25 de mayo, el gran desquite
Hay muchas maneras de destruir a esta nación por la que muchos de vosotros combatísteis y muchos de los vuestros entregaron sus vidas. Una, cargada de odio, alimentada por los más bajos instintos, consiste en pisotearla, en depredarla, en dividirla, como se está haciendo desde partidos e instituciones del Estado, ante la estupefacción y el silencio cobarde de muchos.
Pero también hay otra manera de destruir a una nación, con más cautela, con más precaución, que consiste en anestesiarla, volcando sobre el país toda la propaganda y todos los medios posibles para evitar que se conmueva, para convencerle de que no ha pasado nada en un Sistema que nació en 1978 con la intrépida convocatoria de la unidad, de la grandeza y de la libertad de España, pero que destruye su propia unidad, se empequeñece al amputarse sus miembros y se esclaviza al obedecer con la máxima docilidad ante el látigo de las fuerzas hostiles que se esconden bajo la máscara del Parlamento Europeo o del Fondo Monetario Internacional. De este modo, una nación que puso en el frontispicio de su fachada política: “Por el imperio hacia Dios”, guardando así fidelidad al legado de los mejores hombres y mujeres de nuestra historia, desde los Reyes Católicos a los héroes del 2 de mayo, se entrega sin compensación a las organizaciones mundialistas y a los grupos de poder que las manejan, y se queda sin Dios, porque Dios desprecia a los tibios, a los pueblos sin coraje para defender sus derechos.
Son muchos los que transitan por este Sistema para conservar sus privilegios políticos y económicos. Y son muchos más los que no ganan nada por proteger su ilusionado camino a ninguna parte. Es propio de sistemas totalitarios apoderarse del Estado y afirmar que los que no siguen los dictámenes del poder establecido son adversarios que deben ser combatidos. La actual partitocracia española actúa de una forma parecida. Los partidos tradicionales con presencia en las instituciones creen que España les pertenece exclusivamente a ellos y ven como enemigos a los que tienen otras ideas. Todos tenemos el compromiso de preservar esas ideas hasta colocar los fundamentos de una nueva época en la vida e España y del resto de Europa. Nosotros seguiremos el rumbo que la exigencia del destino histórico de España nos manda recorrer. Si las estructuras políticas y económicas han sido abordadas y son manejadas por timoratos corruptos y acomodaticios y hombres de gobierno sin honor y sin ningún valor, nosotros no estamos dispuestos a seguir inactivos, a consentir que ante nuestros ojos se destruya esa España ganadora, fuerte, unida y segura de sí mismo, orgullosa de sus riquezas naturales y de su historia, de su cultura, de su identidad y, sobre todo, fortalecida con el carácter invencible de su gente.
Hay suertes adversas en la Historia en las que a un pueblo le toca el papel doloroso de la capitulación. Cuando ello sucede, la dignidad exige aceptar el lance con hombría y con enojo contenido. Lo que no cabe es lo que podríamos llamar “trunfalismo liquidador”, el júbilo alborozado de perder en la jugada, la frívola torpeza de considerar como una victoria lo que ha sido una batalla perdida.
Desde 1978 hemos permitido que aplicaran en nosotros los más siniestros experimentos de ingeniería social y tolerado que esquilmaran nuestros recursos económicos. Han desmantelado nuestra industria y vendido las pocas empresas públicas que podían competir en igualdad de condiciones con las mejores del mundo. Han enfrentado a regiones contra regiones, a padres contra hijos, a mujeres contra hombres. Han concedido a Estraburgo el derecho a decidir sobre las excarcelaciones de etarras. Han sometido nuestra economía a los dictados de Bruselas. Han permitido la entrada de decenas de miles de ilegales que hoy tienen que ser socorridos y mantenidos con el dinero de todos. Han recortado los servicios sociales y subido los impuestos. Han olvidado a nuestros ancianos. Han empobrecido a millones de familias. Han acabado con el poder arbitral de la Justicia. Han concedido a los nacionalistas el control de las escuelas y de los medios informativos. Han cometido todos los robos imaginables, reduciendo a España a la más espantosa desolación.
Así pues, la necesidad nos obliga a tomar la vindicta, a movilizarnos para que desaparezcan de nuestra patria todos los que la han reducido a escombros y que el precio que paguen sea proporcional a la enormidad de su perfidia. El 25 de mayo tenemos la oportunidad de ese gran desquite contra los que nos han saqueado, troceado y tiranizado en nombre del mismo pueblo que los desprecia y repudia.
Vivo en Panamá y mi voto y el de mi hija serán para SOLUCIONA, en las europeas, en las municipales, en las generales y en las que haga falta.
Viva ESPAÑA 1000 veces.
Tengo 54 años, y soy uno de los muchos desencantados con la situación política de nuestra Nación, que creo que SOLUCIONA puede ser la última oportunidad pacífica de recuperar España. Debemos y necesitamos recuperar nuestra Soberanía, debemos y necesitamos recuperar los valores de nuestros padres, para que inspiren nuestro día a día en todos los lugares, debemos y necesitamos recuperar la cultura del esfuerzo y la responsabilidad……. Por todo eso me he unido a SOLUCIONA, y llamo a las buenas personas de España a hacer lo mismo, por encima de personalismos y de intereses grupales. Si ustedes se encuentran en… Leer más »
Enorme. Todos los que queremos cambiar esta situación, debemos optar por una solución como la que nos ofrece SOLUCIONA. Los que ideologicamente, tenemos MISMOS PUNTOS DE ENCUENTRO, nuestra opción política debe ser UNA y en este momento ( es una opinión personal) por la situación del MOMENTO ACTUAL creo que la mejor opción es la arriba indicada. Desearía como PATRIOTA NACIONAL, que se llegase a un entendimiento entre los de LEM, MSR (no dejo de decirlo, son de lo mejorcito en lo social y como movimiento reivindicativo ecológico impecables, valientes en lo personal e indiscutiblemente buenos intelectual e ideologicamente. También… Leer más »
Don Armando nunca deja de sorprenderme con sus proclamas. Difícil decir más con menos palabras.
Por mi parte ahí estaré yo y los míos el día 25 apoyando en las urnas a SOLUCIONA.
¿Los tuyos? ha,ha,ha,ha… primero deberás contarles tu gran secreto.
Vamos! A por ellos!