Las rebeliones de los catalanes
“Que se ha de mirar si la constitución dijo esto, o aquello, y el usaje, cuando se trata de la suprema ley, que es la propia conservación de la provincia… Los catalanes han menester ver más mundo que Cataluña”. Si no fuera por el lenguaje, propio del siglo XVII, podrían atribuirse estas palabras a Mariano Rajoy. Ley, Constitución y Cataluña han ido de la mano en los discursos de la clase política desde que Artur Mas decidiera lanzar el órdago del 9-N. Pero no, corresponden al conde-duque de Olivares, el hombre fuerte del reinado de Felipe IV. Él fue quien hizo frente en 1640 a una de las rebeliones más graves desde que Cataluña y Castilla se unieran en el siglo XV. Antes y después de aquella revuelta se han sucedido levantamientos armados, proclamaciones nacionales e incluso intentos de regicidio.
1. El Compromiso de Caspe y la revuelta de Jaime de Urgell
El matrimonio entre Cataluña y la Corona de Castilla y después España ha sufrido tensiones desde sus inicios. Las primeras tiranteces pueden situarse en 1412. Por entonces, el Principado de Cataluña formaba parte de la Corona de Aragón, que a su vez incluía los reinos de Aragón, Valencia y Mallorca más una serie de territorios en el Mediterráneo. Más que de una unidad, se trataba de una confederación cuyos miembros básicamente tenían sólo en común un mismo monarca. Sin ir más lejos, los nobles catalanes podían rechazar combatir fuera de su territorio aunque se lo pidiera su rey, privilegio con el que el citado Olivares tendría que lidiar en su momento.
El caso es que en 1409 falleció el por entonces monarca aragonés sin descendencia legítima. Como solía suceder en la Edad Media en estas situaciones, el lío estaba asegurado. Se barajó la opción de que su padre, viudo, se casara de nuevo y tuviera descendencia. También que eligiera a dedo a su sucesor. Pese a que lo intentó, fracasó en ambas. Se decidió entonces que el nuevo monarca saldría de un acuerdo entra las Cortes de Cataluña, Aragón y Valencia. Tardaron nada más y nada menos que dos años en decidirse y llegar al conocido como Compromiso de Caspe. El elegido fue Fernando de Antequera, de los Trastámara. Esto supuso la entrada de la dinastía castellana en la corona de Aragón y, por tanto, en Cataluña. Y aquí está precisamente el origen de esta primera rebelión contra Castilla. Jaime de Urgell, candidato de los catalanes -al menos, de algunos de ellos-, no se resignó a la derrota y se sublevó. Su falta de apoyos en la propia Cataluña lo condenó al fracaso y a la prisión, donde terminó sus días.
2. La guerra civil del siglo XV. El intento de asesinato de Fernando el Católico
No mucho después se produciría la segunda. Desde 1430 estalló una guerra civil en Cataluña. Una lucha por el control del gobierno municipal en Barcelona que se vería entremezclada con una rebelión campesina. El bando de los que reclamaban una mayor participación buscó el apoyo del rey, enfrentado a la oligarquía dominante, que defendía con uñas y dientes su posición y se erigió en representante y defensora de los derechos tradicionales de Cataluña. Esto dio pie a algunos historiadores a interpretar este conflicto como una guerra de los catalanes contra un rey castellano. Otros estudiosos, sin embargo, afirman que el monarca también contaba con catalanes en su bando y que en el fondo de este supuesto conflicto ideológico estarían los intereses económicos de los hasta entonces gobernantes del Principado. Dinero e ideología en una maraña difícil de desentrañar. Hubo que esperar a que Fernando el Católico pusiera cierto orden en ambos conflictos a finales de siglo. Pero ni siquiera él pudo escapar a las tensiones: un campesino catalán le apuñaló en una visita real a Barcelona en 1492.
3. La rebelión de 1640
Uno de los momentos más tensos en la relación de Cataluña con la Corona de Castilla tuvo lugar en 1640. Los muchos, demasiados, frentes del imperio español hacían que las necesidades de dinero fueran cada vez más acuciantes. Tradicionalmente habían sido Castilla y América las que proporcionaban los recursos, pero ya no eran suficientes. Olivares, sin saber ya a dónde mirar, trató de implicar a Cataluña en los esfuerzos imperiales: “Viéndose interesada, que hasta ahora ha parecido que no lo está en lo universal de la monarquía y ni de estos reinos”, afirmó. El más acuciante, la terrible Guerra de los Treinta Años (1618-1648), con la Francia de su archirrival Richelieu como principal enemigo. Los privilegios heredados de la Edad Media permitían a los catalanes, como queda dicho, negarse a combatir fuera de sus fronteras. Y tampoco era nada fácil conseguir que contribuyeran económicamente a los proyectos de la monarquía. En ello había también un punto de resentimiento. La aventura americana estuvo monopolizada desde el comienzo por Castilla. En teoría, solo los castellanos podían participar de ella. Ese sentimiento de quedar aislado pudo influir en su oposición a una monarquía que les había negado su parte en el gran negocio americano y que entonces les pedía un esfuerzo para objetivos que no compartían. A todo esto, Portugal, parte del imperio desde 1580, se había sublevado para complicar todavía más la situación.
¿Solución? Llevar la guerra con Francia a la propia Cataluña. “Que se ha de mirar si la constitución dijo esto, o aquello, y el usaje, cuando se trata de la suprema ley, que es la propia conservación de la provincia… Los catalanes han menester ver más mundo que Cataluña”. Este es el contexto en el que Olivares afirmó estas palabras. Como era previsible, la rebelión no se hizo esperar y el primero en pagarlo fue el virrey, que fue asesinado.
El siguiente paso fue entregarse a las manos de Francia. La actitud de estos hizo que algunos nos tardaran en echar de menos el pasado. Un yugo es un yugo, no importa si es castellano o francés. Los catalanes volvieron a dividirse entre los partidarios de Francia y España. La solución vino por la vía de la fuerza, que es lo que se intuía en las palabras de Olivares. Don Juan de Austria, hijo bastardo de Felipe IV, tomó Barcelona. Cataluña volvía a acatar la soberanía española a cambio de una amnistía general y de la promesa del rey de conservar las constituciones catalanas.
4. La derrota de 1714: el origen de la Diada
Enemigos hoy, amigos mañana. No mucho tiempo después, los en su momento odiados Austrias se convirtieron en los defensores de los derechos de los catalanes en la Guerra de Sucesión. La muerte sin descendencia de Carlos II, el Hechizado, la consecuencia extrema de la endogamia de la familia real, abrió una disputa en la que entró con estruendo Luis XIV de Francia.
Lo que traerían los Borbones franceses era el despotismo ilustrado, que se tradujo en un centralismo puro y duro. Las constituciones forales como las de los catalanes -las vascas se salvaron- tendrían los días contados de imponerse el Rey Sol. Así fue. Su nieto, Felipe V, promulgó los decretos de Nueva Planta (1716) que acababan con la Corona de Aragón y con todos sus privilegios.
5. La proclamación federalista de 1873
Los años finales del reinado de Isabel II fueron muy turbulentos. Una revolución expulsó a la reina en 1868, dando paso en el trono a un italiano, Amadeo de Saboya, que terminaría renunciando harto de las disputas internas que hacían ingobernable al país. A su marcha le siguió la proclamación de la I República. Sin embargo, entre los propios republicanos existían diferencias irreconciliables que llevaron a diversas rebeliones, incluidas Madrid y Barcelona. El 8 de marzo de 1873 se proclamó el Estado Catalán, una de cuyas primeras medidas fue abolir el ejército.
Aquella apuesta solo duró dos días y tuvo más de federalismo que de nacionalismo. Este todavía no había nacido como tal. Por aquellos años se fue desarrollando un movimiento regionalista que reivindicaba la identidad, la lengua y cultura propias. Era una reacción a la uniformidad que imponía el liberalismo que lo dominaba todo o casi todo. Con el tiempo, especialmente desde el desastre de 1898, cuando España perdió Cuba y Filipinas, acabaría transformándose ya sí en una ideología política encarnada, por ejemplo, en partidos como Esquerra Republicana de Catalunya.
6. Maciá y Companys en la II República
Fue precisamente el líder de esta formación, Francesc Maciá, quien proclamaría la República Catalana el mismo 14 de abril de 1931 en que se instaurara la II República en España. Tres ministros del todavía Gobierno provisional acudieron de inmediato a negociar. Y lograron reconducir la situación. En este momento nació la Generalitat y ya en 1932 las Cortes españolas aprobarían la entrada en vigor del primer estatuto de autonomía catalán, con unas atribuciones bastante más reducidas de las propuestas inicialmente.
Más tensa fue la situación que se produjo en 1934. En el contexto de la huelga de 1934, un conflicto de competencias sobre contratos agrarios tensó al máximo las relaciones entre el Gobierno central y la Generalitat. Lluis Companys, el sucesor de Maciá, proclamó el Estado catalán dentro de la república federal española. “Ya no diréis que no soy catalanista”, lanzó a los que le habían criticado por su tibieza. La falta de apoyos hizo que aquella tentativa no fructificase. Companys fue juzgado y condenado por rebelión. Una amnistía le liberó y terminó siendo el presidente de la Generalitat hasta el triunfo de Franco. El 9-N es un nuevo capítulo de una historia que se repite una y otra vez.
Por lo que respecta a Cataluña huelgan ya palabras y faltan hechos contundentes, como atajar al principio el mal procura que si llega a echar raíces tarde se cura.- Y por dejadez de los Gobiernos españoles, las ha echado bien echadas.- Ahora vamos a ver quién pone el cascabel al gato.— El desacato a España y a los jueces y sus sentencias, en los últimos años ha sido el pan cotidiano y nuestros políticos no han movido un dedo, mientras los catalanes y sus infames gobernantes iban tanteando el pulso al Estado Español, y a la par desfalcando Cataluña, qque… Leer más »
Totalmente de acuerdo. Las traiciones a España, la incapacidad de la Justicia para obrar de acuerdo a la Ley, hecha por los políticos, la corrupción (no me refiero a los que roban. Esos son ladrones. Los corruptos son los que impiden que las instituciones funcionen), hacen de España una mierda tan grande que es imposible limpiarla de forma legal.
Los separatistas gallegos, ya se frotan las manos por que serán los siguientes en pedir la independencia. Seguido de los vascos etc. Todo esto por un inútil cobarde rastrero ladrón traidor, gobierno y una monarquía que solo esta para robar al pueblo español. El ejército tan solo sirve para provocar gastos, y hacer de niñera en países donde nadie les llama. Todos aquellos patriotas, que dieron su vida en el campo de batalla por la unidad de nuestra patria deben revolverse en sus tumbas. Al ver como se desintegra nuestra nación. Fuera Borbones traidores y ladrones. Un golpe de estado… Leer más »
in-dependen-cia. “In” prefijo que implica “interior” i la palabra cuyo verbo es “depender” con el sufijo “cia” que la convierte en nombre. Con lo que el significado es el que tiene: depender de lo propio.
LO HE DICHO Y LO HE DEMOSTRADO….¡¡LA MARICONA EMBUSTERA PATOÑÇOGICA ESTÁ EN LA POMADA,Y NO HARÍA NADA POR EVITAR UNA ILEGALIDAD EN CATALUÑA!!
ESPAÑA DEFINITIVAMENTE ESTA ROTA,SOLO QUEDA SACARLES LA NACIONALIDAD ESPAÑOLA A TODOS LOS QUE VIVEN EN CATALUÑA Y LEVANTAR FRONTERAS CON MUROS DE 5 METROS DE ALTO.
Pero LA MARICONA ya ha dicho que no se levantarán fronteras en España,porque lo que quiere es que los JUDEO-FENICIOS nos sigan colonizando y saqueando como hace siglos.
Guillem de Barçalona
Y dices en otros comentarios, que no odias a los españoles. Solo tenéis veneno en vez de sangre hacia todo lo español. Ya te llegara el momento de besar la bandera nacional y de rodillas. No desesperes pronto llegara el momento.
Templario:
¡Yo no soy el “Guillat Da Farsalona”….!
Templario como se te ocurre decirle eso a “El Mamón”,JAJAJAJA…la ira justa si,la ciega no.
a mi la idea de conquistar el peñón de Gibraltar y luego cederlo a los ingleses es lo más grande que ha pasado en mucho tiempo… vaya estocada que le dimos a España
quien quien…. els catalans!!!!
Guillermo, lo “MAS” grande que te ha pasado, al igual que el resto de las ratas traidoras catalibane, es el poder seguir ejerciendo el oficio de vuestras madres en la rambla
P.D. No te olvide de la medicación, cada día estas peor
¿ Gibraltar?, pequeño pero prospero territorio bajo la soberanía de Gran Bretaña, donde van a trabajar camareros y sirvientas de los próximos pueblos españoles , que viven hundidos en la miseria..
Las judíadas hacen daño a España pero no la pueden destruir maldito hijo de puta “agustino”.
BORBÓN DIMISIÓN. por no hacer otro pareadón
conclusion, a Catalunya, España no la ha tratado nunca bien, los intereses de ambos pueblos son muy diferentes y la idiosincrasia de sus gentes todavia mas. Y manterner unida a dos masas poblacionales tan diferentes trae problemas, ciclicos y recurrentes. Ya no se puede aplicar la antigua solucion Castellana al problema Catalan, esto es, bombardear Barcelona periodicamente, y desde luego las relaciones entre ambos pueblos van a ir a peor, Ni España entiende a los Catalanes, ni los Catalanes jamas se sentiran Españoles.
Los catalanes somos españoles….lo que está claro que la basura separatista no sois españoles..lo mejor sería que os hecharemos a patadas de España y os mandáramos lo más lejos posible..
Menos mal que Cataluña,a sido ,es y será ESPAÑA siempre..
Brut en castellano SUCIO ¿?, normal que te ponga ese nick
Científicamente, si dos especies no pueden convivir, lo mas lógico es eliminar a la especie inferior y en este caso, no hay duda, es la catalibana , ya que sois una mezcla de ratas de cloaca y sanguijuelas, que solo sabéis chupar la sangre al noble pueblo español
amen
En todas las regiones de España a lo largo de la historia siempre se sucedieron los problemas y no por ello había que poner a la unidad de España en entredicho,algo así solo se puede calificar de un modo y de uno solo ¡ALTA TRAICIÓN!. Una cosa es la disputa y la discusión como toda familia tiene,aun la mejor avenida y otra muy distinta es la sedición de una parte de la familia que busque la destrucción de la unidad familiar con mentiras,por motivos traicioneros,egoístas. España no se ha roto y no se va a romper ¿por que? si la… Leer más »