”.

Al final de la conversación, la profesora supo que la citada alumna ya hace años que no va a Rumanía porque toda su familia, abuelos, tíos, primos, etc., se vinieron para España. Además resulta, que un 70% de los alumnos rumanos del instituto son del mismo pueblo.

¿Conocéis españoles cuyos hijos terminaron sus estudios con aprovechamiento y no encuentran trabajo, no cobran RISGA, pagan los medicamentos, que para moverse por Vigo van andando o pagan el autobús; y si quieren obtener el carnet de conducir les piden los 1.000 euros a sus padres o esperan a encontrar un trabajo con qué pagárselo?

Los hijos de los rumanos, musulmanes etc., tienen preferencia en las becas de comedor, campamentos de verano, libros, etc.

Tiene gracia que estemos exportando jóvenes con formación universitaria al resto de Europa, donde cotizarán, formarán sus familias y contribuirán a su desarrollo garantizando las pensiones, y nosotros aquí con este efecto llamada, manteniendo individuos que no trabajan, vienen solamente por las subvenciones y, sus descendientes, no pisan la escuela para forjarse un futuro a pesar de que la ponemos a su disposición de forma gratuita ¿A que esperamos para reaccionar? ¿Cuánto tiempo más estamos dispuestos a seguir haciendo el gilipollas?”. Fin del escrito.

Como podrán comprobar, esto no es algo que ha descubierto únicamente el autor o autora del escrito; esto es una realidad de la que tienen conocimiento millones y millones de contribuyentes españoles, que se sienten impotentes ante semejante canallada, pero que los medios del sistema silencian u omiten.

La teta del presupuesto nacional ya está seca. El número de inmigrantes que parasitan de nuestro presupuesto con más derechos que nosotros, y que desafían a los funcionarios cuando solicitan las ayudas incluso con amenazas, es un hecho que ya no se puede ocultar por más tiempo. Y estos hechos no se denuncian por parte de los funcionarios por miedo a represalias.

Pero lo peor de la película sobre inmigración ilegal todavía no ha llegado. Lo peor será cuando los del grupo PODEMOS alcancen el Gobierno de este país y abran de par en par las fronteras. Entonces, lo que hemos visto hasta ahora habrá sido solamente un chiste de mal gusto. Por lo pronto, la segunda vivienda como el apartamento de la playa o la casita del campo a la que solemos acudir los fines de semana y en vacaciones, serán okupadas de inmediato por gente que no ha trabajado en su vida, y a la que no podremos desalojar porque será ese gobierno marxista el que avale y auspicie la okupación.

Que nadie piense que solo se “autorizarán” los asaltos a las propiedades de los ricos como deja entrever el “caudillo comunista de la complutense”. Los poderosos se largarán antes de que lleguen los de Podemos al poder, y disfrutarán de sus fortunas en cualquier lugar donde les garanticen su seguridad. Pero nosotros, las clases medias, no tendremos más remedio que quedarnos aquí a merced de todo este ejército de parásitos amorrados a la ubre del Tesoro, y viendo como nos expropian o nos roban lo poco que nos haya dejado la “casta”.

Vayamos buscando una opción para elegir en las urnas, que nos garantice nuestra propiedad privada por pequeña que esta sea; una formación política de nuevo cuño que no permita que España se rompa; que saque a los terroristas de las instituciones y los devuelva a la cárcel junto a narcos y violadores; y que nos devuelva a los trabajadores las conquistas sociales que el bipartidismo nos ha arrebatado. Una nueva formación que ponga a raya a los holgazanes y a los mangantes, y no permita que España se convierta en una segunda Cuba o Venezuela.

Huyamos de los encantadores de serpientes. Ha llegado la hora de la verdad y de llamar a las cosas por su nombre. Los que conforman la “casta” de 1978 se amparan en el mensaje reiterativo más que amortizado “que viene la extrema derecha”, para denigrar a hombres y mujeres dispuestos a poner fin a este sistema corrupto y podrido para cambiar el rumbo de la democracia en España, solapándolos a grupos que ejercen la violencia en el deporte.

Lanzan el mensaje “que viene la extrema derecha” para que nadie con voluntad de hacer justicia y llevar a esta banda de delincuentes ante el Tribunal de España, pueda tener opción a presentar su programa político, y mientras, permiten que lo hagan terroristas convictos y confesos.

Temen que eso que ellos llaman extrema derecha irrumpa con fuerza, y ponga en marcha de nuevo los grandes reactivos nacionales: La unidad de la Patria; la defensa y protección de la familia tradicional y la justicia social.

Ellos saben que la irrupción de esa nueva fuerza en España, sería el fin del chollo económico para la “casta”, se acabaría el compadreo con los terroristas y los secesionistas, y los españoles tendrían garantizado algo que hoy se les niega, la prioridad que deben tener como hijos de España, ante cualquier ciudadano extranjero que, además de venir a parasitar a nuestro país, forman guetos imponiendo sus normas, sus costumbres y su fundamentalismo religioso.

Los españoles primero, y si la economía y el empleo lo permiten, los extranjeros serán bienvenidos para sumarse a participar en la ardua tarea de engrandecer nuestra nación. Pero esa oportunidad que se le brinda al extranjero que quiere venir a trabajar a nuestro país, debe hacerse por la vía de la legalidad: Documentación en regla, contrato de trabajo, certificado médico y certificado de antecedentes penales. A partir de aquí, el Estado español deberá garantizarles también todos aquellos derechos adquiridos como buenos y fieles contribuyentes: Sanidad, educación, seguridad, justicia, etc.

Ser español humilde y generoso, no debe ser confundido con ser estúpido. Ya lo dijo John Wayne: “La vida es muy dura, pero es más dura si eres estúpido”.