Nueve pantanos (y un oasis) en los que ha naufragado la alcaldesa de Madrid
Carlos Mer/IS.- La gregaria Ana Botella se ha apartado del pelotón. En la tarde de este martes, sin previo aviso de pájara, convocaba una (otra) comparecencia de prensa sin preguntas para anunciar que se abre a un lado para que la carrera siga, como esos ciclistas exhaustos que se han vaciado al frente de la escapada para mejor resultado de su jefe de filas. Sin embargo, nadie, ni siquiera sus compañeros de partido, parecen interpretar el adiós de la alcaldesa como un signo de continuidad por el bien del PP. Más bien se encaja como todo lo contrario: una purga necesaria. En los últimos meses, en las declaraciones de los diferentes dirigentes populares, las palabras de apoyo se arrastraban en la boca como por inercia.
percibiéndose fácilmente esa sensación generalizada de que la esposa del expresidente Aznar no podía tener otra consideración que la de lastre. Tres años de gestión discutible. Con el imborrable recuerdo de las peras y las manzanas y más allá del memorable ‘relaxing cup’, Botella dejará tras de sí un mandato que se ha convertido en una especie de campo de minas. La primera dama del aznarismo, la alcaldesa no elegida, la que nunca plebiscitarán los madrileños, se ha empeñado en pisarlas todas. O casi.
Tragedia en el Madrid Arena
Si hubiera que elegir un suceso que ha marcado la trayectoria política de Ana Botella, casi todos los dedos se meterían en la llaga del Madrid Arena. El 1 de noviembre de 2012 marcó un antes y un después. Cinco jóvenes morían en una fiesta de Halloween en un recinto deportivo de titularidad municipal y, en medio de la crisis, la alcaldesa decidió seguir adelante con sus vacaciones en un balneario de Lisboa. La noticia de los días de asueto trascendió. Hizo dimitir a su vicealcalde, Miguel Ángel Villanueva, y al delegado de Medio Ambiente, Antonio de Guindos. Pero ella no se movió del sillón. Más de año y medio después, tras la reciente conclusión de la instrucción del caso sin responsabilidades políticas, también tuvo que dimitir el jefe de la policía municipal al ser imputado.
Marea Blanca por fuera, Marea Negra por dentro
Pocos días después de la tragedia del Madrid Arena, Ana Botella se ponía de parte de los médicos díscolos con la gestión del PP y firmaba un documento contra “el desmantelamiento” del Hospital de la Princesa. Al presidente de la comunidad, Ignacio González, esto no le sentó muy bien y justificó a Botella quizás de la peor manera que se le ocurrió: diciendo que “la alcaldesa no se ha enterado muy bien de lo que pasa”. Que había firmado sin saber lo que firmaba, vamos.
Castañazo Olímpico
Es la pesadilla repetitiva de Madrid. Una de esas que te hacen que te levantes sobresaltado en mitad de la noche empapado en sudor. Septiembre de 2013. Quizás Ana Botella no fuera la Freddy Krueger del asunto pero, sin embargo, la tercera negativa del COI a que la capital española celebrara unos Juegos Olímpicos, quizás la más dolorosa, pilló a la alcaldesa al mando de las operaciones. Para los anales quedará el ‘relaxing cup of café con leche’ en aquel legendario y anglosajón discurso.
Madrid, capital de la basura
Constantes son las críticas acerca de la suciedad de la capital española tras las privatizaciones de los servicios de limpieza. Pero el medio mes de huelga de basuras de noviembre de 2013 fue el cénit del mal olor imperante. No se había recuperado aún la alcaldesa del bofetón de Madrid 2016 cuando los basureros desenterraron el hacha de guerra. Trece días de piquetes, servicios mínimos, negativas de alertas sanitarias y, sobre todo, inacción del Ayuntamiento, empeñado en aducir que el hecho de que casi no se pudiera caminar por algunos barrios de Madrid por la acumulación de residuos era “un problema entre empresas concesionarias y trabajadores”. Sobre todo teniendo en cuenta la modificación de la normativa y unas ofertas de licitación temerariamente bajas que no dejaban más salida que los despidos. Madrid y su alcaldesa volvían a ser blanco de mofas de la prensa internacional.
Las bicicletas no son para el verano
Después de anunciar a bombo y platillo la puesta en marcha del primer servicio de bicicleta pública en Madrid, el invento, mucho más caro que en otras ciudades españolas, estuvo sin funcionar dos largas semanas. Los enanos crecen hasta en los proyectos más blancos.
Pisos ‘buitre’ a 51.000 euros
El pasado 25 de agosto, el Juzgado de Instrucción número 38 de Madrid ordenaba la apertura de diligencias previas ante la posibilidad de que la venta de 1860 viviendas de la Empresa Municipal de Vivienda y Suelo (EMVS) pudiera suponer un delito de malversación de caudales públicos o de sustracción de bienes públicos de su utilidad social. El fondo Blackstone se llevó una suculenta promoción pública, con inquilinos y todo, por 128,5 millones de euros, o lo que es lo mismo, un valor medio de 69.000 euros por piso. Toda una ganga a la que no tuvieron acceso los residentes en los inmuebles, en los que ahora se pagarán alquileres protegidos hasta que Blackstone quiera.
La planta fantasma
Así se conocen las oficinas municipales en las que trabajan los 216 asesores de Ana Botella. Cuenta la leyenda que hay veces que aparecen por allí. La alcaldesa siempre se ha negado a reducir un número de contratos (completamente opacos) que suponen 10,3 millones de euros al año. Entre ellos, una hermana de Aguirre, hijos de diputados o miembros de Nuevas Generaciones del PP.
Apretarse el cinturón
El pasado mes de marzo, Ana Botella decidía dar un paso adelante ante la crisis y la situación de muchos españoles. Anunciaba que se bajaba el sueldo: pasaría de ganar 101.987 euros anuales… a 100.000.
Y la alcaldesa se cayó del árbol
El pasado 21 de junio de 2014, un hombre que jugaba con sus hijos en el parque del Retiro murió aplastado por la rama de un árbol. Días después, Botella anunció que un comité de expertos analizaría las causas de la caída de ramas en el parque. Este lunes, 8 de septiembre, un día antes de que la alcaldesa anunciara que no concurriría a las elecciones, murió un hombre en Vallecas por la misma causa.
Oasis de superávit
Esta sería una aproximación temporal al paso de Ana Botella por el sillón de mando madrileño. Sin embargo, no sería justo acabar sin reconocer que la gestión económica de la alcaldesa, a falta de unos meses de mandato, ha dado frutos, al menos en los números fríos. Siguiendo una agresiva política de recortes y la hoja de ruta marcada por el ministro Montoro, Madrid, ahogada en una deuda astrónomica de los años de Gallardón, ha conseguido acabar los ejercicios con superávit.
El Ayuntamiento cerró 2013 con una diferencia positiva entre ingreso y gasto cercano a los mil millones de euros (962,8) y un remanente de tesorería de 410 millones. Todo destinado a paliar la deuda. En ese ejercicio se amortizaron 1.211 millones de euros, con lo que la deuda viva a 31 de diciembre se elevaba a 7.048 millones de euros.
Este será el problema fundamental contra el que tendrá que luchar el sucesor de Ana Botella, sea del partido que sea. Lo que es seguro es que la primera alcaldesa de la historia de Madrid ya prepara su retiro y subirá el puerto a ritmo. Tal vez la meta sea algún nuevo parlamento, tal vez al agradable mundo empresarial. Quién sabe.
Nos ha esquimado. Aumentó el horario del aparcamiento de pago hasta las 9 de la noche, no conozco ninguna ciudad en que eso ocurra, solo para exprimirnos más, subió el IBI a niveles exorbitantes, quitó deduciones a la plusvalía municipal y ahora se paga bastante más por ese impuesto que por transmisiones o sucesiones, etc, etc…El problema es que Gallardón fue igual o peor y todos con una chulería y una soberbia inauditas. Espero que en las próximas elecciones cambie todo, como Churchill decía para derrotar a éstos hay que aliarse hasta con el diablo ( más o menos )
Que podria esperarse de ella teniendo al mariro que tiene. Me da pena solo de pensar cada mañana tener de levantarse con una momia al lado. aggggggggg.
Ok, el problema es que no sé quien se asusta más del otro.
esta mujer ha sido una lacra para todos los madrileños.no dejar que entre nadie que no sea votado en las urnas