Rodríguez Menéndez se pone a disposición de la Justicia para indicar el lugar exacto donde fue enterrado El Nani
Sonia Escolar.- ¿Dónde está el cuerpo de Santiago Corella Ruiz, alias El Nani? Fue una de las preguntas más veces repetida durante la época cúspide del felipismo a principios de los años 80. Se supo que murió en instalaciones policiales y enterrado en algún lugar desconocido. Desde los círculos próximos al Ministerio del Interior se jugó una y otra vez a la ceremonia de la confusión y, con la colaboración de algunos medios cercanos al poder, circularon informaciones que situaban al Nani en algunos países exóticos, en un intento bastante chusco de blindar a los responsables de su muerte. Los intentos judiciales por desentrañar el caso resultaron inicialmente vanos dada la existencia de una maraña de complicidades, coartadas policiales y silencios oficiales. Treinta años después, la pregunta tabú halló al fin respuesta gracias al testimonio del abogado Emilio Rodríguez Menéndez.
Fue en ‘La Ratonera’ del jueves día 11 el lugar elegido por el controvertido abogado para revelar que el cuerpo sin vida de Santiago Corella fue enterrado en la provincia de Córdoba tras ser torturado y asesinado en las instalaciones de la brigada provincial de la Policía Judicial, sitas en la Puerta del Sol de Madrid.
Explicó que esta información la hacía pública por primera vez al quedar liberado del compromiso de atenerse al secreto profesional tras el reciente fallecimiento de su antiguo cliente, el comisario Javier Fernández Álvarez. “Puedo decir que El Nani fue enterrado en Córdoba por los mismos funcionarios policiales que participaron en su muerte”, señaló.
Llegado a éste punto, Rodríguez Menéndez se comprometió a colaborar con los familiares de la víctima y con la autoridad judicial para revelar el lugar del enterramiento. A preguntas del conductor del programa, Armando Robles, sobre la elección de la provincia de Córdoba y no otra, el abogado indicó que la zona elegida pudo estar relacionada con alguno de los responsables del suceso. “Si a mí un juez me llama a prestar declaración formalmente, no tendría ningún inconveniente en contar todo el asunto, porque creo que la familia de Santiago Corella tiene el derecho inalienable a recuperar su cuerpo, o lo que quede”, manifestó.
Sobre las causas por las que ha decidido ahora revelar los hechos, el letrado manifestó que su estancia en Argentina había influido de una forma definitiva. “Nunca hasta hoy lo había contado aunque algunas veces quise hacerlo, sobre todo tras mi larga estancia en Argentina y hablar allí con muchas madres y abuelas de la plaza de Mayo, gente cuyas familias habían desaparecido en similares circunstancias. Muchas veces me planteó un problema de conciencia el deber de mantener el secreto profesional frente al derecho de cualquier familia a tener los restos de sus seres queridos y enterrarlos como crean conveniente”, dijo.
¿Dónde está el cadáver de El Nani?
Santiago Corella, El Nani, era hasta el pasado jueves un espectro, un muerto sin cadáver, un cadáver sin tumba. “Una cosa tengo clara. Nunca sabremos dónde está el cadáver de mi padre. Los que lo saben no van a hablar en la vida, porque, si lo hacen, volverán a ser juzgados e irán a la cárcel”. Así de contundente se mostró en 2003 Rubén Corella Montero el hijo menor de El Nani, de cuya desaparición se cumplen más de 30 años. Estos seis lustros no han servido para saber el lugar en que tres policías (dos inspectores y un comisario) ocultaron el cadáver del primer desaparecido de la democracia.
La familia Corella Montero ha pedido tranquilidad y cerrar el capítulo más amargo que les ha tocado vivir. Saben que se hizo justicia, pero sólo parcialmente. De hecho, la principal incógnita quedaba sin resolver.
La historia de esta desaparición comienza el 12 de noviembre de 1983 en el domicilio de Santiago Corella y de su esposa, Soledad Montero, ambos de 29 años, en el madrileño distrito de San Blas. Sobre la una de la tarde irrumpen en su casa, pistola en mano, cinco agentes del Grupo III de la Brigada Provincial de Policía Judicial de Madrid, dedicados a esclarecer atracos a joyerías. En esa actuación también son arrestadas las tres hermanas de El Nani. Éste y el resto de su familia fueron detenidos acusados de haber atracado el 31 de octubre de ese mismo año a punta de pistola la joyería Payber, en la calle de Tribulete, y de haber matado a tiros a su propietario, Pablo Perea Pérez. “Él iba muy tranquilo, hasta sonriente, cuando lo montaron en el coche policial”, señaló una vecina durante el posterior juicio.
Pero la realidad que le esperaba a Santiago Corella y a su familia en la Brigada de Policía Judicial, entonces con sede en la Puerta del Sol, era muy distinta y aterradora. El Nani, nacido en enero de 1954 en Auñón (Guadalajara), fue incomunicado tras aplicársele la ley de banda arma (antiterrorista) con autorización expresa del entonces ministro del Interior, José Barrionuevo.
Según se desprendió de la instrucción del sumario, El Nani fue sometido a durísimos interrogatorios. Sus chillidos pudieron oírse en los despachos colindantes, mientras un policía le preguntaba una y otra vez: “Canta, Nani. ¿Dónde está el oro”, según declararon sus hermanas.
“Sus gritos los tengo grabados en la cabeza. Es algo que no se me va a olvidar nunca. Siempre pienso en lo que debió sufrir… Quizá sea eso lo que nos movió a poner la denuncia”, explicó Consuelo Corella, la hermana que más se movilizó para evitar que el caso cayera en el olvido.
La violencia que sufrió Santiago Corella fue tal que dos policías le tuvieron que llevar arrastrándolo hasta el calabozo. Según declaró su supuesto compinche, Ángel Manzano (también detenido por el supuesto robo a la joyería de la calle de Tribulete), su estado físico era “lamentable”: “Iba quejándose y apenas podía andar. Trastabilleaba y simplemente decía ¡ay!”. Iba vestido con un mono de mecánico y con las manos esposadas tras la espalda.
La desaparición comienza sobre la una de la madrugada del 13 de noviembre, cuando El Nani fue trasladado a un descampado de Vicálvaro en un coche policial por el comisario responsable del Grupo de Atracos de la Policía Judicial, Francisco Javier Fernández Álvarez; el jefe del Grupo III antiatracos a joyerías, el inspector Victoriano Gutiérrez Lobo, y el también inspector Francisco Aguilar González. Según declararon los policías, El Nani les condujo hasta un escondite donde guardaba una pistola y una escopeta de cañones recortados utilizadas en el atraco a la joyería. A partir de entonces, se suman las incongruencias. Cuando Santiago Corella baja del coche, sigue vestido con el mono de mecánico y con las manos esposadas. Los tres agentes comienzan a inspeccionar la zona, próxima a la calle del Butrón. Y, presuntamente, en un descuido, El Nani empuja a uno de ellos y sale corriendo “por un terreno muy escabroso, sumamente abrupto y sin urbanización alguna”. A pesar de haber sido baldado a golpes en comisaría y presentar síntomas evidentes de debilidad, El Nani logra zafarse de sus perseguidores, según los policías. Los nueve grados de temperatura que hacía esa noche tampoco paralizan al detenido.
Los policías no hacen uso de su arma y tampoco salen tras el detenido. Además, extrañamente transmiten por radio su huida tres horas después. La zona se llena de policías de paisano y uniformados, que no logran atrapar al desaparecido. Su fuga fue transmitida por télex a todas las comisarías de España 11 horas más tarde y comunicada a Interpol el 14 de mayo de 1984. ¡Todo un récord en rapidez…!
Hasta aquí, la versión policial, que fue desmontada por la magistral instrucción que hizo el entonces titular del Juzgado número 4 de Madrid, Andrés Martínez Arrieta. Éste recibió la denuncia presentada por la esposa de El Nani, tras salir de la prisión de mujeres de Yeserías, donde estuvo internada dos meses. El tiempo en que tardaron en aparecer los verdaderos autores del atraco y del homicidio de la joyería de la calle de Tribulete.
El magistrado Martínez Arrieta tuvo que luchar contra lo que se denominó mafia policial, que trató de ocultar y poner trabas a una de las investigaciones más difíciles de la transición. Poco a poco fue atando cabos hasta que concluyó el sumario a principios de 1985. La parte más relevante se encuentra a partir del folio 1.358 en un informe del magistrado redactado en 12 folios, cuya principal conclusión rezaba: “El detenido murió en comisaría”. “Resulta extraño que un detenido, débil por las lesiones que padecía y adicto a sustancias estupefacientes, se escape de tres funcionarios de policía en un terreno completamente llano”, concluía el magistrado.
El calvario judicial comenzó con un auto de la Sala Cuarta de la Audiencia Provincial, de fecha de 16 de abril de 1985, que archivaba el caso. Los magistrados se ratificaron en su decisión tres meses después, lo que suponía el cierre del caso. El giro, sin embargo, lo dio en diciembre de ese mismo año, cuando el joyero santanderino y confidente de la policía Federico Venero tiró de la manta y desenmascaró a la mafia policial del grupo antiatracos a joyerías. Éste declaró que los agentes estaban implicados en la mayoría de los robos que se producían en la época a las joyerías y que se quedaban con gran parte de los botines que recuperaban. Según la versión de Venero, El Nani murió de un infarto en comisaría y fue enterrado en cal viva en un descampado de Vicálvaro.
El juicio contra siete policías (el comisario, los dos inspectores y otros cuatro compañeros de éstos) comenzó en abril de 1988. En él participaron más de 125 testigos, en su mayoría policías. La Guardia Civil buscó el cadáver de Corella en tres pantanos distintos mientras se celebraba el juicio. Primero, en el de Guadalén (Jaén), y después, en Puente Nuevo y en Guadanuño (Córdoba). Estos dos últimos se encuentran cerca de la finca de Campo Alto, en Obejo (Córdoba), perteneciente al aristócrata Jaime Messía Figueroa, biznieto del conde de Romanones.
Messía aseguró a su compinche Luis Miguel Rodríguez Pueyo que recibió la llamada de sus amigos de antiatracos tras la muerte de un infarto de El Nani y que le pidieron ayuda para deshacerse del cadáver. Aquí surge la controversia. El supuesto aristócrata mantuvo que lo tiraron al embalse de Guadalén, pero todo apunta a que fue enterrado en la finca del aristócrata. De hecho, Rodríguez Pueyo mantuvo en su declaración en el juicio que el cadáver lo trasladaron el inspector Victoriano Gutiérrez, El Guti, y otro policía desde la sede policial de la Puerta del Sol al Land Rover de Messía Figueroa.
Tras ser extraditado desde Miami (Estados Unidos), donde estaba huido de la justicia, éste quedó en libertad en 1996 sin cargos. La juez María Tardón -que años después sería concejal de Policía Municipal del Ayuntamiento de Madrid- archivó la acusación contra él por falta de pruebas, pese a existir sospechas de que participó en la desaparición de El Nani.
Terrorismo de estado. Policía asesina. Luego se preguntan porque la gente se alegra cuando matan policías asesinos como venganza.
los unicos que se alegran son los familiares de asesinos etarras como tu.
creeme,si alguien te asesinara a ti,no creo que muchos lloraran tu perdida.rata.
PD: no era terorismo de estado,era itrabajo de higiene publica.limpiando basura de las calles,la pena es que todavia hay mucha suelta,tu eres el mejor ejemplo.
PD: no era terrorismo de estado,era trabajo de higiene publica.limpiando basura de las calles,la pena es que todavia hay mucha suelta,tu eres el mejor ejemplo.
yo si que me alegraria de ver como te quemaban vivo en cualquier horno,asquerosa basura.
muerete magister.Tu si que eres delincuente
españa…saturada de tanta kk
Quizás le gusta más , que un tal RAFITA , asesino y violador de una adolescente , esté en la calle DISFRUTANDO DE SU LIBERTAD…….
Hablando de Cordoba y de este abogado llamado Emilio Rodriguez Menendez: en Cordoba hubo un caso hace algun tiempo que tuvo cierto impacto mediatico, acusaron sin pruebas a un hombre divorciado de haber asesinado a sus dos hijos menores de edad y de haber hecho desaparecer sus cadaveres incinerandolos. Ese hombre es un ex-militar condecorado que estuvo en Bosnia, pero es que ademas estuvo de conductor de ambulancias, era un sanitario que se jugaba la vida para salvar la de los soldados normales, a veces incluso la de soldados enemigos, pues el ejercito español respeta las leyes de la guerra,… Leer más »
A parte de a su familia, no sé a quién más puede interesar lo que le pasó a un quinqui heroinómano condenado por varios atracos…mi propia madre o yo mismo cuando tenía 13 años fuimos atracados a punta de navaja por esta escoria social que luego se lo gastaba en heroína-caballo.
El fenómeno quinqui y merchero fue nefasto en los ochenta y noventa junto con el fenómeno punky que después evolucionó a finales de los 90 y en este siglo al perroflautismo y el fenómeno cani.
el futuro existe, es siempre un presente, asi que olvidemos el pasado, aunque tomenos la experiencia para no caer en vicios tentadores.
agua pasá, no mueve molino…………..
Marine Le Pen: “Hay que salir de la OTAN por la indignación que causan las torturas de EE.UU.”
Marine Le Pen: “Hay que salir de la OTAN por la … – Rt
menendez : escapaste por los pelos de la jugada de tu mujer,ten cuidado..no vayas a caer a la segunda.quedate en argentina o donde sea.COMO DECIA MI ABUELITA: CALLADITO ESTAS MAS BONITO
https://www.youtube.com/watch?v=ET7w4gbUzxo
Lo ideal sería desenterrar al “Nani” entregárselo a su familia,y en su lugar enterrar a Felipe González,Arfonso Guerra,Zapatero,Rajoy y a los putos LACAYOS ASESINOS Y CRIMINALES DE UNIFORME QUE LO ASESINARON.
Un país que entrega armas,uniformes y poder a los Psicópatas,es un país muerto o a punto de morir.
No recuerdo bien , pero me parece que el tal NANI , esra un DELINCUENTE HABITUAL .
Así que si está muerto , MEJOR , MUCHO MEJOR .
Tu lo has dicho,lastima que delincuentes de mayor calado esten libres y robandonos.
La policía tendría que trabajar más.