Si hay algo de lo que no se puede acusar a Francisco Javier León de la Riva (Valladolid, 1945), alcalde de Valladolid con mayoría absoluta desde 1995, es de ser sectario en sus declaraciones. En la extensa trayectoria de este ginecólogo de carrera y profesor de la Universidad de Valladolid, las ha dirigido a izquierda y derecha, a mujeres y a hombres, a jóvenes y ancianos, a todos. En las distancias cortas, reconoce que la incorrección política le puede.

Casado y con tres hijos, pasa por ser amigo íntimo de Aznar y ginecólogo de Ana Botella, a la que asistió en Valladolid durante el parto de Alonso, su último hijo. Su pasado revela que no se le pone nada ni nadie por delante, ni el partido, ni la Junta de Castilla y León, ni alcaldes ni ministros. Sonados y numerosos han sido los enfrentamientos con la dirección provincial del PP en Valladolid y con el Ejecutivo autonómico, al que siempre ha echado en cara favorecer más los intereses de otras provincias de la comunidad que a Valladolid, la capital institucional. Su futuro está marcado por el juicio el próximo año en el Tribunal Superior de Castilla y León por un delito de desobediencia en un caso urbanístico. Y en el presente, sus declaraciones contra algunos de los dogmas del sistema, siendo el del feminismo uno de los más destacados, sino el que más. Su “reparo” a entrar en un ascensor y arriesgarse a que haya “una chica con ganas de buscarle las vueltas” le ha vuelto a llevar esta semana a la primera página de la actualidad y le han convertido en una bestia negra de las redes sociales.

Leire Pajín y “sus morritos”

León de la Riva se hizo tfamoso en octubre de 2010, cuando pocas horas antes de la toma de posesión de Leire Pajín como ministra de Sanidad, se refirió a ella en términos soeces: “Es una chica preparadísima, hábil y discreta. Va a repartir condones a diestro y siniestro por donde quiera que vaya y va a ser la alegría de la huerta. Cada vez que veo esa cara y esos morritos pienso lo mismo, pero no lo voy a decir”. El revuelo formado por sus declaraciones obligó al regidor a pedir disculpas. Pero, aunque calificó de “exceso verbal” sus propias palabras, añadió que había pensado “en voz alta” lo que alguna vez le había suscitado el “aspecto físico” de la ministra, que le recordaba “a un personaje de dibujos animados”. Después mostró su convencimiento de que tales declaraciones, lejos de perjudicarle, podrían darle un mayor número de votos en las próximas elecciones municipales.

El atractivo de Soraya

En la campaña electoral de 2007, manifestó que le habían acusado de todo menos de “violar a la candidata” a la Alcaldía del PSOE, Soraya Rodríguez, y añadió lacerante y con lenguaje barriobajero: “Aunque la verdad es que hay que…”. Tampoco se han librado de sus despiadadas descalificaciones Carme Chacón, a la que describió en una ocasión como “señorita Pepis vestida de soldado”, y el ministro de Fomento, José Blanco, al que ha llamado más de una vez “impresentable”. Ni siquiera están a salvo los políticos de su propio partido. De hecho, una de sus mayores perlas tiene que ver con unos comentarios de Fraga mostrando dudas sobre Francisco Camps. “A determinada edad, es mejor no hacer declaraciones”, espetó sobre el veterano político gallego.

Ni por los militantes se calla

Ni siquiera por sus votantes hace el esfuerzo de ser políticamente correcto. “Aunque dé votos, me cuesta ir dando besos a los niños con mocos”, reconoció en una ocasión. A un joven que le increpó en un mitin le contestó yéndose hacia él y gritándole “valiente” y “machote”. Cuando el muchacho optó por retirarse, en voz baja -aunque no tanto- le llamó “hijo de puta”. Hasta de su propia ciudad ha dicho que ya va siendo hora de que desaparezcan de sus calles “los piojos, las pulgas y las putas”.

El juez Garzón y las bombas de ETA

El juez Garzón ha sido uno de sus blancos favoritos. Llegó a comparar sus sumarios con las bombas de ETA, por su frecuencia y los daños causados. “Desgraciadamente, igual que la bomba de ETA es algo habitual, las actuaciones del juez Garzón también”, soltó aludiendo a las primeras imputaciones y detenciones ordenadas por el magistrado en el caso Gürtel. El juez “siempre destapa algo antes de las elecciones que, al final, se queda en agua de borrajas, pero ya el daño está hecho”, prosiguió.

Bodas de homosexuales

Cuando se aprobaron los matrimonios homosexuales en 2005, volvió a levantar otra encendida polémica. Dijo que se negaría a casarles, y que si la norma era de obligado cumplimiento, alegaría “objeción de conciencia”. El PP frenó su rebelión y rectificó en parte asegurando que estaría dispuesto a delegar en sus concejales esa competencia. A las personas transexuales les dijo que “el que quiera cambios de sexo o trasplantes de cerebro, que se los pague”.

La “parida” de la paridad

La paridad, la igualdad de sexos, siempre fue para León de la Riva una “parida” y del aborto ha dicho que “un feto no es un tumor del que pueda disponer la madre”. Y de la educación sin discriminación sexista deduce conclusiones como ésta. “Decir que un niño al que se le regala una pistola de agua se va a hacer belicista es como decir que una niña a la que se le regala una muñeca se va a hacer pederasta o lesbiana.”

Las chicas no juegan al rugby

Una de sus últimas declaraciones con polémica tuvo lugar el pasado 29 de mayo, cuando opinó que “el rugby no es apropiado para las chicas”. “Me cuesta ver a las chicas jugar al rugby, como boxeando. Que nadie me tilde de machista. Simplemente estéticamente me cuesta entenderlo, pero lo respeto”, expuso León de la Riva.

La ley antitabaco y el nazismo

En 2011 afirmó que la ley antitabaco “invitaba a los ciudadanos a denunciarse los unos a los otros”. “Así empezaron muchas cosas muy terribles en la historia de la Humanidad, con denuncias de unos a otros”, manifestó el dirigente popular, que aprovechó para recordar una frase del pastor protestante alemán Martin Niemoeller: “Primero vinieron a buscar a los comunistas, y yo no hablé porque no era comunista; después vinieron por los judíos, y yo no hablé porque no era judío; después vinieron por mí, y para ese momento ya no quedaba nadie que pudiera hablar por mí”. “Aquí empezamos por denunciar a los fumadores”, sentenció el alcalde vallisoletano.

Ataque a Javier Bardem y Maribel Verdú

Después de la gala de los Goya del pasado año, soltó unas cuantas andanadas a a los actores más críticos con los recortes del gobierno. A Javier Bardem le criticó que fuese “muy solidario con los saharauis y muy propalestino”, pero que eligiera una elitista clínica judía de Los Angeles para que naciera su primer niño. “Es uno de esos artistas que se muestran muy solidarios con los saharauis, cosa que no hicieron en ocho años de gobierno socialista, que es muy propalestino, pero que cuando tiene que parir la mujer alquila una planta entera de uno de los hospitales más caros y de mayor calidad de Estados Unidos, el Mount Sinaí, que además es judío”. A Maribel Verdú le criticó que “saliese con un traje de Armani y que estuviera años vendiendo hipotecas en las televisiones para después sumarse a los pobres desahuciados”.

La ‘cacicada’ de Logroño

En 2012 afirmó que el nombramiento de Logroño como ‘Capital española de la Gastronomía’ resultaba “harto sospechoso” y pidió conocer el expediente presentado al concurso por la capital riojana. León de la Riva subrayó que el planteamiento inicial de la Federación Española de Hostelería (Fehr) y de la Federación Española de Periodistas y Escritores de Turismo (FEPET) era crear este título para dárselo a Logroño, lo cual supuso, a juicio del primer edil, “una cacicada”.

Los tontos de Zaratán

Una multinacional del mueble firmó un acuerdo con Zaratán -un municipio próximo Valladolid-, en el que iba a instalarse, comprometiéndose a contratar prioritariamente a gente del lugar. León de la Riva no se calló. Dijo que no entendía cómo la firma “prefería al más tonto de Zaratán antes que al más listo de Valladolid”.