GP de Italia.- Jorge Lorenzo arrasa en MotoGP
A falta de dos vueltas un nuevo triplete español en MotoGP era seguro. Estaba tan agarrado que nadie prestaba ya especial atención. Pero Marc Márquez cayó en la parte más fácil del circuito y facilitó que su compañero Dani Pedrosa lograra el segundo puesto a pesar de problemas con los neumáticos que tuvo en el tramo final. Jorge Lorenzo alcanzó con suma facilidad su segunda victoria en este Mundial que lo aúpa al subcampeonato, por el momento, en la clasificación general. “Me siento fuerte. Mucho. Preveo que las cosas van a ir bastante mejor ahora”, vaticinó el mallorquín. Crutchlow terminó tercero y llorando de felicidad tras tantas penurias.
Ya lo presintió Lorenzo al mirar hacia el cielo y ver salir el sol en Mugello. Las cosas empezaban a cambiar, se decía a sí mismo. Hablaba antes de empezar la carrera que la temperatura influiría, pero más le preocupaba los rivales que tenía por detrás. Se mostraba animado y sincero ante la perspectiva de una carrera difícil, donde las Yamaha fueron batidas únicamente por Pedrosa en la conquista de la ‘pole’. El otro protagonista del fin de semana había sido Márquez. Su caída a 280 Km/h todavía dejaba ver secuelas en la previa. Barbilla hinchada, magulladuras alrededor del ojo y su sonrisa de niño inocente marcada con la señal del que es valiente hasta el límite. Mientras daban la vuelta de reconocimiento un grupo de ‘tifossi’ pidió a Valentino Rossi que al menos tratara de dar una sorpresa en su tierra. Con el ‘46’ por bandera y tatuado sobre el pecho de algún que otro aficionado, desplegaron una gran pancarta donde llevaron el lenguaje de la antigua Roma a su máxima expresión. Poco duró ese intento de dar ánimos al amor platónico. Lo que tardaron los pilotos en dar una vuelta y encenderse el semáforo.
‘Il Dottore’, demasiado extramotivado quizá por esos vítores, envistió a Álvaro Bautista a los veinte segundos de empezar. La mitad del graderío lloró el fin de su ídolo. La otra parte se marchó. Para qué estar ahí, si ellos habían ido a hacer su parafernalia. ‘Vale’ puso pies en polvorosa a disfrutar del calor de la Toscana, que ya le tocaba. Su víctima no estaba para muchas fiestas y al terminar el gran premio todavía usaba su propio sistema no verbal para remarcar el enfado que tenía. En medio de tanto llanto los españoles decidieron hacer de la Toscana su patria por un día. El año pasado las posiciones de Pedrosa y Lorenzo eran las mismas que en esta ocasión. El catalán primero y el mallorquín segundo. En aquella ocasión tardó poco Jorge en adelantar a su rival. En 2013 no varió el esquema. Se demoró solo una curva de más en ponerse por delante del piloto de Honda. La novedad con respecto a batallas anteriores es que un nuevo invitado hacía su acto de presencia. Marc pasó en un viraje del sexto puesto al tercero. Colocó el ‘93’ detrás de su compañero y decidió esperar. Vigiló los movimientos de los dos campeones que tenía delante. Esperaba la oportunidad idónea, hasta ver dónde fallaba uno y en qué lugar era mejor para adelantar al otro.
Nueva caída y mala suerte
El resto de la parrilla observaba el triplete bajo bandera de la rojigualda que se estaba formando en cabeza. Crutchlow intentaba a golpe de riñón hacer algo más que el cuarto puesto de casi siempre, al mismo tiempo que por dentro refunfuñaba como cada dos fin de semana por la falta de mejoras en su moto, lo que le impedía estar luchando con los favoritos. Dovizioso miró que en boxes se encontraba su amigo Rossi y concluyó que era mejor terminar de minar la moral a los transalpinos que esperaban una victoria local y más si conducía una Ducati. Pero de nuevo las ‘balas rojas’ fueron de fogueo y el quinto puesto de Andrea era ya un buen premio.
La teoría decía que una temperatura alta del asfalto compensaba a favor de Honda las características de una pista perfecta como Mugello para Lorenzo. Error en los cálculos y las estrategias. A falta de nueve vueltas el balear se marchó al igual que si de un entrenamiento en solitario se tratara. Ante las perspectivas que se estaban produciendo en carrera, Márquez cogió aire y se olvidó de las pastillas para el dolor que tomaba cada dos horas. Acabó con la fraternidad de equipo, adelantó y volvió a equivocarse. Cayó cuando estaba solo, sin nadie que le molestara. Se levantó gritando al cielo, acordándose de Mario Boan, diseñador de un estadio gafe para él a partir de ahora.
No se coronó emperador logrando un nuevo podio y así continuar sumando récords de precocidad. Al de Cervera le quedará Cataluña para resarcirse. Allí, en tu tierra, con su gente, podrá demostrar que el trabajo supera cualquier mala suerte pasada. Pero no estará solo. Hay dos españoles que también querrán oír de nuevo la marcha real desde lo más alto como escucharon este domingo en la bella Florencia.
MOTO3: SEGUNDA VICTORIA DE LA TEMPORADA PARA LUIS SALOM
Son los tres mosqueteros en la versión española del motociclismo. Se disputarán el Mundial y seguramente también cada una de las carreras que les toque combatir siempre que lo extradeportivo lo permita. En esta ocasión se llevó el triunfo Luis Salom, pero pudo haber sido cualquiera de sus compatriotas. Rins, segundo, y Viñales, tercero, completaron un podio teñido con el color de la rojigualda sobre el Gran Premio de Italia para Moto3. El corredor de Red Bull logró la que es su segunda victoria de esta temporada. Desde el inicio del campeonato, en Catar, no saboreaba las mieles del triunfo. El mallorquín reconoció que necesitaba esa victoria, sobre todo después de la caída sufrida en Le Mans. Aquel fatal desenlace provocó una sensación mezcla de derrota y ansiedad en su ser e hizo que comenzara con mal pie en Mugello. Con una clasificación discreta durante la previa, el balear quiso ir de menos a más durante la competición oficial.
El ritmo fue muy bajo durante toda la carrera. Se corría en 1:59 como media a mitad de carrera. Parecía que nadie quería enseñar sus cartas. Los jefes de los pequeños profesionales avisaban desde boxes que estuvieran tranquilos, sin nervios. Quince pilotos en dos décimas daba muchos problemas para aquellos que tenían unas máquinas con mayor potencia y no podían avanzar por el tráfico. Salom estuvo toda la carrera comedido, mirando desde atrás cómo se adelantaban los demás. No quería entrar en una guerra de guerrillas que tuvo a Oliveira como líder del comando. El portugués, que finalmente quedaría cuarto, no dejó ningún respiro a sus rivales, sobre todo a los españoles. Folger, con más ímpetu que cabeza, pronto se rezagó y no pudo luchar en ningún momento por un triunfo que fuera la guinda a su magnífico fin de semana.
No fue hasta a falta de cinco vueltas cuando las tornas empezaron a cambiar y se decidió por parte de los favoritos dar un golpe sobre la mesa. Maverick y Rins fueron los que decidieron atacar para empezar a quitarse rivales de encima lo antes posible. Pero en mitad de ese vendaval que se empezaba a formar apareció Salom para aprovecharse de un exceso de velocidad en la curva número 2 de Álex y colocarse líder hasta llegar el final. “Tenía que tirar en el momento preciso y no esperar al último viraje como siempre he hecho”, reconoció a la conclusión el de Palma de Mallorca. Quien no pudo lograr la que hubiera sido su tercera victoria consecutiva fue Viñales. Según reconoció el catalán a partir del tercer paso por meta su moto dejó de funcionar. “Me quedé sin fuerzas en el motor y eso ha impedido tirar fuerte en las rectas”, matizó desangelado el gerundense en referencia a su punto fuerte.
Ahora la clasificación general sigue liderada por el piloto de Team Calvo, pero Salom solo está a cuatro puntos. Rins continúa tercero y se confirma como el gran tapado para tratar de dar la sorpresa final. El espectáculo no ha hecho más que comenzar.
REDDING SE AFIANZA EN EL LIDERATO DE MOTO2
Ganó en Le Mans e Italia tampoco se le ha dado mal. A Scott Redding se le da bien los circuitos en los que el mal tiempo hace presencia. Es el primer británico que vence de manera consecutiva dos veces. Con viento y llovizna al principio, se hizo dueño de la carrera casi desde el inicio. Solo un español, Nico Terol, fue capaz durante un tiempo de ponerle en aprieto. Al final el valenciano quedó segundo. No tuvo opciones para esa victoria que se le resiste, pero sí se quitó el mal sabor de boca que le dejó Francia, donde tuvo que abandonar. La sorpresa llegó con Zarco, un galo al que nadie daba valor y dejó su huella para el futuro con un disputado tercer puesto.
La actuación de los pilotos españoles en la previa del domingo fue catalogada de desafortunada, como mínimo, por los propios corredores y sus jefes. La estrategia del silencio y de jugar al escondite para sorprender en la carrera oficial fue la tónica general. De ahí que nada más empezar a rugir los motores sobre la pista el domingo se viera a Redding salir apurando en cada curva desde el principio. No quería a nadie que le echara el aliento y arriesgó para que los demás fuesen los que siguieran su estela.
Solo lograron ver la rueda trasera del guía de Marc VDS Racing Team Zarco y Terol. Peor le iban las cosas a ‘Tito’ Rabat que se salió de pista nada más comenzar y quedó relegado a las últimas posiciones. Trató de hacer una de esas remontadas de las que siempre quedan en la memoria. Pero Mugello no será una de ellas. Terminaría en decimotercera posición y aún así tuvo que dar las gracias después de ver cómo se desarrolló su pilotaje. Desde la lejanía vio dos acontecimientos que a la postre pueden marcar el desenlace del Mundial. Primero la caída de Nakagami cuando intentaba dar uno de esos hachazos que suele ofrecer a sus rivales. El nipón se despedía de este gran premio por la puerta de atrás. Lo segundo que se pudo disfrutar es de la batalla encarnecida entre Terol y Redding. Ambos se intercambiaron la cabeza de carrera varias veces, hasta que el segundo se cansó y dio gas a fondo para albergar la victoria final.
La grata sorpresa, frente a la decepción que dejó Rabat, fue Jordi Torres. El equipo Mapfre Aspar Team vibraba a cada actuación de su joven pupilo. Demostró un descaro inusitado para la fase del campeonato en la que se encuentra. Acabó sexto, aunque bien valdría un primer premio. La misma sensación obtuvo en su seno Pol Espargaró. El sábado recibió la reprimenda de su hermano cuando abortó en la clasificación en la última vuelta, a pesar de que estaba haciendo tiempos de primera línea. Decidió que la mejor manera de contestar a sus detractores era demostrar sobre el asfalto su valía. A falta de tres vueltas pasó del octavo lugar al cuarto final en un solo movimiento.
Con el finés Kallio quinto y el mal hacer de Rabat, Redding es más líder del Mundial. Pero todavía queda mucha batalla por delante. Y la próxima vez ‘Tito’ tendrá la ventaja de correr en casa. Cataluña marcará el camino a seguir.
Que alegria tan grande me produce ver tan pocos comentarios en las noticias de deportes y tantos en las demas.